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Réplica controlada en el Ibex-35

El Ibex cae por debajo de los 10.400 puntos y suma una nueva semana de pérdidas al dejarse un 0,95% en cinco días

EFE

Como los mercados no tenían suficiente con la lentitud de la recuperación económica, la crisis de deuda, las presiones inflacionistas, las revoluciones en los países árabes, llegaba el terremoto japonés que ha provocado un tsunami que ataca todas las costas del Pacífico. Los mercados más afectados han sido los de materias primas. El petróleo registraba un significativo descenso, el más importante de las últimas siete semanas, hasta poner en peligro los 100 dólares en el caso del barril de West Texas, mientras que el de Brent, de referencia en Europa, bajaba hasta los 113. El cierre de varias refinerías japonesas provoca que se espere una menor demanda de crudo. También se han clausurado varias centrales nucleares, lo que provoca que se prevea un menor consumo de uranio. Las materias primas agrícolas también registraban descensos: el desastre hace pensar que muchos de los países bañados por el Pacífico reduzcan las importaciones de materias primas.

Aunque, si el tsunami ha dañado cosechas, podemos volver a ver tensiones alcistas en el precio de los cereales, por ejemplo. Por el contrario, como ante cualquier otra catástrofe, el oro, la plata y el platino repuntaron, aunque muy ligeramente. Entre ellos, la plata fue la que más despuntó, dado que en la sesión subió más de dos puntos porcentuales. En cambio, la onza de oro apenas se alejó del nivel de los 1.400 dólares.

En esta dinámica de los precios de las materias primas, no sólo entraba en juego la catástrofe natural. También lo hacían las noticias procedentes de China: esta semana ya se ha publicado una balanza comercial negativa por primera vez desde hace un año. Pero lo que conocimos fue un dato de inflación que superó las expectativas de los analistas, al colocarse en el 4,9% interanual.

Y los analistas esperan que el mes que viene supere ampliamente la barrera del 5%. Por eso, también es de prever que haya una subida de los tipos de interés más pronto que tarde, lo que adelanta enfriamiento económico y, consecuentemente, también una menor demanda de materias primas. Este efecto negativo pudo verse mitigado por otras referencias publicadas en el país, como la producción industrial, que sigue creciendo a buen ritmo, aunque las ventas minoristas avanzaron más lentamente de lo esperado.

En el mercado de divisas, la moneda más penalizada fue, lógicamente, el yen, que cayó, por ejemplo, respecto al dólar. El euro, mientras, que llegó a caer hasta 1,376 dólares, en el último tramo de la sesión se recuperó hasta 1,3878 unidades.

En Europa también conocimos datos de inflación. En Alemania, según el dato definitivo del mes de febrero, los precios crecieron un 2,1% interanual, una décima más de lo esperado por los analistas. En España, se cumplieron expectativas: en febrero, los precios subieron un 3,6%.

Reunión europea

Los líderes europeos se reunían para hablar sobre el pacto de la competitividad que ha planteado Alemania como condición para flexibilizar el plan de rescate comunitario. En particular, la canciller Angela Merkel se ha inclinado públicamente por la posibilidad de flexibilizar los acuerdos con Irlanda y Grecia, pero a cambio de nuevas medidas de estos países: venta de activos en el segundo caso y subidas de impuestos para empresas en el segundo.

Pero Merkel ha vuelto a tener, como la semana pasada, un nuevo choque con el nuevo primer ministro irlandés, Enda Kenny, que se niega a adoptar esa receta. Por otro lado, Portugal llegaba a la cumbre con nuevas medidas de recorte del déficit equivalentes al 0,8% del PIB. El comisario de asuntos económicos y monetarios, Olli Rehn les daba el visto bueno afirmando que permitirán al país reducir su déficit hasta el 3% en 2012. Pero el mercado no se lo creía, porque la prima de riesgo de la deuda portuguesa continuaba aumentando, sobre todo en los bonos a cinco años, donde marcaba un nivel récord.

En cambio, la prima de riesgo de la deuda española caía ligeramente, hasta el 2,21% dado que, a una caída del interés del bono alemán hasta el 3,21% -lógica en una sesión como la de ayer, de aumento del riesgo por un terremoto aumentó la demanda de estos activos tan seguros y, en el mercado de renta fija, precio y rentabilidad llevan caminos opuestos- compensó una caída más importante del interés del bono español, que cerraba la sesión en el 5,42%.

Parece que, finalmente, las cifras que presentaba el Banco de España sobre las necesidades de capital del sistema financiero español (algo más de 15.100 millones de euros) han tranquilizado a los inversores. De hecho, prácticamente todos los valores del sector financiero español cerraron la sesión con avances: Popular y BBVA ganaron un 1,96% y un 1,33%, respectivamente. Bankinter y el Sabadell, mientras, ganaron algo más de medio punto porcentual. La excepción fue el Santander, que retrocedió un 0,88%. Con la complicidad del sector financiero, aunque no de su valor más grande, el selectivo español retrocedió un 0,36%, para dar un último cambio en los 10.398,40 puntos.

En todo caso, el Ibex fue uno de los índices menos tocados por el terremoto, junto con el PSI-20 de Lisboa y el Ftse 100 britanico, que perdieron poco menos de un 0,3%. El Cac 40 francés llegó a perder un 0,89%, el Ftse Mib de Milán, un 1% y el Dax alemán, el más castigado, un 1,16%. Al Ibex, además del Santander le "traicionó" Telefónica, que retrocedió un 1,05%, y Repsol, que cayó un 1,22%. Aunque no Iberdrola, que se apuntó un 0,76%.

Pero el valor del Ibex que más cayó fue Telecinco, que retrocedió un 2,60%. Endesa fue la otra compañía que perdió más de un 2%. Gamesa, Amadeus, Técnicas Reunidas y Red Eléctrica también cayeron más de un 1%. Sacyr Vallehermoso fue el valor más rentable de la jornada: se disparó un 6,11%, tras una mejora de la recomendación de UBS, que considera que su rendimiento futuro será mejor que el de su índice de referencia. Aunque, según el banco de inversión suizo la valoración de sus acciones está en los 7,60 euros, un precio que deja sin recorrido a la compañía.

Los índices estadounidenses, en cambio, comenzaban la jornada ligeramente en positivo. Aunque algo tendría que ver el hecho de que la sesión anterior fuera la peor desde el mes de agosto. Las cifras macroeconómicas publicadas fueron mixtas: las ventas minoristas en febrero aumentaron un 1%, de acuerdo con lo esperado, sin descontamos los automóviles, también se cumplieron expectativas y si excluimos también el consumo de gasolina, el avance hubiera sido de un 0,6%, una décima más de lo previsto. Lo peor de la agenda macro vino del informe de confianza que elabora la Universidad de Michigan, según la que bajó de los 77,5 hasta los 68,2 puntos, cuando los analistas esperaban una reducción mínima, hasta los 76,3 puntos. Se trata del nivel más bajo desde octubre del año pasado. Para ver un dato tan bajo en las expectativas, debemos retrotraernos hasta marzo de 2009.

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