Las nuevas generaciones conducen el debate sobre la movilidad del futuro

La cuenta atrás de la neutralidad climática ya está activada. De aquí a 2050, los países de la Unión Europea tendrán que haber reducido de forma drástica sus emisiones de gases de efecto invernadero y haber dado con la fórmula para compensar las emisiones restantes e inevitables. La política europea tiene claro que combatir el cambio climático pasa por alcanzar un equilibrio de cero emisiones netas y así se registró en el Pacto Verde para el Clima. De esto hace ya más de tres años y, aunque 2050 suena lejano en la línea temporal, lo cierto es que el calentamiento global no para y el tiempo vuela.

Uno de los grandes focos está puesto en el peor enemigo de la crisis climática: el transporte terrestre. Muy probablemente, si le preguntáramos al lector cuántos cambios a favor del medioambiente ha percibido a la hora de desplazarse en su rutina diaria desde diciembre de 2019, con mucha suerte usaría algún dedo de una mano. A veces da la sensación de que en este compromiso –que es en realidad, una obligación jurídica de la UE– al que todos los países miembros están alineados, la urgencia y el diálogo se pierden por el camino. Precisamente con el objetivo de abrir el debate sobre cómo mejorar la movilidad para ayudar a reducir la contaminación y la congestión, sin perder de vista la seguridad vial, ha surgido el ciclo de encuentros sobre 'La movilidad del futuro', promovidos por la Fundación Abertis.

Temas como la congestión, la contaminación, la accidentalidad, la sostenibilidad, el mantenimiento y la financiación de las infraestructuras, la concienciación vial y el impulso del transporte público, están encima de la mesa del debate, y todos los oídos están puestos en las voces de los que más saben. Según la presidenta de la Fundación Abertis, Elena Salgado, para convertir al país en un referente en movilidad y seguridad vial, «es necesario establecer un diálogo y buscar soluciones de la mano de los principales expertos en la materia que nos ayuden a ofrecer alternativas menos contaminantes, menos saturadas y que favorezcan una mayor seguridad vial».

En este ciclo de encuentros ya se han oído expertos como el responsable de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, quien ponía los adjetivos sobre la movilidad del futuro: «Segura, conectada y sostenible». Tres características que se complementan entre sí con una sinergia esperanzadora en la que la inteligencia artificial juega un papel crucial. Y es que la interconexión en las carreteras poco a poco va cogiendo forma y, con ella, la posibilidad de «compartir información con otros usuarios y así anticiparnos a posibles incidencias que puedan surgir en la movilidad». En este camino hacia la movilidad del futuro, divulgar los avances y realidades de una gestión más inteligente y digitalizada será clave. Un camino en el que, según el secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, David Lucas, los distintos modelos de gestión tendrán que ser conducidos de la mano en una colaboración público-privada.

Ahora bien, si hay una voz con mucho que decir sobre la movilidad urbana y a la que hasta ahora no se había escuchado, esta es la de los más jóvenes. En su objetivo de crear entre todos una movilidad al servicio de los ciudadanos, más limpia, segura y sostenible, Fundación Abertis se ha encargado de darle la palabra a las nuevas generaciones y lo ha hecho en forma de documental. ¿Cubrirá el transporte público las necesidades de movilidad? ¿Reducirán los coches autónomos los accidentes? ¿Será posible mejorar el aire que respiramos? Son algunos de los interrogantes que abre esta pieza audiovisual que pone el foco en la seguridad, la sostenibilidad y la inclusión de la movilidad.

Pisar el freno al vehículo privado y optar por alternativas más sostenibles ha sido uno de los primeros pasos escogidos para comenzar a mejorar la calidad de vida de la sociedad y del planeta. En España, las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) ya son ley. El año 2023 arrancó con nuevas limitaciones para los vehículos menos ecológicos en algunas zonas de los municipios de más de 50.000 habitantes. En total, son 150 las ciudades españolas que deberán implementarlas antes de que venza el año.

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El tráfico genera el 75% de la contaminación, lo que pone en riesgo la salud respiratoria de la población en las grandes ciudades, sobre todo de los grupos más vulnerables. Tan valioso como el aire que se respira es el tiempo que se pierde en las retenciones. Según los datos recogidos en el documental de Fundación Abertis, los atascos aumentan un 25% la duración de los desplazamientos. Y si hablamos de valor, reducir la siniestralidad vial encabeza la lista. La mayor tasa de fallecidos en accidentes de tráfico urbanos pertenece al grupo de 15 a 24 años, y más de la mitad de las víctimas mortales de accidentes son ciclistas, peatones y usuarios de motos y patinetes.

Todas estas gotas van colmando el vaso de las nuevas generaciones, que buscan distintas formas de moverse por la ciudad, como el transporte público o a pie. Es el caso, por ejemplo, de Leyre (14 años, Madrid), para quien lo más normal es ir en bicicleta y afirma que quiere vivir en un lugar donde no le resulte necesario ir en coche. Sin embargo, esta nueva conciencia de la ciudadanía no será suficiente, ya que exigir a la sociedad un cambio a la hora de desplazarse sin proponer alternativas más flexibles, más interconectadas, más seguras y más limpias, que faciliten esa transición, es como pedir peras al olmo. Un ejemplo de ello es que nuestro país tiene solo 245 puntos de recarga eléctrica por millón de habitantes, parte de ellos instalados en las autopistas de Abertis.

Definir la movilidad del futuro también es responsabilidad de las grandes corporaciones y las administraciones. Todo un debate abierto al que los más jóvenes se acaban de sumar gracias a iniciativas como la descrita y en la que los encuentros de 'La movilidad del futuro' seguro que tendrán mucho que decir.