ABC EMPRESA
Los nuevos cimientos computacionales de la edificación eficiente
Uniendo software y algoritmos, la arquitectura paramétrica se abre paso en España por su capacidad de generar diseños más sostenibles y personalizados
La arquitectura biomimética, cuando la innovación se inspira en la naturaleza
Charo Barroso
La arquitectura paramétrica permite enfocar el diseño con algoritmos y software para generar estructuras complejas, basadas en un conjunto de parámetros definidos, como la orientación del edificio, el clima o la eficiencia energética. Son los nuevos cimientos de una edificación más sostenible.
Gerard Bertomeu, ... codirector académico del máster en Parametric Design in Architecture (MPDA) que imparte la Universitat Politècnica de Catalunya, une su faceta como docente a la trayectoria profesional en CODA Arquitectura. Comparte tarea en el estudio con Enrique Soriano y Pep Tornabell. Los tres dirigen además el programa universitario. «El adjetivo que más cuadra al mundo de la arquitectura paramétrica es computacional», explica Bertomeu. Se trata de diseño realizado con ordenadores. «No es un estilo, como el gótico o el posmodernismo, sino un conjunto de herramientas de diseño computacional», asegura. Esta técnica permite a los arquitectos crear diseños más eficientes y personalizados que serían difíciles de conseguir con métodos tradicionales, pues los cambios en los parámetros generan automáticamente modificaciones en el diseño.
La arquitectura paramétrica también afronta críticas, como el alto coste de implementación, la excesiva dependencia de software especializado o la dificultad en la construcción de algunas estructuras. Sobre esta tecnología, Bertomeu recuerda también el dicho de que «potencia sin control no sirve de nada». «Disfrutamos de unas herramientas que son muy potentes y eso puede dar pie a perder el control sobre la toma de decisiones», subraya.
¿Pero es algo nuevo la arquitectura paramétrica? Sostiene Bertomeu que los griegos ya hacían arquitectura paramétrica «cuando se preocupaban de la relación entre la columna y el friso, o entre la voluta y el diámetro de una columna». «Nosotros afrontamos el proceso de la búsqueda de forma ('form finding') –indica–. Y uno de los primeros referentes sería Antoni Gaudí». Posteriormente ha habido otros arquitectos en España, como Eduardo Torroja y Félix Candela. Y en América Latina, Eladio Dieste. «Todos buscaban la vinculación entre forma y comportamiento estructural», añade. El primero que acuñó el término de arquitectura paramétrica fue el italiano Luigi Moretti, en 1960, en la XII Trienal de Milán. En el plano internacional, se cita como impulsores de este movimiento a Frei Otto, Heinz Isler, Frank Ghery y Zaha Hadid, entre otros.
El objetivo del máster, según su codirector, es que «arquitectos o ingenieros ya titulados puedan cambiar su futuro profesional a través del conocimiento de este conjunto de herramientas y que tengan una nueva aproximación al diseño del proyecto arquitectónico y a la prestación de servicios a otros profesionales del sector».
Se queja Bertomeu de la escasa formación tecnológica de los arquitectos: «La arquitectura paramétrica está intrínsecamente relacionada con la programación en informática. Debemos admitir que tenemos un mal conocimiento de los lenguajes de programación. Entonces, en esta aproximación al diseño computacional, hay que reestructurar la mentalidad sobre el proyecto arquitectónico y que empiecen a pensar más como programadores».
Sobre el uso de la inteligencia artificial, expone que «los algoritmos de IA que nos parecen más útiles son los que tienen que ver con 'clustering', con clasificación, para tener alternativas en función de resultados o atributos». «Y también nos vienen muy bien los algoritmos que permiten interpolar posibilidades sin pasar necesariamente por un cálculo computacional», apunta. Entre los diseños del estudio con arquitectura paramétrica, destacan las estructuras de Xmadrid, un espacio comercial en Alcorcón abordado conjuntamente con B+R Arquitectos y BEST, Urbanitree (para el South Summit Pavillion) o la lona tensada que aprovecha los forjados existentes (proyecto Blau).
Modelar la ciudad
José Salinas y Roque Peña, fundadores de EXarchitects, centran su trabajo en el diseño paramétrico, la fabricación digital, la impresión 3D y las acciones creativas mediante últimas tecnologías. Peña aclara que el estudio tiene más encargos fuera de España. ¿Puede cambiar la arquitectura paramétrica el diseño de los núcleos urbanos? Según Salinas, «a partir de acciones puntuales (porque el desarrollo en España es incipiente) que se generan, se va modelando la ciudad». «Por ejemplo, un hito en Madrid es la vela de BBV o el centro comercial Oasis», comenta.
