el quinto en discordia
El retrovisor
Hemos entendido todos que hay que apechugar con la pérdida de poder adquisitivo. No hay otra forma de hacerlo para evitar entrar en una espiral diabólica de subidas de precios.
Los datos de inflación que ocupan los titulares económicos últimamente nos cuentan lo que ha pasado con los precios. Es lógico estar preocupados porque no veíamos estos niveles desde hace mucho tiempo. Son, desde luego, titulares que no se pueden dejar escapar.
Ahora, ... no nos cuentan nada del futuro. Los peores datos de precios no son anticipo de nada. Para saber lo que va a pasar con la inflación tenemos que fijarnos en la evolución de todos los precios: de los que están detrás de la subida y de los que ahora se pueden estar contagiando.
De los primeros, de los que provocaron la fuerte subida, tenemos buenas noticias. Hay que recordar que todo empezó con los cuellos de botella en las cadenas de suministro y lo que mejor mide el estado de la cosa es la evolución del coste de los fletes del transporte marítimo, que prácticamente ha vuelto a la casilla de salida. El precio de los coches de segunda mano, que era de los componentes que más pesaban en la primera fase de la subida de la inflación, está cayendo a plomo. En el momento en que los coches se vuelven a fabricar con relativa normalidad la presión sobre los coches de segunda mano ha desaparecido.
Además, las materias primas también han corregido con fuerza y están en niveles previos a la invasión de Ucrania. Metales, alimentos, petróleo e incluso últimamente el gas comparan favorablemente con cómo estaban hace un año. Y esto es lo que importa: el comportamiento relativo, la diferencia con el año pasado.
En lo que respecta a los llamados efectos de segunda ronda, la clave es la evolución de los sueldos, que es lo que a largo plazo correlaciona siempre con los precios. Y, en este caso, también estamos teniendo buenas noticias. Hemos entendido todos que hay que apechugar con la pérdida de poder adquisitivo. No hay otra forma de hacerlo para evitar entrar en la espiral diabólica de subidas de precios.
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Por lo tanto, lo que estamos viendo a través del parabrisas es halagüeño. De hecho, la primera fase de la corrección de la inflación general va a ser muy rápida y no vamos a tardar en verla. La inflación subyacente va a tardar más tiempo en corregirse, pero no vamos a volver a dónde estábamos antes. Las inflaciones cero son historia.