Las prejubilaciones voluntarias crecen un 46% en una década a pesar de la penalización

Se incrementan los casos de quienes optan por anticipar su retiro ajustándose a las nuevas exigencias y con pensiones que en algunos casos llegan a los 2.000 euros

Los jubilados ganan más o lo mismo que los trabajadores en media España

Una decisión tan vital como la de cuándo retirarse del mercado laboral y comenzar la jubilación sigue llevando a una parte de los trabajadores a valorar la posibilidad de anticipar ese retiro aun a costa de las penalizaciones que le aplica la Seguridad ... Social. Son jubilados prematuros que voluntariamente finalizan su etapa de trabajo y cuyo número sigue creciendo con el paso de los años a pesar de las limitaciones que el Gobierno ha activado para reducir la pensión en forma de penalización en este tipo de casos.

En la última década el número de trabajadores que se han jubilado anticipadamente por decisión propia ha crecido un 46% hasta más de 61.000 casos en 2024, el último dato de un ejercicio completo; un registro que se esconde entre el número total de retiros antes de tiempo, un 20% inferior en diez años. Esa diferencia de comportamiento se explica porque el sistema impide cada vez menos jubilaciones de este tipo, como las que realizaban muchas grandes empresas a través de despidos colectivos que pasaban a cobrar el paro y después a la jubilación. Aunque quienes sí quieren anticiparse voluntariamente lo siguen haciendo solo con un cambio: adaptarse a los recortes para no salir demasiado perjudicados en su pensión.

En cualquier caso, la Seguridad Social recuerda todos los meses cómo el número de prejubilaciones –como se las conoce habitualmente– es cada vez menor. Hasta el pasado mes representaron un 27% de todas las altas al sistema de pensiones. Hace seis años eran más del 40%.

El caso de los trabajadores que dejan sus puestos por decisión propia y comienzan a cobrar la pensión mermada por la normativa refleja lo hacen solamente un poco más tarde de lo que ocurría con la reforma del exministro José Luis Escrivá, que cambió las condiciones de acceso a la jubilación para este colectivo. En concreto, la edad media de jubilación anticipada de quienes lo hacen por su cuenta se ha elevado apenas medio año desde 2022, cuando esta ley está en vigor, hasta hacerlo a los 64 años. Entonces lo hacían a los 63,5 años. Y así ocurría desde hacía varios años

Esos cinco o seis meses de retraso son mucho menos tiempo del que se ha elevado la edad media real de jubilación, que se ha retrasado un año desde 2019, hasta los 65,3. Porque quienes lo hacen anticipadamente están analizando el calendario de penalizaciones de forma pormenorizada. La norma permite hacerlo, como muy pronto, dos años antes de lo que les correspondería en función de su edad legal. «Parece que pocos que se retiran justo cuando comienzan esos dos años, porque la penalización es grande, y tampoco lo hacen cuando quedan pocos meses para que se agoten esos dos años, ya muy pegados a lo que sería su edad legal de retiro», explica Enrique Devesa, profesor de la Universidad de Valencia (UV) e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).

Esos recortes de la pensión inicial por jubilarse con más premura de lo que les correspondería supone una merma que va del 21% al 3% en función de cuándo lo hagan. Por ejemplo, si deciden retirarse justo cuando faltan dos años para poder hacerlo según su edad ven ajustada la prestación hasta en un 21%. Es decir, si les corresponde una pensión de 1.700 euros, se les quedaría finalmente en 1.343 euros con un recorte de 357 euros al mes. Este cálculo es el que provoca que buena parte de esos trabajadores esperen unos meses para ver una merma mucho menor. ¿Hasta cuándo? Si aguantan cinco meses trabajando, el ajuste de la pensión ya será inferior a un 10%. Es decir, de esos 1.700 se les quedaría en 1.530 euros. Es un tajo, pero menor.

2.000 euros a los 63 años

El otro gran grupo es el de los que se prejubilan de forma involuntaria, procedentes de ERE, por ejemplo. La normativa es ahora mucho más restrictiva por el impacto en las cuentas públicas. Estos retiros han caído un 75% en diez años. Pero, de media, les corresponde una pensión de casi 2.000 euros aun jubilándose a los 62,8 años.

Con todos estos componentes legales y económicos la duda se cierne sobre los trabajadores mayores de 60 años. El punto de inflexión en el que muchos de ellos se preguntan realmente cuándo se jubilarán y si les compensa anticiparse. Se trata de 2,2 millones de afiliados que superan esa edad, según los últimos datos de Seguridad Social a fecha de agosto. De ellos, unos 444.000 superan los 64 años.

Algunos de ellos pueden acceder a la jubilación especial a los 61, un régimen excepcional con cada vez menos permisos. Pero otros muchos, los que pueden ser despedidos, hacen sus cálculos sobre el momento idóneo.

El último análisis del Instituto de Actuarios Españoles señala que esa tasa de sustitución representa más del 90% (es decir se cobra casi la misma prestación que el último salario) para quienes se jubilan a partir de los 64 años. E incluso para quienes anticipan aún más su retiro, dependiendo de sus circunstancias, la pensión representa un 74% del último sueldo con un retiro a los 63 años.

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