Un reducto de inversores ha ganado dinero como nunca gracias al último 'crack' de la bolsa
Los que apuestan a que el mercado caiga, como lo ha hecho en la crisis de los aranceles, han logrado cuantiosos beneficios con una táctica de mucho riesgo
¿Manipuló Trump el mercado con su «es un buen momento para comprar»?

Para ganar dinero cuando las bolsas caen solo hace falta darle la vuelta a cualquiera de los gráficos del Ibex o del Dow Jones que haya visualizado estos últimos días. Así de sencillo. Y así de complicado... El mayor desplome de los parqués desde el ... inicio de la pandemia –hace ahora cinco años– ha provocado que las cotizadas de todo el mundo hayan perdido unos 10 billones (con b) de dólares en capitalización bursátil. Desde el día de la liberación, con el que Donald Trump anunció su amago –ahora matizado– de aranceles al resto del mundo, índices como el español se dejaron un 12%, unos 80.000 millones de euros. En ese contexto es en el que unos inversores, unos pocos, han hecho caja. Su particular agosto en pleno mes de abril.
El propio Trump dio una pista el pasado miércoles con este mensaje: «Este es un gran momento para comprar!!!». Con estas palabras, el presidente de EE.UU. sorprendió cuando Wall Street abría sus cotizaciones y el mercado arrastraba desplomes superiores al 10%. ¿Cómo era posible? Independientemente de las implicaciones legales que ese mensaje pueda tener, por si jugaba con ventaja e información privilegiada, quienes ganan en las pérdidas son inversores que «al final se trata de jugar a la baja con la Bolsa», explica Javier Molina, analista senior de eToro. «Cuando ves un gráfico del mercado lo miras hacia arriba, pero si le das la vuelta, vendes para recomprar y después ganas», indica.
La estrategia de los bajistas pasa por vender un activo que te han prestado, con la intención de recomprarlo más adelante a un precio más bajo y obtener así una ganancia. Se trata de «vender para comprar más barato», aclara Molina. Es decir, un broker presta un título del mercado –una acción con la que el inversor quiera apostar a la baja– que se vende a cambio de un tipo de interés. Es decir, ese inversor en realidad debe el título porque lo ha adquirido como si fuera a crédito. «Después los recompras para pagarle a quien te lo presta», aclara.
Manuel Pinto, analista de mercados de XTB, también lo explica a su manera: «Al final tomas prestado un activo –una acción– que cotiza en bolsa con el acuerdo de devolverla más adelante. Vendes esas acciones en el mercado y esperas a que el valor baje, porque es tu apuesta, y cuando lo hace las compras y devuelves esas acciones a quien te las prestó al principio, quedándote con la diferencia» que es el beneficio por que la bolsa haya caído.
Mejor, con un ejemplo. Supongamos que pensamos que una acción que cotiza en 50 euros va a bajar. Entraríamos en nuestro bróker y venderíamos 100 acciones que nos ha prestado ese broker, al que le debemos 100 títulos. Pasados unos días, o unas horas, se confirma el desplome bursátil de esa empresa y la acción que valía 50 ahora vale 40 euros. En ese momento cerramos la posición a la baja: compramos las acciones y las devolvemos al bróker que nos las prestó. Es decir, hemos ganado 10 euros por las 100 acciones que nos prestaron, con un beneficio de 1.000 euros bruto. Eso sí, hay que descontar intereses de la operación y otros gastos.
El mundo al revés
Esa es la explicación básica de cómo se enriquecen una parte de los inversores aunque la bolsa caiga. O precisamente porque caen los mercados. En realidad este tipo de operativa está más reservada a los grandes inversores, que son expertos en este tipo de movimientos, ya que los pequeños ahorradores se juegan mucho ante esta operativa, con mucho riesgo, tal y como advierten los expertos.
Manuel Pinto explica que la mayoría de la gente conoce la compra de títulos e invierten al alza. «Porque a la baja es mucho más residual», aclara este experto. «Cuando inviertes en corto, hay un sentimiento negativo», sostiene. De hecho, advierte de que «la historia bursátil demuestra que los mercados suben o tienden a subir, y ese es el peligro de operar en corto» apostando a que puedan bajar. Y advierte: «Tiene más riesgo apostar en corto porque es una tendencia que el mercado no ha ido siguiendo».
Por poner en perspectiva lo que ha ocurrido estos días en Wall Street, el pasado miércoles –considerada como el punto de inflexión después de los continuos desplomes bursátiles en todo el mundo– el índice S&P-500 se movió con posiciones a la baja y al alza. Ese día, el índice subió un 10% con un volumen de 3.300 millones de dólares alcistas y 4.400 millones bajistas. Es decir, había más inversores apostando en corto a que el parqué norteamericano se desplomara a que pudiera subir. Y al final lo que ocurrió es que bajó. Y de forma considerable.
Quiénes lo hacen y quiénes prestan
La pregunta que pueden hacerse los pequeños inversores es quiénes son los que prestan acciones o cualquier otro activo para que otro se posicione a al baja. En realidad, proceden de otros accionistas que tienen acciones de forma más o menos estables y que permiten a los bancos donde las tienen depositadas que las presten como si fuera un alquiler. A cambio reciben del banco un tipo de interés. Por ejemplo, hay grandes fondos de inversión e incluso planes de pensiones cuya estrategia se encuentra focalizada a largo plazo y que pueden prestar una parte de sus activos para este tipo de estrategias. Así ganan dinero con los intereses que cobran al prestarlas.
La última cuestión que subyace es: ¿Quién arriesga su dinero en este sentido? En la mayor parte de los casos, inversores institucionales y profesionalizados. Uno de los ejemplos más comunes lo realizan los 'hedge funds' (fondos de cobertura). Mediante esa venta en corto expresan su opinión de que una empresa está siendo sobrevalorada por el mercado. Y, a veces, llegan a provocar auténticos desplomes en determinados títulos.
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