Las multinacionales reubican su producción y suministro a lugares más amigables
Las multinacionales salen de China y Europa pierde producción en el proceso de reubicación
La industria advierte de una posible deslocalización por los altos precios del gas
Corresponsal en Berlín
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Iniciar sesiónMás del 40% de las empresas multinacionales encuestadas por el Banco Central Europeo (BCE) esperan trasladar la producción y el suministro a ubicaciones políticamente más favorables y perciben a China como un factor creciente de hostilidad. Europa, por otra parte, registra más movimientos corporativos hacia ... fuera que hacia dentro, lo que podría tener consecuencias negativas en el empleo.
Así se desprende del estudio llevado a cabo por Maria Grazia Attinasi, Demóstenes Ioannou, Laura Lebastard y Richard Morris para el emisor europeo. Han preguntado a las empresas cómo ha cambiado la ubicación de su producción/operaciones en los últimos cinco años y cómo esperan que evolucione en los próximos cinco años. Tras analizar sus respuestas, reconocen que «las empresas debaten internamente cada vez más sobre el cambio de ubicaciones de producción desde la pandemia y que la guerra de Rusia en Ucrania «ha alterado el valor cadenas», por lo que las multinacionales están buscando una reubicación de su producción hacia sedes más acogedoras.
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En busca de confirmación sobre el terreno, el BCE ha encuestado a 65 directivos de empresas con presencia global y el 49% de ellos ha reconocido que está «estudiando de cerca» la posibilidad de acercar la producción al punto de venta.
En total, el 42% quiere «apoyar» algunas operaciones en ese sentido o directamente el traslado a lugares más seguros. «En cuanto a aquellos países que plantean o podrían plantear un riesgo a las cadenas de suministro en su sector en términos más generales, «dos tercios de todos los encuestados citaron a China», informa el BCE.
El gigante oriental se sitúa así en el centro de este movimiento centrífugo que, por otra parte, afecta a todo el planeta. Más de la mitad de las empresas han reducido el número de países en el que se proveen de materiales críticos y casi todas reconocen que estos suministros enfrentaban ahora un riesgo elevado. «Una gran mayoría identificó China como ese país o uno de esos países considerandos esto de riesgo elevado», precisa el informe.
La UE sale perdiendo
En cuanto a los países miembros de la UE, es probable que salgan perdiendo de este movimiento global, según este estudio. El número de empresas que buscan mover su producción fuera del bloque sigue siendo mayor que el número en movimiento contrario y esto podría tener un impacto «significativo» en el empleo.
Esta tendencia también podría alimentar la inflación, teniendo en cuenta que la mitad de las empresas consultadas han dicho que esperan que los cambios se traduzcan en precios más altos al cliente. Una proporción mayor de empresas también ha respondido que espera una tendencia a reubicar más producción geográficamente, más cerca del sitio de producción final o del país de ventas, además de diversificar las operaciones en mayor medida entre países, y/o reubicar más producción hacia países políticamente más cercanos al principal país de ventas ('friend-shoring') en los próximos cinco años, en comparación con los últimos cinco años.
La deslocalización de la producción ya era una tendencia bastante común que ahora se espera que se intensifique.
El 42% de las empresas prevé apuntalar su producción en países políticamente afines, frente a sólo el 11% en los cinco años anteriores. Si se analizan los hallazgos en detalle, son principalmente las empresas que ya estaban realizando operaciones de 'near-shoring' o que esperaban hacerlo las que ahora también anticipan diversificar y hacer 'friend-shoring' de algunas de sus operaciones. Además, estas acciones se asocian por igual con empresas que dicen que prevén trasladar más producción a la UE y con aquellas que dicen que prevén trasladar más producción fuera de la UE.
Aunque ha surgido poca evidencia empírica de una mayor fragmentación en las cadenas de valor globales y «la mayoría de los análisis realizados hasta la fecha no encuentran evidencia de cambios significativos en los patrones comerciales europeos agregados, es posible que tarde algún tiempo en desarrollarse la forma en que las empresas están ajustando sus relaciones comerciales y la gestión de su cadena de suministro, dados los desafíos y costes que implica modificar los modelos de negocios, las cadenas de suministro y los contratos«, concluye.
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