La luz sube un 40% desde el apagón

El uso del gas para garantizar el suministro eleva la factura a 60 euros tras cuatro meses al alza en detrimento de las renovables

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Tendido de red eléctrica en Sevilla. REUTERS

El precio de la luz está registrando una subida continua a la par que silenciosa, que se extiende poco a poco como una mancha de aceite entre los 30 millones de contadores eléctricos, con un origen muy definido: el 28 de abril, el ... día en el que toda España se quedó a oscuras. Desde ese momento, cuando hogares y empresas comenzaron a recuperar poco a poco el suministro, el coste eléctrico no ha parado de subir situando los precios de este verano por encima de los de 2024, a pesar de que ahora hay más potencia renovable disponibles (fotovoltaicas y eólicas), las centrales que deben moderar los precios.

El coste de generación de la electricidad, que es el que se toma como referencia base para calcular lo que los consumidores pagan en sus recibos, va a cerrar agosto por encima de los 71 euros por megavatio/hora (Mwh). Es casi tres veces superior a la referencia que apuntaba ese mercado a finales de abril, cuando se movía en el entorno de los 26 euros/Mwh, según los datos de OMIE, el operador ibérico. Y también supera a las cotas del verano de 2024, cuando el precio medio entre junio y agosto de entonces se situó en los 64 euros/Mwh.

Estas cifras tienen su reflejo en el importe de la tarifa que pagan los consumidores mes a mes. Tomando como base la regulada (el denominado PVPC, vinculado a estos costes del mercado diario), el precio de la luz de los ocho millones de hogares acogidos a esta modalidad se ha incrementado un 40% en los últimos cuatro meses, desde finales de abril. Ha pasado de los 0,10 euros por kilovatio/hora (kwh) a rozar los 0,14 euros/kwh con los que previsiblemente va a terminar agosto. La tendencia ha sido alcista sin mostrar síntomas de debilidad en las subidas. Y esa situación ha provocado que una factura media por la que se pagaban unos 50 euros en primavera ahora suponga unos 10 euros más al mes.

Pagar más por tener menos sustos

La clave de estos incrementos se encuentra en el 'modo seguro' en el que opera la red eléctrica desde el apagón. Una fórmula que la presidenta de Redeia, Beatriz Corredor, anunció nada más recuperar la luz, y de la que no se ha desprendido el sistema para evitar nuevos sustos. Aunque los precios suelen subir en determinados momentos del verano por la mayor demanda –aires acondicionados, equipos de refrigeración, etc.–, es la activación de los ciclos combinados de gas lo que explica en buena medida estas subidas de precio, tal y como indican fuentes del mercado eléctrico.

En lo que va de 2025, estas plantas que queman gas para producir luz están aportando más un 15,2% de la luz que se consume; en el mismo periodo del año pasado apenas superaban el 11%, según los datos de Red Eléctrica. Solo en este agosto, más de un 18% de la producción llega desde los ciclos; en julio superó el 17%; y en junio llegó a rozar el máximo anual, el 20%. Se trata de las centrales en las que más caro cuesta generar luz, aunque también son las que más rápido se pueden activar y más respaldo pueden aportar al sistema para evitar precisamente apagones. Por eso, Redeia ha obligado a que estas plantas se encuentren preparadas para amortiguar las oscilaciones que fueron las que derivaron en el apagón de abril.

El mayor uso de los ciclos choca con la implantación de renovables, sobre todo fotovoltaicas. Más aún en un periodo como el del verano, donde su uso es récord. Estas plantas aportan este año menos electricidad (un 57% del total) que en el mes de agosto del año pasado (un 59%). Aun cuando la potencia instalada es un 2,2% superior.

Para averiguar de dónde salen los precios que pagamos por la luz hay que partir del coste de generación, lo que se les paga a las centrales por producir luz. Cuantas más plantas de ciclos intervengan, más caro sale el precio. Y eso es precisamente lo que ocurre durante estos meses para garantizar el suministro. Para ello, Red Eléctrica incluye el coste de los servicios de ajuste –la herramienta con la que se pagan las modificaciones que hace a la energía planificada para asegurar un correcto funcionamiento del sistema para evitar otro apagón. En abril esos ajustes fueron de 18,4 euros por Mwh. En mayo ya subieron a más de 26 euros. Y desde entonces ha llegado a rozar los 30 euros. Unos cargos que se suman a la factura que finalmente abona el cliente mes a mes. Todo ello sin que el Gobierno haya aclarado aún el origen del apagón y los agentes responsables implicados, así como el futuro de las nucleares, que también condicionarán los precios si se cierran.

Actualización inminente de tarifas

Esta nueva realidad impacta directa o indirectamente a los usuarios. Y si aún no ha sido así, lo hará en el futuro. Por una parte, la medida afecta desde mayo al cliente regulado y también a aquellos que tienen el precio de la factura de la luz indexado al mercado, que han visto incrementada su factura eléctrica en los recibos de estos últimos cuatro meses.

Aunque los consumidores con un precio libre estaban teóricamente más protegidos, pues el precio que pagan ya incluye los costes previstos de los servicios de ajuste, el impacto llegará con la sucesión de renovaciones de contratos. En esos momentos, previsiblemente las eléctricas actualizarán precios al alza y decidirá cómo repercute este nuevo contexto.

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