Muere a los 92 años Juan Miguel Villar Mir, exministro y empresario inmobiliario

Porque es su faceta como empresario la que le hizo un nombre en la sociedad española. Empresario tardío, a los 55 años Villar Mir empezó a dar forma a su imperio cuando en 1987 compró por una peseta más la deuda la constructora Obrascon a Altos Hornos de Vizcaya e inició una de las sagas constructoras más exitosas de nuestro país con la creación del grupo inmobiliario que todavía hoy lleva su apellido. En 1999, la fusión de Obrascon, Huarte y Lain, formó las iniciales de OHL para fraguar la joya de la corona del conglomerado empresarial. Villar Mir abandonó la presidencia de la compañía en 2016 y su primogénito, Juan Villar Mir de Fuentes, ocupó su puesto.

Pero no todo fueron días de vino y rosas. Tras una década de inestabilidad, la familia Villar Mir fue reduciendo su exposición en OHL y en 2020 vendió un 25% del capital a los empresarios mexicanos Luis y Julio Amodio. Su salida definitiva llegó el año pasado cuado vendió el 7% que le quedaba en cartera al fondo monegasco Tyrus. En los últimos años, OHL se había convertido en una compañía superviviente, acorrolada por sus altos niveles de deuda. La crisis financiera y los supuestos escándalos de corrupción en los que se vio involucrada la compañía, pero que nunca fueron probados, dejaron un agujero que todavía hoy no se ha conseguido tapar del todo.

En su día, OHL llegó a valer 3.000 millones de euros y tener alrededor de 30.000 empleados. Algo que la compañía sustentó en las grandes obras que hizo por todo el mundo, muchas de ellas imposibles de rentabilizar. Todavía hoy, bajo el control de los hermanos Amodio y renombrado desde 2021 como OHLA, pelea por seguir adelante, mediante importantes desinversiones, y en búsqueda de un socio que dé luz al futuro de la compañía.

Más allá de OHL, el grupo Villar Mir sigue teniendo un papel destacado en el entramado empresarial español. El holding, que Juan Miguel Villar Mir presidió hasta 2021 en favor de su primogénito, y del que hasta su fallecimiento ocupó la presidencia de honor, controla hoy bajo su paraguas a importantes firmas industriales como Ferroatlántica, Fertiberia o la inmobiliaria Espacio. A través del conglomerado, Villar Mir llegó a ostentar Torre Espacio, en su día el rascacielos más alto de España ubicado en la Cuatro Torres Business Area de Madrid, en el extremo norte del Paseo de la Castellana. Debido a la grave crisis por la que empezó a transitar el grupo a partir de 2015, el empresario se vio obligado a vender el edificio en ese año al grupo filipino Emperador por 600 millones de euros. Hoy, el inmueble se llama Torre Emperador y sigue albergando las oficinas de OHLA.

Nacido en Madrid el 30 de septiembre de 1931, Juan Miguel Villar Mir también tuvo un brillante currículum académico. Estudió en Estados Unidos y obtuvo dos cátedras por oposición de la Universidad Politécnica de Madrid llegando a pertenecer a cuatro reales academias, siendo académico de número de la de Ciencias Morales y Políticas y la de Ingeniería.

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En 1967 fue designado presidente del Fondo Nacional de Protección del Trabajo para, posteriormente, convertirse en presidente de Altos Hornos del Mediterráneo e Hidrónitro Española. El Rey Juan Carlos le concedió un marquesado en 2011.

En su vida, Juan Miguel Villar Mir, también tuvo un hueco para el deporte. Ejerció de forma breve como vicepresidente en el Real Madrid bajo el mandato de Ramón Mendoza, hasta que en noviembre de 1995, Mendoza dimitió en un clima de enfado por roces entre Lorenzo Sanz y el propio Villar Mir por hacerse con el sitio principal del palco del Estadio Santiago Bernabéu.

En el verano de 2006, tras la dimisión de Florentino Pérez, inclusó llegó a optar a presidir el Real Madrid en una candidatura junto al piloto Carlos Sainz. Pese a tener el impacto mediático del bicampeón del mundo de rallies, dicha candidatura ocupó la tercera posición en unas elecciones ganadas por Ramón Calderón, quien venció por pocos votos a Juan Palacios. Durante la carrera electoral, Villar Mir llegó incluso a asegurar que tenía un acuerdo con Cristiano Ronaldo, jugador entonces del Manchester United, que tres años más tarde, con la vuelta de Florentino Pérez a la presidencia, aterrizaría en el estadio Santiago Bernabéu para convertirse en una leyenda del club.