El lobby que reúne a los Roig, Entrecanales, Botín o del Pino reclama más estabilidad institucional

El presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Andrés Sendagorta, insta al mundo de la empresa a salir «de la zona de confort» y participar en el debate público «para contrarrestar el empeño de otros en transmitir lo que no somos»

Recalca que el éxito de las empresas es fruto del esfuerzo y el trabajo de accionistas, directivos y trabajadores «no del azar ni de un milagroso decreto publicado en el BOE»

Sánchez evita acudir a la gran reunión anual de la élite empresarial del país por quinto año seguido

El presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Andrés Sendagorta, en su discurso inaugural IEF | vídeo: europapress

«El éxito que las empresas familiares españolas cosechan en el mundo, en los sectores más diversos, es un ejemplo más de lo que somos capaces de hacer, como país y como sociedad, cuando desplegamos todo nuestro potencial y no nos distraemos con desavenencias fratricidas ... de mirada corta y egoísta». El presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Andrés Sendagorta, había anunciado en la víspera que hablaría claro sobre la situación de España en su discurso inaugural del XXVI Congreso de la Empresa Familiar, que se celebra entre ayer y hoy en Bilbao, y lo hizo. Lo hizo, eso sí, sin enredarse en los asuntos más controvertidos de la actualidad política, la polémica amnistía a los responsables del procés o la turbulenta investidura de Pedro Sánchez, pero dejando clara la posición del lobby empresarial que representa a las familias propietarias de grupos empresariales tan estratégicos como Santander (Botín), Mercadona (Roig), Acciona (Entrecanales), Ferrovial (del Pino), Inditex (Ortega) o Gestamp (Riberas) y que explica el 67% del empleo privado y el 57% del PIB nacional.

Tras el enésimo plante del presidente Sánchez y en un contexto político marcado por los ataques desde una facción del Gobierno a instituciones del Estado como los jueces, la monarquía o la Constitución, Sendagorta subrayó que «es tarea de todos» reforzar las instituciones «que nos representan y vertebran como sociedad». «Evitemos la polarización y apostemos por la moderación y el diálogo», recalcó.

Su preocupación por la estabilidad institucional del país fue refrendada por los más de 600 empresarios familiares presentes en Bilbao, que en la tradicional encuesta interactiva que se realiza todos los congresos la situaron como la tarea más urgente que deberá acometer el próximo gobierno por delante de otras que pueden parecer incluso más urgentes para el funcionamiento de la economía como la reducción del desequilibrio de las cuentas públicas, la adecuación de la formación de la mano de obra a las necesidades de las empresas o la simplificación de las trabas administrativas.

Felipe VI ha presidido este lunes en Bilbao la inauguración del XXVI Congreso Nacional del Instituto de la Empresa Familiar, que un año más no contará con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha rehusado por quinto año consecutivo la invitación del lobby que reúne a las principales sagas familiares de empresarios de España, y que un año más se celebra en un contexto socio político agitado con un gobierno por conformar y el debate sobre la amnistía a los impulsores del procés contaminando la conversación pública.

Como ya hiciera el año pasado en el congreso de Cáceres, Sendagorta ha insistido en la necesidad de recuperar lo que ha dado en llamar «el sentido de la institucionalidad». «Es vitar recuperar y reforzar el sentido de la institucionalidad. Es tarea de todos hacer más fuertes las instituciones que nos representan y vertebran como sociedad», ha dicho el presidente del IEF. «Evitemos la polarización y apostemos por la moderación y el diálogo, para que nos permitan construir un marco de relaciones estables que proyecten nuestro país y nuestras empresas hacia un futuro a largo plazo«.

Ni cosa del azar ni un milagro del BOE

Sendagorta ha vuelto a referirse al relato público mantenido desde una facción del Gobierno en funciones contra el mundo de la empresa. En este sentido, ha recalcado que el legítimo orgullo que las familias empresarias tienen por sus proyectos debería compartido por la sociedad «y, concretamente por nuestros gobernantes». Ante la falta de reconocimiento, el presidente del Instituto ha llamado a los empresarios a salir de su zona de confort y a participar más en el debate público para «hablar y alto claro» y «contrarrestar el empeño de otros en transmitir lo que no somos».

