El pionero que instaló la sostenibilidad en el eje de las empresas
Hace más de dos décadas, Senén Ferreiro activó con Inditex un viaje transformador que rompió el molde de la RSC para unir estas políticas a las estrategias de negocio
Cinco razones por las que ser una empresa sostenible es competitivo
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Iniciar sesiónHoy, los criterios ASG (medioambientales, sociales y de buen gobierno), o ESG en sus sigla en inglés, son una incuestionable palanca de competitividad y los pilares sobre los que sustentar las visiones empresariales sólidas y a largo plazo. Pero hace 23 años, la sostenibilidad ... apenas era una minúscula nota a pie de página en la agenda de las estrategias corporativas. La Cumbre de Río de Janeiro ya había lanzado unos postulados, que luego se fueron depurando, para hacer frente a graves problemas climáticos, sociales y derechos humanos. «Esos retos ya existían, solo faltaba casarlos con el día a día de los negocios, y ahí es donde quise poner el foco», asegura Senén Ferreiro sobre el contexto en el que decidió dar el paso, pionero entonces en España, de fundar una consultora de negocio para la sostenibilidad. Y así nació Valora.
Con una larga experiencia en tareas de gestión y estrategia, Ferreiro supo anticipar que, aunque «la sostenibilidad apenas interesaba en ese momento a cuatro gatos», ya se estaban sentando las bases sobre las que habría de gestarse una revolución insoslayable. Y Valora comenzó a escribir ese futuro jugando en la 'Champions'. «Tuvimos suerte de poder nacer vinculados a un trabajo con el Grupo Inditex. Fue brutal. Inditex es un grandísimo entrenador. Es una empresa con un nivel de exigencia que te obliga a dar lo mejor. Una vez que deciden que tienen que abordar un tema, el que sea, no les basta con quedarse en un papel», relata Ferreiro. Ese convencimiento en la definición de su estrategia de sostenibilidad «provocó que avanzásemos muchísimo en millones de cosas. Fue un espaldarazo para nosotros. Y un aprendizaje mutuo», subraya el CEO de Valora.
Este encuentro clave sirvió para reafirmar a Ferreiro en la idea de que existían dos tipos de visiones sobre la sostenibilidad en las empresas. La primera, con larga tradición, es la que se etiqueta como RSC o acción social, «Plantar árboles, ayudar a una ONG... Son acciones fantásticas y legítimas, pero de alcance perimetral. No mejoran el negocio, solo aspiran a protegerlo», defiende Ferreiro. «La experiencia con Inditex nos permitió entender que existe otro tipo de sostenibilidad, que nosotros llamamos transformadora o pragmática, que está metida dentro del modelo de negocio. Si la sostenibilidad no va embebida en la estrategia de negocio, las cosas no pasan. Y en eso nos centramos, en ayudar a entender a cada función de la empresa cómo afrontar nuevas cuestiones para las que no están preparadas», añade el CEO de Valora.
Los focos de la inversión no pierden de vista la gran transformación en marcha
Belén RodrigoIncluso sin tener una taxonomía unívoca y pese al temporal de incertidumbre, la apuesta por los criterios sostenibles, sociales y de buen gobierno sigue al alza
Fueron las compañías más apremiadas por la regulación las que primero movieron ficha. Algunas, aupadas por el convencimiento, acabaron por liderar una transformación que, en los últimos años, se ha ido extendiendo a otros sectores que durante muchos años, «al no salir en la foto ni tener presión, dieron la impresión de que la cosa no iba con ellos». Se va avanzado, pero este experto reconoce que la situación es muy asimétrica, «dependiendo de las actividades y de la dimensión de la compañía». Las multinacionales del gran consumo o de energía estarían en primera línea, pero «la industria ha llegado más tarde». También el sector financiero, pero ahora está esprintando a fondo, obligado por el plan de finanzas sostenibles de la UE, y acelerando al tiempo a otros sectores. «Está siendo un catalizador brutal», afirma Ferreiro.
Precisamente, los bancos se han convertido en uno de los principales focos de actuación de Valora, que trabaja con las tres grandes entidades españolas (Santander, BBVA y CaixaBank) y otra docena de México, Panamá, Colombia y Ecuador. Energía, motor, construcción, infraestructuras, 'retail' y alimentación son otras actividades protagonistas en una cartera que acumula más de mil clientes de 45 sectores distintos en estas dos últimas décadas. Y es que, fue en el país centroamericano desde donde la consultora dio su salto hace una década al mercado iberoamericano, ampliando horizontes mientras el mercado español acababa de madurar. Posteriormente, Valora acabaría trasladando su sede en España de Galicia a Madrid.
Las grandes empresas siguen siendo sus grandes clientes. Hoy, asesoran a más de 50 firmas cotizadas en el Ibex, el Dax, el CAC 40 y la mitad de las empresas de diversos índices de la bolsa mexicana. Los gigantes mueven ficha, pero Ferreiro asevera sin embargo que en la empresa mediana española «queda mucho por hacer. Hay miles de compañías que no saben cómo abordar o gestionar el tema. Y sigue habiendo reticencias culturales y cierto convencimiento de que la sostenibilidad es una moda o de que tiene un sesgo ecologista o político. Es algo que no pasa con la digitalización, donde todas las empresas hacen un 'follow the leader'. El CEO de Valora subraya que la gobernanza es fundamental para seguir avanzando: «Si el consejo no gobierna al equipo directivo, si no le exige en estas políticas del mismo modo que le exige tener resultados, obviamente las cosas no pasan. Todavía hay directivos poco formados en sostenibilidad en muchos campos». Son situaciones que provocan que la vocación presupuestaria para estas políticas no acabe de despertar. «Si le preguntas a un empresario o un financiero cuál es la inversión que debe hacer para que su empresa sea carbón neutro, no tiene respuesta», concreta Ferreiro.
«Aún hay reticencias culturales y cierto convencimiento de que la sostenibilidad es una moda»
Aún más trabajo queda por hacer en la variable social de las estrategias de ESG. «Se está avanzando mucho en la dinámica de la zona euro, en sus trabajadores, pero el gran reto social está en el mundo. Nuestra economía está sustentada en cadenas de suministro globales. Y eso, que es un reto muy complejo, está sin resolver, queda todo por hacer», reconoce Ferrreiro, que anticipa que la nueva Directiva de diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad (CSDD), que obligará a los consejos a actuar debidamente en toda la cadena de valor, puede suponer un antes y un después en este aparcado ámbito.
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