Multan a Vueling por obligar a llevar maquillaje y tacones a sus azafatas

Ahora, Vueling se enfrenta a una multa de 30.000 euros por la vestimenta y aspecto que pide a sus azafatas. Inspección de Trabajo de la Generalitat ha propuesto una sanción a la aerolínea española pionera por lo que consideran una clara discriminación de género entre su personal a raíz de una denuncia que recibieron en abril de 2022 por parte del sindicato de tripulantes Stavla.

La polémica en cuestión se ha abierto porque la compañía, instaba, en concreto a sus tripulantes de cabina a calzar tacones de 5 a 8 centímetros, aplicar una base de maquillaje parecida a su tono de piel y utilizar delineado de ojos y máscara de pestañas negros. Por el contrario, y según ha avanzado 'El Periódico', tenían prohibido las extensiones de pestañas artificiales, la sombra de ojos que no fuera gris o marrón claro o el pintalabios que no sea discreto.

Los denunciantes lamentaban que estos requisitos estéticos no son exigidos a los hombres que trabajan en la compañía, a los que únicamente se les pide un «aspecto limpio y pulcro». La Generalitat ha considerado, por todo ello, que esta falta de equilibrio entre empleados y empleadas es una infracción muy grave que perjudica a una parte de los empleados.

Vueling, por su cuenta, ha asegurado que trabajan «para escuchar las demandas del colectivo» y que las condiciones cuestionadas se han ido pactando con los sindicatos. La empresa asegura que ha eliminado la distinción de género del código de vestimenta, ha transformado en «totalmente opcional» el uso del maquillaje y ha ofrecido diversos modelos de calzado, con opciones a partir de los 3 centímetros de tacón.

«Hemos estado trabajando en nuestra guía de estilo y en una imagen más inclusiva«, ha añadido la aerolínea española, cuyos portavoces explican que estudia ahora la posibilidad de recurrir la propuesta de sanción.

Otros sindicatos han aprovechado la ocasión para criticar este tipo de prácticas. Es el caso de la UGT, cuyo secretario general, Pepe Álvarez, ha considerado que este caso es un caso más de «desigualdad» y del «machismo» que sigue existiendo en centros de trabajo.