En los últimos meses, el Instituto de la Empresa Familiar, poco inclinado a implicarse en los asuntos de la conversación pública, ha adoptado una postura más proactiva en primer lugar para reclamar al Gobierno aunque sea que les escuche y, más recientemente, para defender a uno de sus socios fundadores, Ferrovial, objetivo de una dura ofensiva gubernamental a raíz del anuncio del traslado de sus cuarteles centrales a Ámsterdam.

La prosperidad de las empresas no viene caída del cielo, es fruto del trabajo, dijo. «El éxito de las empresas familiares no es fruto del azar, ni de un milagroso decreto publicado en el BOE; es el fruto del esfuerzo y el trabajo de accionistas, directivos y trabajadores. Ese legítimo orgullo que tenemos las familias empresarias debe ser compartido por la sociedad y, concretamente, por nuestros gobernantes».

Sendagorta trasladó también la percepción de los empresarios familiares de que «se destina más tiempo en nuestro debate público a subrayar rasgos ideológicos que a apuntar los objetivos reales». Se refería con esas palabras a la educación y a la falta de sintonía entre lo que forman los centros educativos y lo que necesitan las empresas, el 90% de las cuales admiten tener problemas para encontrar los perfiles que necesitan, pero también apuntó al uso de los recursos públicos, poniendo en contraste el gusto por la subvención con la necesaria promoción desde el sistema educativo de perfiles empleables, o al relato de la sostenibilidad, del que dijo que debe empezar por las personas.

Sendagorta también apeló a los empresarios a los que convocó a crear unos marcos laborales que favorezcan la conciliación de sus empleados.

Un nuevo pacto salarial

El Instituto de la Empresa Familiar también ha tendido la mano para cooperar en exprimir el potencial de la economía española y en concreto en la resolución del principal desequilibrio histórico de la economía española: su elevada tasa de desempleo. «Las subvenciones pueden ser un remedio temporal necesario, el instrumento que sirve para salvar una situación puntual de necesidad, pero solo el trabajo desarrollado por personas con la formación precisa representa una verdadera solución sostenible«, ha dicho Sendagorta.

«Nos faltan ingenieros e informáticos, pero también personas que trabajen en el mundo de la hostelería o el mundo industrial», ha lamentado el presidente del Instituto en su discurso inaugural, que ha instado a sus asociados a seguir potenciando y mejorando la formación de sus plantillas, pero también ha pedido a las autoridades la mejora del sistema educativo «de modo que los jóvenes que salen de nuestras universidades y centros educativos tengan la formación que precisan para cubrir los puestos de trabajo que necesitan las empresas». «Tengo la impresión de que se destina más tiempo en nuestro debate público a subrayar rasgos ideológicos que a apuntalas los objetivos reales que deberían perseguir nuestros programas educativos», ha remachado.

«Es preciso incentivar el empleo y no gravarlo«, ha lamentado en presencia del ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, promotor de la mayor subida de cotizaciones sobre los salarios que se recuerda en la historia reciente de España dentro de su reforma de pensiones.

El Instituto de la Empresa Familiar ha planteado una suerte de nueve pacto salarial en el que los empresarios se compromete a subir los salarios «sin más límite que mantener el listón de la competitividad», a cambio de revisar la fiscalidad para conseguir que el salario neto que llega a los bolsillos de los trabajadores esté lo más cerca posible del coste bruto que tiene para las empresas.

Lanzó la idea en presencia del ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, principal responsable de la fenomenal subida de cotizaciones que ha sobrecargado la cuenta de gastos de las empresas. Escrivá evitó entrar en un debate al respecto y se limitó a agradecer el trabajo de las empresas familiares, de las que fijo que habían generado 900.000 nuevos puestos de trabajo durante la recuperación, «alrededor de 1.000 puestos de trabajo al día», ha enfatizado.

Fiscalidad «depredadora»

Las cargas fiscales que soportan los salarios y las empresas fueron precisamente señaladas ayer como uno de los principales lastres que arrastra la economía española, en una mesa de debate que reunió a algunas de las organizaciones empresariales más relevantes de España. Manuel Pérez Sala, presidente del Círculo de Empresarios, definió la fiscalidad española como depredadora. «Se dirige a conseguir recursos para gastarlos luego sin ningún tipo de control». En la misma línea, el vicepresidente de CEOE, Íñigo Fernández de Mesa, aseguró que España tiene la fiscalidad más dañina para la atracción de talento que hay en toda Europa.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios