El tándem Sánchez-Illa maniobra para colonizar el Ibex

De hecho, según fuentes del entorno del Govern, el propio 'president', Salvador Illa, llevaría meses trabajando con ese firme objetivo, y fomentar la vuelta a Cataluña de las empresas que se fueron a partir del 20 de octubre de 2017, con la complacencia, por cierto, de la patronal de las empresas catalanas, Fomento del Trabajo.

El caso es que Illa, con el aval de Sánchez, ha estudiado cuidadosamente cómo lograr la vuelta de todas las que se fueron –las pequeñas, las medianas, pero sobre todo las grandes–, con el ojo puesto en las más icónicas del tejido empresarial de la comunidad, como Caixabank, Criteria, Cellnex, Sabadell, Colonial y Naturgy, que permitiría a la región rivalizar de nuevo con Madrid y que les devolvería el liderazgo de la producción y la productividad.

Ahora, una vez consumada la operación Murtra, por sorpresa y en fin de semana, las fuentes aseguran que se pone de manifiesto que la dupla Sánchez-Illa llevaba varios meses gestándola para activar también la segunda fase de su plan: que a lo largo de los próximos meses se produzca un movimiento similar, en alguna de las grandes empresas con participación o de interés público. Es decir, que aterrice alguna otra figura cercana al socialismo catalán en la presidencia de alguna cotizada con sede en Madrid, si bien los nombres y apellidos de las mismas se las reservan aunque están en la mente de todos.

Fuentes socialistas explican que Sánchez está obsesionado con el «ayudar a Illa» a que se «asiente» en el poder. Y el apoyo del empresariado catalán, clave para su victoria el pasado mes de mayo, se antoja clave para que el primer secretario del PSC pueda perpetuarse durante años al frente del gobierno de Cataluña, en línea con el reinado de Sánchez, y «recuperar lo antes posible la representación del partido socialista catalán en el Gobierno», en la actualidad bajo mínimos, colocando afines en altos cargos en «empresas públicas o con participación estatal» como se ha ido haciendo durante toda la etapa del sanchismo.

Un megaplan que lleva en el ideario del presidente Sánchez desde el mismo momento en el que diseñó su equipo ministerial en 2023, y todo, según fuentes próximas al partido socialista, con el beneplácito de muchas de las grandes empresas del sector.

Fuentes financieras conocedoras de los movimientos del presidente aseguran que, si bien no hay certeza de que La Caixa, Naturgy, Colonial o Sabadell, fueran informadas del plan y, es más, estuvieran de acuerdo, en círculos privados y reuniones de empresarios catalanes con el mundo político «sí han han oído hablar del tema».

Ayer mismo, desde La Caixa –buque insignia histórico del empresariado catalán– insisten en su intención de mantener su sede social en Valencia «con carácter indefinido». Una decisión estratégica que «no está bajo revisión». Ahora bien, el cuartel general de su banco –Caixabank– se mantiene en un punto mítico de la ciudad de Barcelona, en la Diagonal. Las fuentes apuntan que no hay que dejar de lado el hecho de que la entidad financiera está bajo el control de alguna manera del Estado, a través del FROB, que mantiene una participación que en lugar de rebajarse, se aproxima al 17%.

Por ello, es del todo ineludible en el plan «secreto a voces» Sánchez-Illa, por el simbolismo que implica, que La Caixa vuelva a Barcelona. «Sería cerrar el círculo y el colofón de la vuelta a la normalidad», dicen las fuentes socialistas, que avisan que en Naturgy estén ojo avizor, una vez que el fondo IFM está centrado en subir su participación con o sin el beneplácito del presidente Francisco Reynés.

Un enredo político que tiene en el mundo político empresarial del PSC su epicentro. De hecho, en el inicio de las conversaciones entre Sánchez e Illa, este último le reclamó que un socialista catalán se hiciera cargo de la cartera de Industria para lograr el objetivo ya cumplido de ser presidente de la Generalitat. Jordi Hereu, entonces al frente de la empresa pública Hispasat, y anteriormente alcalde de Barcelona, fue el elegido por Sánchez e Illa para pilotar el ministerio. Aunque se barajaron otros perfiles, como el del presidente de AENA y exportavoz del PSC en el Parlament, Maurici Lucena, en la recámara de ambos, o también Isaías Táboas, expresidente de Renfe, y exsecretario de Estado de Transportes con Zapatero y secretario General de la Presidencia de la Generalitat durante el gobierno Montilla, «por si alguna gran compañía no accede a sus planes y tiene que ocuparse de ocupar el sillón del presidente de la misma, al estilo Murtra en Telefónica». No en vano, hasta ese momento, junto a Murtra (expresidente de Indra hasta el pasado sábado 18 de enero), ambos eran los máximos exponentes catalanes de empresas con sede en la capital en el Ibex.

El 3 de diciembre, Cementos Molins ponía fin a su particular retirada a Madrid y su consejo aprobaba la vuelta de su sede social a Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), convirtiéndose en la primera gran empresa en volver. Han pasado más de siete años desde que decidieron marcharse por el 'procés'. Y han vuelto –dicen en la compañía– sin presiones, al respirar cierta estabilidad institucional y caminar hacia un escenario de seguridad jurídica.

La segunda en 'oler' esa mejor situación en los poderes institucionales catalanes ha sido Banco Sabadell, el primero de los dos grandes bancos en decidir la retirada en 2017. Desde entonces, ninguna de las grandes empresas que 'huyeron' decían haberse planteado el camino de vuelta, y decían no tenerlo ni sobre la mesa. Ahora bien, sí han reconocido que con Illa al frente de la comunidad se advierte que «se está en camino de reconstruir lo que derribó el independentismo en casi diez décadas».

«Creo que es una buena noticia que el Sabadell vuelva a Cataluña. Yo siempre lo he dicho ojalá todas las empresas catalanas volvieran a Cataluña». Palabra del patrono de patronos.