El 70% del nuevo empleo creado en España lo copan los extranjeros

Su poca cualificación les lleva a competir con los nativos menos formados

Los ocupados foráneos, con o sin doble nacionalidad, son el 20% del total

Julio registra un nuevo máximo en la serie histórica de afiliados extranjeros autónomos

Obras en la calle, en Granada efe

Àlex Gubern

Barcelona

La llegada de extranjeros en las últimas décadas ha transformado la demografía española y, de manera particular, su mercado laboral. En enero de 1976, los nacidos fuera de nuestras fronteras eran algo menos del 0,5% de la población (160.000 foráneos sobre ... 35,9 millones), porcentaje mínimo al que se ha dado la vuelta en pocos años. Ahora, los extranjeros suponen sobre el 12,1% de la población (5,74 millones) y el 13,3% del empleo (más de 2,7 millones de trabajadores), frente al 9,2% y 10,8% respectivamente que representaban en 2015. Si se cuentan los extranjeros con o sin doble nacionalidad, la cifra asciende a 8,3 millones y el 19,9% de todas las personas 'ocupadas'.

El impacto de la llegada de inmigrantes en el paisaje de nuestras ciudades, particularmente en los grandes núcleos de Madrid y Barcelona, es evidente, una revolución demográfica que tiene una influencia directa en el mercado de trabajo, con dinámicas tan acusadas en los últimos años como el hecho de que son los extranjeros los que copan casi todo el nuevo empleo creado.

Así lo recogen las estadísticas oficiales y lo compilan numerosos estudios. Uno de los más recientes, un informe del Observatorio Demográfico de la Universidad San Pablo CEU, que a partir del análisis micro de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) así como del Instituto Nacional de Estadística (INE), apunta que entre el primer trimestre de 2022 y el de 2023 se crearon en nuestro país 368.100 empleos, mientras que el incremento del empleo de extranjeros, incluidos los que tienen doble nacionalidad, fue de 284.400, es decir el 77% del empleo creado. No obstante, y según se apunta en el informe 'La inmigración en el mercado laboral español', «si se cuenta entre los españoles solo a los que lo son de nacimiento, descontando a los que tienen nacionalidad española adquirida, se puede ver que el incremento de ocupación entre los extranjeros nativos –grupo que incluye también a inmigrantes que han trocado su nacionalidad de origen por la española– fue de 348.600: casi el 95% del empleo neto creado».

Aunque en este caso sumando únicamente a los trabajadores con nacionalidad extranjera exclusiva, los datos son coherentes con los recogidos por la Cámara de Comercio de Barcelona, que en su último Informe de Coyuntura apunta que en Cataluña, en unos datos extrapolables a una economía similar como la madrileña, la ocupación extranjera ha concentrado la mitad de los nuevos trabajos después de la pandemia, pasando de una contribución foránea al empleo del 28,8% en el período 2014-2019 al 49,6% entre 2019 y 2023.

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«La aportación de los inmigrantes con empleo es muy valiosa, pero es esencial que se ordenen bien los flujos»

Observatorio Demográfico

CEU

Desde el Observatorio Demográfico CEU –dirigido por Joaquín Leguina y coordinado por Alejandro Macarrón– se hace una lectura muy crítica sobre esta realidad, partiendo de la base, añaden, de que «España está gestionando de forma pésima sus flujos migratorios». «Las causas de que, en términos numéricos, casi todo el nuevo empleo neto (y más de su totalidad en el sector privado) lo estén ocupando inmigrantes escapan del alcance del presente documento, pero la anomalía que esto implica habiendo aún millones de españoles en paro, y sus potenciales consecuencias, son cosas que la sociedad española, y su clase académica y política, deberían tomarse muy en serio», apuntan.

Resulta difícil conocer las causas precisas de esta situación, aunque hay cierta coincidencia en señalar que el nuevo empleo que se está creando es de poco valor añadido y con bajos salarios, precisamente la franja en la que los trabajadores extranjeros 'compiten' con los locales de menor formación. «En España, la inmigración es especialmente poco cualificada, algo que no ocurre en otros países como Estados Unidos o Reino Unido», sostiene Joan Monras, economista e investigador, en un reciente trabajo para 'Papeles de Economía' (Funcas), lo que hace que la proporción de inmigrantes sea particularmente alta comparada con los nativos jóvenes con poco nivel educativo, el colectivo, apunta, que puede verse más afectado de manera negativa por la llegada de extranjeros y el solapamiento que se da en esa franja del mercado laboral.

Efectivamente, en términos de afiliados a la Seguridad Social, por ejemplo, más del 25% de los ocupados en la hostelería y el 18% en la construcción son extranjeros, apuntan por su parte Nuria Bustamante y Sergio Díaz en otro estudio, en este caso para CaixaBank Research, que hace hincapié precisamente en la cualificación de los trabajadores extranjeros, «que presentan un nivel más elevado de lo que a menudo se cree». Si bien es cierto que los menos formados (con estudios primarios incompletos o sin estudios) tienen más peso que los españoles (7,3% de los mayores de 16 años frente al 5,1%) y los que tienen estudios superiores son proporcionalmente menos (23,7% frente al 34,1%), los extranjeros con educación secundaria son los que más han crecido en los últimos años, por encima de los ciudadanos españoles.

Es sobre esta base que se produce un fenómeno muy constatado, el de la sobrecualificación, mucho más aguda entre los foráneos. Mientras que menos del 10% de los nativos universitarios están clasificados como trabajadores en una ocupación elemental, «esta fracción salta a un asombroso 25% entre los inmigrantes altamente calificados», apunta Monras en su estudio para Funcas. Desde la Cámara de Comercio de Barcelona se pone el énfasis en que está dinámica se está modificando, y apuntan que, al menos en Cataluña, los extranjeros han ocupado el 33% de los nuevos puestos de trabajo de alto valor añadido tras la pandemia, cuando antes (2014-2019) era el 20,7%. «La aportación laboral de los inmigrantes con empleo es muy valiosa, pero es esencial que se regulen y ordenen bien los flujos de llegada a España en función de las necesidades del mercado laboral, algo que en absoluto está sucediendo», se tercia desde el Observatorio Demográfico CEU.

De hecho, tal y como se apunta en el informe para CaixaBank Research, las últimas proyecciones demográficas del INE apuntan a que la tasa de dependencia –ratio de población de al menos 65 años sobre población de entre 16 y 64 años– aumentará desde el 31% de 2021 hasta cerca del 54% en 2050. «Esta situación de reducción de la oferta laboral hará que los flujos migratorios tengan un papel esencial en el mantenimiento de la fuerza laboral», concluyen.

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