El rechazo de CEOE a la reducción de jornada abre la puerta a que Yolanda Díaz retire las ayudas ofrecidas a las empresas

Lo advirtió el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, tras la reunión mantenida la semana pasada con patronal y sindicatos en la cual se trasladó el ultimátum a los agentes sociales, con especial atención sobre la decisión de CEOE y Cepyme, asegurando que el eventual rechazo al cupo cerrado de contraprestaciones a cambio de la firma para la reducción de jornada se pondría en juego si no se avenían los empresarios al acuerdo. «Podrá cambiar la geometría de la propuesta», llegó a asegurar el número dos de Yolanda Díaz.

En este mismo encuentro, los sindicatos aseveraron esta circunstancia asegurando que las compensaciones recogidas en el denominado como 'Plan Pyme 375' estaban destinadas a atraer a la patronal a un amplio consenso y que tendría que ser objeto de estudio en una eventual negociación bilateral con el Ministerio de Trabajo. Y la amenaza fue recalcada por el secretario de Estado este lunes en el contexto de la rueda de prensa a cuenta de los datos de paro y afiliación del mes de octubre. En ese momento se reunían los órganos directivos de CEOE para apuntalar una negativa que ya se daba por descontada tras las reacciones a la oferta final que consideraron insuficiente desde un primer momento ya que las ayudas directas -la última incorporación al paquete de contraprestaciones- apenas proveería unos 800 euros para las empresas de menos de cinco trabajadores, según los cálculos de la patronal.

«Si la patronal da un no definitivo a incorporarse a la reducción de jornada, lo intentaremos hacer buscando un acuerdo bipartito. Intentaremos que los sindicatos presentes en la mesa nos respalden. Naturalmente, para alcanzar un acuerdo con las organizaciones sindicales, tendremos que establecer algunas medidas en el texto que se acomoden a lo que piden las organizaciones sindicales«, aseguraba Pérez Rey este martes confirmando la posibilidad de que estas sean modificadas o decaigan en algún caso.

Aunque la retirada de las ayudas a las empresas ofrecidas en las sucesivas propuestas planteadas en los últimos meses está sobre la mesa tras el rechazo de la CEOE, fuentes empresariales señalan que sería una «torpeza» eliminarlas y tratar de aprobar en el Congreso la medida 'a las bravas'. Entre otros motivos, porque la superación del trámite parlamentario precisará de la concurrencia de formaciones escépticas con la medida por el impacto económico que puede tener sobre las empresas la reducción de jornada sin merma salarial. Según los cálculos del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos el coste sería de un mínimo de 15.000 millones de euros anuales, cifra que ratifican desde las organizaciones empresariales.

Para sortear el trámite del Congreso, que se ha convertido en un plaza de difícil triunfo para el Gobierno de coalición en la presente legislatura, la medida necesitaría del discutido apoyo -por el momento- de formaciones como PNV y Junts, escépticas precisamente por ese coste económico y de productividad para las empresas. Cabe recordar que el Gobierno no ha puesto sobre la mesa aún ninguna cifra de impacto sobre el tejido productivo.

En este sentido, fuentes del diálogo social advierten a ABC de la complejidad de cuadrar el círculo si la propuesta de Yolanda Díaz tiene que conseguir conciliar las pretensiones de los sindicatos y las exigencias posteriores de los grupos políticos. De ser sensible a este escenario, el Ministerio de Trabajo podría tratar de limar parte de las ayudas ofrecidas sin acabar con la totalidad de ellas.

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De hecho, fuentes cercanas a la negociación señalan que el Ejecutivo es consciente del riesgo de aplicar sin compensaciones económicas la jornada de 37,5 horas, ya que precisamente el paquete articulado objeto de riesgo va destinado a las empresas de menos de diez trabajadores, y las ayudas directas para las de menos de cinco. CEOE y Cepyme ya han advertido en la mesa de negociación que estos pequeños negocios no parten de una buena situación, siendo el único segmento empresarial que está perdiendo puestos de trabajo. Concretamente el peso del empleo de las microempresas sobre el total desciende del 21,6% de 2019 al 18,88% del pasado mes de septiembre de 2024, con variaciones interanuales que van del -1% en las empresas de uno a dos personas trabajadoras hasta el 5% en las de más de 499 trabajadores, según cifra de Seguridad Social.