Un oasis de tecnología y nuevo urbanismo para combatir las 'islas de calor' en las ciudades

Las emisiones de 'efecto invernadero' procedentes de la industria y el tráfico, los edificios, el asfalto… todo compone una 'disfunción perfecta' ante la que la innovación se emplea a fondo, desde los proyectos satelitales al reivindicable sentido común. Un tórrido entorno en el que la actualidad depara anuncios como el de Canaria+, pulsera inteligente que alerta ante riesgo del 'golpe de calor', o como los datos comunicados por Campus Training: las empresas especializadas en sistemas de climatización han incrementado su facturación un 60%.

Este desafío climático asciende de lo local a lo global, con la ONU como referencia, con trabajos como su informe IPCC (del Intergovernmental Panel on Climate Change), que el secretario general, Antonio Guterres, ha definido como «atlas del sufrimiento humano». Sus datos apuntan cómo «más del 70% de la fuerza laboral mundial corre un alto riesgo de calor extremo, con las poblaciones urbanas especialmente vulnerables... cientos de millones de personas podrían enfrentarse a una exposición al calor que puede ser mortal sin acceso a soluciones de refrigeración sostenibles». Sostenibilidad de urgencia, proactiva: se estima que la refrigeración utiliza alrededor del 20% de la electricidad mundial, y se espera que la demanda se duplique con creces para 2050.

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En este contexto, la Cool Coalition actúa como Secretaría del Compromiso Mundial de Refrigeración (aspira a reducir las emisiones relacionadas con la refrigeración en un 68% para 2050), con apoyo a iniciativas «como (destacan desde la institución) Planes de Acción Nacionales de Enfriamiento, códigos de energía de edificios mejorados, mayor uso de soluciones de enfriamiento pasivo, etc…». Tarea a destajo, sin tiempo que perder, ya que «las áreas urbanas se calientan cerca del doble del promedio mundial. Para 2100, algunas podrían ser hasta 4 °C más cálidas si continúan las trayectorias de altos niveles de gases de efecto invernadero».

En asociación con la Presidencia brasileña de la COP30, la Cool Coalition colidera la iniciativa Beat the Heat in Cities, que moviliza un 'mutirão' (esfuerzo colectivo) de ciudades para implementar el Compromiso Global de Enfriamiento. Preguntada por la trascendencia de estas acciones, Lily Riahi, jefa de la Secretaría de esta coalición del Pnuma (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), subraya cómo «el calor extremo es la crisis climática a la vuelta de la esquina, y la refrigeración sostenible es la primera línea de defensa. En las ciudades se gana o pierde esta batalla, ya que son el hogar de la mayoría de las personas del mundo».

Empresas españolas como Libelium participan en el proyecto Beat the Heat destacado por Riah, gracias a la sensórica, a la IA y a la recogida y análisis de datos de su modelo predictivo WRF (Weather Research and Forecasting). Otro ejemplo de profesionales españoles implicados en esta lucha contra este exceso climático es Thales Alenia Space España, elegida por la Agencia Espacial Europea (ESA) para estudiar las 'islas de calor urbanas', con una solución para medir diariamente, durante tres años, este fenómeno.

Un enfoque «ágil, rápido y de bajo coste» muy necesario: de acuerdo a estimaciones de la comunidad científica, cada incremento de 1°C en la temperatura eleva la demanda energética por la climatización entre un 0,5% y un 5%. «Lideramos esta misión (señala María Andrea Vidal, responsable del Sistema Sirius de Thales) con nuestro investigador principal, José Antonio Sobrino, de la Universidad de Valencia. Planteamos una primera fase de estudio para pasar a consolidación (hasta finales de enero de 2026)». El signo de distinción de Sirius es «la medición de 'islas de calor' durante la noche, lo que no es habitual (e incluye la diseminación de productos técnicos, de datos públicos), con la puesta en órbita de un sensor, una 'carga útil térmica', caracterizada por un tiempo bastante extenso de recogida de datos».

También en lo referente a 'smart cities', José Luis Esteban Penelas, catedrático de Arquitectura y Edificación en la Universidad Europea, reconoce que «hay que preparar las ciudades ante las olas de calor permanentes. Con los recursos que suponen los sistemas IOT, así como con la IA, para hacer una labor de rediseño, de concienciación y, sobre todo y muy especialmente, de sistemas medioambientales, arquitectónicos, urbanísticos». Destaca la combinación artificial-natural, «desde la sensórica aplicada al 'ahorro inteligente' o la sustitución de los pavimentos duros y absorbentes e irradiantes del calor (como el asfalto) a la promoción de azoteas con jardines que generarían una ciudad conectada, verde a través de pasarelas entre edificios».

