Madrid se consolida como locomotora empresarial: concentra el 31% de las grandes firmas
La política de bajos impuestos en la región se convierte en un imán para atraer sedes de las principales corporaciones y multinacionales, aunque Cataluña lidera el número total de negocios
Los menores sueldos han permitido a las pymes españolas compensar su pérdida de productividad frente a Europa y no perder competitividad
Sánchez ha subido los impuestos hasta 69 veces desde que llegó a La Moncloa
Vista del skyline de Madrid
La fiscalidad se ha convertido en uno de los ejes centrales de las políticas del Gobierno central y del autonómico de Madrid. En el primer caso, por la espiral de impuestos, de cotizaciones y de tasas, agudizadas desde que Pedro Sánchez llegó a la ... Moncloa; en el segundo, por más de una treintena de rebajas impositivas en los últimos seis años, sustentadas por el IPRF y el Impuesto de Sucesiones. Esta última política ha permitido, por un lado, compensar los efectos de la inflación en el bolsillo, mermado por las más de 69 alzas impositivas desde 2018 y, por otro, convertirse en un imán para atraer grandes inversiones a la capital de España.
Aunque Cataluña lidera el número total de empresas que hay en España (18,5%), Madrid ha logrado concentrar el 30,6% de las grandes (el doble de su participación del 15,8% en el total), y en albergar el mayor número de sedes de grandes corporaciones y multinacionales. A distancia estaría la región catalana, teniendo en cuenta que entre ambas capitales concentran más del 50% de estas grandes firmas. Así se recoge en el estudio de la Fundación Afi Emilio Ontiveros sobre la 'Radiografía del tejido empresarial español: en busca del crecimiento', un trabajo en el que se analiza la demografía empresarial en España en los últimos quince años y su comparación con las economías europeas.
El avance empresarial que se lleva anotando la capital en los últimos años es el camino contrario a lo que ha ocurrido en Cataluña, sobre todo desde el referéndum del 1 de octubre de 2017. Durante años el independentismo minimizó el impacto negativo del 'procés', particularmente la importancia de la pérdida de sedes empresariales, pero los datos de los registradores de España apuntan a que el goteo de traslados a otras regiones ha llegado a acumular más de 8.000 desde aquel año. Algunas grandes como La Caixa también decidieron volver siete años después.
Entre tanto, Madrid sigue despuntando como la región más atractiva para los inversores. En los primeros seis meses de este año acaparó el 53,2% de los fondos que llegaron a España, con 4.509 millones, frente a los 1.189 de Cataluña. Los datos en el conjunto de España refleja que el capital exterior se repliega y en el mismo periodo la inversión cayó un 60,4%.
Más del 70% de la firmas en la comunidad de Madrid son de servicios, con una densidad de empresas industriales baja
El informe de la Función Afi Emilio Ontiveros apunta que la densidad empresarial (número de empresas por 10.000 habitantes) es la medida más relevante del dinamismo empresarial en el territorio, dominando por Cataluña, Madrid, la Comunidad Valenciana y Baleares. Las otras regiones con densidades elevadas son Cataluña y Madrid. En el último caso, el número de empresas de este sector supera el 70%, aunque la densidad de las empresas industriales es «especialmente baja», a diferencia de la comunidad catalana.
Escaso peso de la industria
El nexo que une a todas las regiones españolas es un tejido empresarial muy atomizado, dominado por pymes, mayoritariamente sin asalariados, (52,1% del total de empresas) y de microempresas con menos de 10 asalariados (43,1%). Poco más de 21.000 son empresas medianas (50-249 asalariados) y algo más de 5.000 empresas son grandes (250 o más asalariados). Como ocurre en la economía española, la tendencia es a «una imparable tendencia a la terciarización«, con un peso creciente de empresas del sector servicios y decreciente en la industria«.
El caso de Alemania
Si hay una variable que preocupa a los expertos es la productividad de la economía española y de las empresas, lo que también analiza el trabajo de la Fundación Afi con una comparativa con Europa. En términos de productividad aparente (valor añadido por empleado) España se sitúa por debajo de la media europea, en todos los tramos de tamaño empresarial. Respecto de esa media, el desempeño de la empresa española sería en torno a un 20% inferior y de hasta el 30% en su comparación con Alemania.
Pero pese a «la persistente» menor productividad, las pymes españolas han logrado «un importante proceso de convergencia« en rentabilidad económico financiera. Un salto que se justifica por el coste laboral unitario, que en nuestro sería de un 20% frente al área euro y de un 30% frente a Alemania, porcentajes muy similares a los registrados en productividad. Esta menor retribución salarial sería el «factor de ajuste para compensar la menor productividad, sin poner en riesgo su competitividad».