La negociación por el futuro de Almaraz encalla en plena crisis del apagón

Esa frustración que ha provocado el Ministerio para la Transición Ecológica con respecto al futuro de la central nuclear de Almaraz, la primera que inicia su cierre en 2027 —según el calendario pactado en 2019—, ha dejado algo noqueadas a las propietarias del parque nuclear español (Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP). Tanto, que por el momento no hay una fecha concreta ni definitiva para tomar una decisión final —y oficial— con respecto a una petición formal de alargar la vida útil de las plantas, según ha conocido este medio en fuentes del sector energético.

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Pese a que Iberdrola y Endesa, mediante una carta enviada a la ministra Sara Aagesen a principios de mes, dan por sentado que se trata del inicio de una negociación, desde el Ejecutivo rechazaron que esa fuera la vía. Además, fue muy tajante con sus líneas rojas con respecto a los impuestos, algo que la misiva incorporaba como punto de partida para negociar.

En estos momentos la única realidad es que se ha perdido cierta inercia que se había tomado en los últimos meses; sobre todo, desde la sociedad civil, donde ha habido grandes movilizaciones para, en primer lugar, detener el cierre de Almaraz. Este caldo de cultivo, además, se salpimentó tras el apagón. El debate sobre la necesidad de tecnologías que den respaldo a las renovables dio un empujón a la tecnología nuclear. Sin embargo, los continuos desaires del Gobierno han trasladado la intranquilidad a las empresas pese a que los principales directivos de las tres energéticas se han mostrado favorables a que se mantengan abiertas.

En estos momentos existen dudas sobre cómo se va a abordar la negociación. El primer movimiento lo realizaron Iberdrola y Endesa a principios de mes con la carta al ministerio. Pero la neutralización fue contundente: no era una vía oficial y se traspasaron las líneas rojas, argumentó el equipo de Aagesen.

Además, señalaban una cuestión de fondo muy importante: los máximos directivos de las empresas están de acuerdo en que exista una negociación, pero la carta se formuló a título personal por dos compañías. Aquí, como ya sucedió en 2019, entran los intereses cruzados que tienen cada una de las energéticas, y hasta qué punto están dispuestas a ceder terreno. Cabe recordar, además, que la votación de una decisión final se debe resolver por unanimidad. Una cuestión que, como ya avanzó ABC, es muy compleja.

El sector nuclear quizá haya perdido una oportunidad con el contexto del apagón. La «reunión final» no termina de llegar. Esa cumbre en la que se debe decidir, por unanimidad, qué trasladar al Gobierno se ha confundido con las reuniones periódicas que celebran los propietarios de las centrales, como cualquier sociedad.