Desde el ámbito institucional, en tiempos en los que se consolidan términos como 'vulnerabilidad urbana' o 'metabolismo energético', el gobierno español suele publicar aportaciones (en su sitio web datos.gob.es) como las de Mayte Toscano, experta y docente en cartografía web y geoespacial. En una de ellas, destaca cómo «las ciudades, con más de dos tercios de la población europea, consumen cerca del 80% de la energía».

La especialista destaca cómo «los datos socioeconómicos y de vulnerabilidad del INE, junto con los sistemas de información social de CC.AA. y ayuntamientos, permiten identificar los barrios más vulnerables desde los aspectos social y económico. Su cruce con los datos térmicos permite incorporar una dimensión de 'justicia climática' en la toma de decisiones». Acciones de urbanismo ya en marcha, como la propia actualidad ratifica, en casos como la jornada 'Ciudades en Acción', celebrada en el Palacio de la Magdalena (cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo), que ha reunido a representantes de varias ciudades españolas implicadas en la misión de ciudades climáticamente neutras de la UE.

Alejandro Gómez, coordinador de proyectos europeos y estrategias urbanas de Valencia Clima y Energía (fundación del Ayuntamiento de Valencia) y participante en el foro, resume lo realizado y proyectado en la ciudad, una de las siete españolas seleccionadas por la Comisión Europea como 'Ciudad Misión 2030': «Hace dos años, asumimos el compromiso más avanzado de descarbonización y mitigación de los gases de 'efecto invernadero', dentro de la denominada Misión Climática de la UE (neutralidad climática en 2030), con especial foco en las zonas verdes y en renaturalizar el espacio público, como en el caso de los patios escolares». Parte de un desempeño que incluye la red de 'refugios climáticos' en bibliotecas, museos, centros de servicios sociales, etc. y que se suma a lo conseguido en reducción de emisiones 'efecto invernadero': un 38% de 2007 a 2023.

Marta Vall-llossera, presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (Cscae), destaca, por su parte, el presente del futuro de las 'smart cities' en este sentido: «Uso de superficies inteligentes, sistemas de enfriamiento urbano, redes de energía eficientes, gestión inteligente de recursos, etc., en un escenario global que exige estrategias integrales». Señala cómo la renaturalización de espacios «disminuye temperaturas gracias a las sombras que proyectan y a un microclima que favorece con la evapotranspiración», así como la importancia de la eficiencia en la refrigeración «de nuestras viviendas y lugares de trabajo, para paliar que el calor extraído del interior agrave el sobrecalentamiento urbano».

El Cscae cuenta con publicaciones como el extenso informe 'Ciudad y territorio en regeneración', que incluye buenas prácticas con ejemplos como, en la Comunidad de Madrid, Madrid Nuevo Norte, cuyos edificios residenciales se ajustan al estándar Passivhaus, para consolidar edificios pasivos con fachadas ventiladas, protecciones solares, aislamientos eficientes, cubiertas vegetales, etc. O como Getafe, ejemplo de 'ecobarrios': la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), socia del proyecto EPIU Getafe, diseñó las propuestas para intervenir en los barrios de Las Margaritas y La Alhóndiga.

En cuanto a materiales, las fuentes consultadas destacan la relevancia de potenciar el uso de reflectantes en techos y en suelos más permeables. En este sentido, empresas como Levantina Group impulsa la introducción de Pavex, con un alto Índice de Reflectancia Solar (SRI), o como señalan desde Eizen Arquitectura, se debe potenciar, en pleno siglo XXI, el usos de materiales clásicos de alta capacidad térmica, como el adobe o la piedra, para mantener una temperatura interior estable, además del corcho, lanas minerales, lino…

En todo caso, la naturaleza servirá y mucho, para ayudar en este inmenso frente. Así se manifiesta en estudios como 'Las cubiertas vegetales, un futuro verde en nuestras ciudades', de Marta Carmona, donde se señala como uno de los objetivos la reducción de las 'islas de calor'. Una iniciativa del programa STEM Talent Girl de la Fundación ASTI, que promueve las vocaciones científico-tecnológicas en niñas y jóvenes, como una contribución más al inmenso desafío de bajar la temperatura del planeta.