La madera da la talla en el desafío de la economía circular

Recuperar la madera para su reutilización sirve a propósitos medioambientales, pero también favorece la sostenibilidad económica de los negocios, pues la madera reciclada puede suponer un 40% menos de coste que la madera natural fresca. Hasta hace poco, los residuos de madera se usaban solamente como combustible, pero ahora la tendencia hacia el reciclaje es cada vez mayor, como prueba que los residuos de madera reciclados en España en 2020 ascienden a 2,8 millones de toneladas.

La tecnología más innovadora contribuye a que el tratamiento de la madera para su reciclaje se aleje de los cánones tradicionales cuando se utilizaban cribas para separar los residuos y luego se ponían en piscinas de flotación para separar por densidad.

Tomra Recycling Sorting se sitúa a la vanguardia de los nuevos procesos. José Matas, director del segmento de madera de la compañía explica el método: «En el segmento de la madera fuimos pioneros hace diez años aplicando las máquinas de clasificación basadas en sensores para la limpieza del producto. En una primera fase, hacemos la separación mediante equipos de clasificación automática dotados de un sensor de rayos X que vienen del reciclaje de metales. Gracias al sensor de rayos X, detectamos el material que está pasando por la cinta, de una manera idéntica a las radiografías del cuerpo humano. Programamos la máquina para que mida la densidad de los materiales y se pueda diferenciar. Somos capaces de detectar piedras, cerámica, vidrio... También incluso somos capaces de ver cualquier tipo de metal y cualquier tipo de madera que contenga alguna pieza metálica insertada. La máquina va a poder expulsar así cualquier impureza». La máquina dispone de un bloque de válvulas que con aire a presión expulsa todas esas impurezas.

La segunda fase del reciclado se basa en la Inteligencia Artificial y el aprendizaje profundo. La IA reproduce lo que hacen los operarios de manera manual: analizar la madera, clasificarla y separarla. En este momento se separa la madera por tipología y calidades, porque puede proceder de residuos forestales, de palés, de madera con melamina, de aglomerado o de MDF. Es importante separar la madera natural de la madera procesada.

«A la máquina se le enseña cuáles son los distintos tipos de madera que tiene que separar -señala Matas-, diferentes dimensiones, espesores, tipos de madera, colores… Cuando conoce estas variantes le enseñamos qué es la madera procesada, las diversas piezas de aglomerado, las medidas, formas, colores... Luego le mostramos miles de fotos para que aprenda las tipologías y después la adiestramos para que sepa lo que tiene que separar».

Está en auge el reciclaje de palés, actividad que evita las talas de árboles y que facilita la reutilización o una segunda vida como mobiliario. En decoración tiene amplias posibilidades para diseñar muebles de alta calidad tanto para ambientes modernos como más tradicionales, en exteriores y en interiores.

Desde hace 25 años, el Grupo Querqus se dedica a la recuperación, fabricación y distribución de envases y embalajes de este material. Pero recientemente se ha enfocado en la compra y venta de palés reciclados. Para ello cuenta con un aserradero y fábrica, Apurna Alto Gállego, en Sabiñánigo (Huesca). En Zaragoza se encuentra la sede central de la empresa, que tiene instalaciones además en Valls (Tarragona), Burgos y Briviesca (Burgos). Entre todos los centros tienen un movimiento anual que ronda los 3,5 millones de palés.

¿Pero cómo se reciclan los palés usados? «Es un proceso muy sencillo -indica Fernando Ucelay Alonso-Lej, director general del Grupo Querqus-. Cuando llega un palé con varias tablas rotas, una máquina, Vacuum, lo coge y lo alza para que se pueda comprobar su estado. Los operarios quitan la tara en una mesa de reparación donde se le acoplan las tablas o tacos que precise para volver a la cadena de suministro».

Y la madera que ya no puede reutilizarse más tiene por delante todavía un último servicio, comenta Ucelay: «El palé que ya no se puede reparar se tritura. Con esa astilla, con ese serrín se pueden crear tablas de aglomerado para muebles de cocina o biomasa para combustión».

La startup guipuzcoana Ekomodo especializada en reciclaje y economía circular ha lanzado recientemente una línea de accesorios para el hogar y la oficina elaborados con madera y plástico reciclados. Esta colección, a la que llaman Etxe, utiliza palés de madera y consta, según el CEO y confundador Aritz Gartzia, «de un vaciabolsillos, que tiene un soporte con un hueco para dejar el ipad, las llaves, el móvil… un recipiente y ocho posavasos circulares con diseño de estética minimalista y un soporte para elevar el ordenador y que sea más ergonómico».

Esta compañía, que nació en 2019, busca transformar residuos de diferente tipo en productos de alto valor, de diseño, para competir en el mercado. En este sentido, se trata de una apuesta clara por la estética y la ética ecológica: «No vale cualquier palé, porque algunos llevan un barniz que limita la reutilización o puede tener una mala calidad o muchos clavos. Para nosotros, el ecodiseño es clave para la reutilización».