Las luces y los puntos oscuros de la largamente esperada ley de startups
Tras su aprobación en el Congreso, las patronales Adigital y AES analizan una norma con avances para el sector, pero que también ignora viejas reclamaciones
Laura Montero Carretero
Cuatro años han transcurrido desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hablase por primera vez de la creación de una ley específica para las empresas emergentes de base tecnológica. La inestabilidad política hizo que el proyecto se retrasara, pero el pasado 3 de ... noviembre superó al fin su tramitación en el Congreso y ahora solo queda trasladarlo al Senado para su aprobación. El texto establece por primera vez qué es una startup, incorpora beneficios fiscales, reduce la burocracia y favorece la atracción a España de los conocidos como nómadas digitales.
Adigital y la Asociación Española de Startups (AES), principales actores del sector, celebran que la norma esté a punto de convertirse en realidad –entrará en vigor en enero de 2023– y creen que tendrá un impacto positivo, si bien echan en falta algunas medidas. Precisamente, las organizaciones, que juntas suman más de 1.200 compañías representadas, acaban de unirse para potenciar el emprendimiento innovador en nuestro país. «Somos dos organizaciones muy sinérgicas que llevamos varios años trabajando en un frente común como ha sido impulsar que hubiera una ley de startups en España», asegura el director general de la primera, César Tello. Por su parte, el presidente de la AES, Carlos Mateo, destaca que con la fusión pretenden «seguir avanzando en el propósito común de convertir a España en el mejor país para emprender», a la vez que fortalecen las conexiones entre grandes empresas y startups para fomentar así la innovación abierta.
La norma llega en un momento decisivo para el ecosistema de startups de nuestro país. En la última década ha multiplicado por veinte su valor, hasta alcanzar los 83.000 millones de euros este ejercicio, según un estudio de la consultora PwC. En lo que respecta a financiación, 2021 fue un año récord, con 4.294 millones de inversión, la mejor cifra de la serie histórica, de acuerdo a la Fundación Innovación Bankinter. «Además, empezamos a tener un historial de unicornios que antes nadie se esperaba. La ley puede ayudar a que este tipo de empresas crezcan más rápido», comenta Tello.
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Entre los cambios favorables que contempla la norma, el presidente de Adigital señala la mejora en la tributación de los 'carried interest' (comisión a éxito de las gestoras de capital riesgo), cuya exención será de hasta el 50%, así como la subida de la base máxima de deducción por inversión en empresas de nueva o reciente creación, que pasará de los 60.000 a los 100.000 euros anuales.
Otra novedad bien acogida es el nuevo régimen de las 'stocks options', las acciones con las que las startups pueden retribuir a trabajadores estratégicos: la ley eleva la exención fiscal de 12.000 a 50.000 euros y, sobre todo, retrasa su tributación al momento en que se hagan líquidas. «Era una demanda que se venía pidiendo desde el sector», apunta Mateo. A su juicio, también es importante la creación de un visado para el teletrabajo de carácter internacional, que permitirá entrar y residir en España durante un año mientras que sus titulares ejercen su actividad para sí mismos o para empleadores en cualquier lugar del mundo. «Facilitará mucho la atracción de talento internacional», dice.
Desde estas organizaciones entienden que la ley es clave para garantizar un tejido empresarial sólido a largo plazo, pero advierten de que determinadas reivindicaciones del sector no han sido atendidas. «Hay una demanda histórica, la cuota de autónomos societarios, ya que supone una carga al inicio de proyectos que todavía no están recibiendo ningún ingreso», indica Mateo, que matiza, eso sí, que la ley se contempla como un trabajo continuado, como demuestra el establecimiento del Foro de Empresas Emergentes, que evaluará si las medidas actuales son suficientes. A este instrumento fía Tello la posibilidad de que se pueda ampliar, si fuese necesario, el periodo en el que se considera que la empresa es de nueva creación (ahora son cinco años y siete en ciertos sectores).
Retos de futuro
A pesar de que el ecosistema de emprendimiento innovador ha quemado etapas muy rápido, estos expertos identifican retos de cara a los próximos años. «Los números de inversión suben año a año, aunque estamos todavía lejos de mercados maduros y eso es un elemento de competitividad fundamental», asegura César Tello.
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El otro gran desafío de cara al futuro es el talento. «Ahora hay una oferta no cubierta por la demanda porque la velocidad que está tomando la innovación hace complicado, a nivel global, cubrir las necesidades que se tienen de personas formadas en el ámbito tecnológico», ahonda. En este sentido, valora que la nueva ley de startups contemple incentivos para atraer talento, pero cree que no va a ser una solución absoluta, sino que requerirá actuar sobre frentes como la educación, con medidas como la nueva ley de Formación Profesional o de Universidades. «También es importante la vocación en las escuelas y por ello trabajamos con entidades como Code.org para la enseñanza de la programación», añade Mateo. Y es que de lo que no queda ya duda es de que la digitalización todo lo impregna y que la transición hacia una economía digital es irreversible. «Creemos que es lo que hace falta si queremos tener un modelo económico actualizado y competir a nivel internacional», justifica el presidente de la Asociación Española de Startups.
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