«Garrote vil» en Prisa

Las miradas ahora están puestas sobre 'Cinco Días', donde Amanda Mars llegó de la mano de un equipo señalado como «nada de fiar» por el propietario. Cabe recordar que Oughourlian tuvo que dar su polémica entrevista en la que anunciaba el golpe de mano en el diario económico de la competencia, Expansión, porque aseguraba no fiarse de su propia gente.

La salida de Bueno ha caído como un jarro de agua helada en el grupo de directivos/políticos situados por el sanchismo al frente de grandes compañías con participación estatal, que tenían en Bueno una segura vía de entrada para extender públicamente y sin trabas la narrativa más amable hacia sus intereses y, lógicamente, los monclovitas.

En Moncloa han llegado a la conclusión de que detrás de los movimientos de Oughourlian está el poderoso grupo galo Vivendi, accionista de Prisa, sin cuyo 'plácet' nunca se hubiera producido la luz verde en el consejo de administración a una destitución tan significativa como la de Bueno. Vivendi nunca ha llevado bien las presiones, ni francesas ni españolas, y sabe que su hombre es Oughourlian por encima de coyunturas políticas pasajeras.

El nuevo movimiento de Oughourlian se interpreta en el sector político y el empresarial como un mensaje contundente de doble filo: si Contreras y sus afines tienen alguna oferta por Prisa este es el momento de presentarla, con dinero contante y sonante, y una mano tendida al PP ante lo que bien parece un final de ciclo del PSOE, utilizando nuevos nombres que si bien todos emiten en la órbita ideológica de la izquierda no comparten la línea del sanchismo.