La OCDE alerta de que la anémica recuperación mundial ha tocado techo
El organismo avisa que los países más débiles pagarán su falta de credibilidad en los mercados
Los últimos indicadores compuestos de la OCDE (agosto 2010), confirman por cuarto mes consecutivo una ralentización del crecimiento económico mundial, hipotecando la recuperación de las economías más frágiles —como la de España— al recortado crecimiento de las economías mas sólidas y a la cruel percepción ... de los mercados de una realidad cambiante y volátil.
Estos indicadores compuestos fueron concebidos, durante los años 70 del siglo pasado como herramientas de trabajo e instrumentos de análisis. No son previsiones económicas. Se trata de indicadores basados en los índices de producción industrial, intentando predecir la evolución de los ciclos económicos. Los indicadores de diciembre del 2009 anunciaron por vez primera el principio de la recuperación. Desde mayo, los mismos indicadores anuncian una ralentización que las estadísticas de agosto confirman: todas las grandes economías sufren recortes; las más frágiles parecen llamadas a sufrir, al mismo tiempo, el peso inexorable de su modesta credibilidad entre los mercados.
El indicador compuesto para el conjunto del área OCDE fue en agosto de 102,91 puntos, cuando la media a largo plazo es de 100. En Europa, solo Alemania sigue despegando con firmeza, con un índice del 105,97, mientras que España se estanca en un índice del 101,6, ligeramente superior al francés (101,2), más o menos similar al inglés (101,5). La media europea se mantiene a ese nivel, con oscilaciones de décimas, siempre negativas.
Globalmente, los indicadores planetarios parecen anunciar una ralentización mundial del crecimiento, con índices muy modestos para EE.UU.. (101,0), UE (101,5), Japón (100,9), OCDE (101,1), China (100,6), Brasil (99,8), Rusia (101,2)... Ese recorte global de las perspectivas oculta grandes desequilibrios. El recorte de unas décimas en el crecimiento y producción industrial de China, Brasil o Rusia quizá sea grave, pero esas potencias emergentes parten de niveles de crecimiento muy superiores a los de la vieja Europa, anclada a crecimientos modestísimos.
Todos los vecinos, clientes y proveedores españoles sufren del recorte de las perspectivas. Es el caso de Francia (menos 13 centésimas), Reino Unido (menos 21), EE.UU. (menos 12). Solo Alemania gana dos modestas décimas. Ese recorte indica una tendencia hacia la ralentización de las perspectivas, que, en el caso español, es víctima de otros indicadores más crueles, volátiles e imprevisibles. Hans Blommenstein, responsable del departamento de bonos y deuda pública en la OCDE, declara a «Financial Times»: «La psicología de los mercados es muy negativa, y no siempre se basa forzosamente en hechos, sino en instintos animales, que pueden desencadenar en los mercados ventas de deuda desproporcionadas con la realidad de las estadísticas oficiales». En términos menos elípticos: para Blommenstein, los mercados son poco sensibles a la retórica política y suelen anticipar acciones, siguiendo sus «instintos», que suelen estar basados en una percepción no siempre optimista de una realidad cambiante y volátil.
Endeudarse será más caro
En términos prácticos, las economías más o menos sólidas se benefician de un «bonus» positivo, que mejora relativamente su posición en los mercados de deuda pública: el endeudamiento sale más «barato» a los contribuyentes. Sería el caso de Alemania. Por contra, las economías menos sólidas son víctimas de su fragilidad, y el endeudamiento sale comparativamente mucho más caro. Una situación a la que se enfrentaría España.
Las malas previsiones se cebaron ayer con Estados Unidos. Según un informe de la Asociación Nacional de Economistas de Empresa de EE.UU, el PIB norteamericano crecerá un 2, 6% este año y en 2011, lo que supone seis décimas menos de lo previsto el pasado mes de mayo. Además, los expertos de esta prestigiosa institución prevén «mayor desempleo y una menor inflación».
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