La fusión entre innovación y estética se observa en uno de sus primeros proyectos, el diseño de chiringuitos en la playa almeriense de Adra. «Las herramientas nos permitieron optimizar el soleamiento y la sombra. La parte visual la hicimos a partir de una forma sinusoidal, algo que antes era inviable», detalla Salinas. En cuanto a eficiencia, muestra Peña que «el diseño paramétrico permite valorar las prestaciones de estas edificaciones; ahora se implementa la incidencia de carbono o el análisis del ciclo de vida».
El primer gran proyecto, en 2013, la parametrización de la cubierta y la fachada del estadio Santiago Bernabéu, se realizó en colaboración con el equipo GMP/L35/Ribas. «Hoy casi todos los estudios de vanguardia, relata Salinas, cuentan con un especialista en diseño paramétrico. En aquella época no existía y nosotros éramos una especie de autónomos mercenarios». El primer concurso era con el estadio descubierto, pero el Real Madrid decidió cubrirlo. «Modelamos la piel del edificio desde cero prácticamente», afirma. Luego vinieron otros trabajos, como el campo de entrenamiento de alto rendimiento del Real Madrid, junto a ingenieros; o la participación en el CaixaForum de Valencia, liderado por Enric Ruiz-Geli. Este proyecto está compuesto por geometrías de doble curvatura difíciles de llevar a cabo de manera económica. El último encargo corresponde a Jaeger-LeCoultre, una compañía suiza fabricante de relojes de lujo. La fachada de la Flagship Store de Beijing se levantó gracias a diseños constructivos y combinaciones de teselas.
La arquitectura paramétrica también casa con la construcción industrializada, precisa Peña: «Recapitulando, podríamos decir que en el siglo XXI con diseño computacional podemos hacer prácticamente cualquier cosa. Vinculado a la fabricación digital y a la industrialización, también empezamos a poder construir cualquier geometría o variaciones sobre un mismo diseño, gracias a un mismo algoritmo con costes competitivos».
Casanueva Arquitectos es un estudio, radicado en Oviedo, que implementa proyectos donde se suman parámetros como la luz y el clima. La arquitecta Mae Casanueva Ovies considera que la arquitectura paramétrica es «una revolución, no porque produzca formas muy llamativas, sino por la manera en que transforma el proceso; antes se trabajaba con una o dos alternativas, mientras que ahora podemos generar múltiples iteraciones sobre una idea».
El proceso permite analizar cómo incide la luz, cómo circula el aire, cómo se comporta la radiación solar o cómo responde la estructura. «También es una revolución constructiva, porque antes había geometrías a las que no podíamos acceder constructivamente, mientras que ahora podemos ordenarlas matemáticamente y convertirlas en sistemas fabricables», describe la arquitecta.
La optimización de recursos es otra de las bondades de la parametrización, estima Casanueva: «Podemos simular el comportamiento del edificio antes de empezar a ejecutarlo y con ello tomar unas decisiones mucho más atinadas, que al final van a reducir errores a largo plazo. Y luego, además, a nivel estructural podemos comparar alternativas, ajustar espesores, geometrías y dar con la solución más ligera y más eficiente». «El clima es una de las partes que más nos incumbe –declara– cuando utilizamos arquitectura paramétrica, pues podemos tratar la luz, la orientación como variables de diseño, incluso casi como materiales, y esto nos permite crear edificios que funcionan mucho mejor y consumen menos, lo que nos lleva a la arquitectura sostenible bioclimática».
La capacidad de personalización se configura como otra virtud del modelo, señala Casanueva: «El proyecto se construye desde datos reales y desde una idea clara. Cada edificio tiene una luz distinta, un ritmo propio y una forma particular de relacionarse con el entorno, y el diseño paramétrico nos permite responder a esas condiciones con precisión».
La evolución, el futuro, avanza hacia procesos más integrados, «donde la tecnología amplía nuestra capacidad de entender y de tomar decisiones». «Las herramientas digitales, incluida la tan de moda IA, nos permitirán analizar más escenarios, prever comportamientos y comparar soluciones con una rapidez que antes era imposible. Pero la dirección del proyecto seguirá siendo humana. El futuro tendrá una arquitectura más adaptable y más consciente del entorno y las necesidades de los habitantes», sentencia.
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