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El final del populismo

El baño de realidad de estos últimos años ha sido suficiente y, tras las pataleta, el personal vuelve al mal menor que constituyen las alternativas tradicionales

José Ramón Iturriaga

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El final político de Boris Jonhson es una gran noticia. Después de Trump era, de hecho todavía es hasta que le saquen a rastras del número 10 de Downing Street, el epítome de la degeneración de la política de estos últimos años. Supone un punto ... y aparte en la pulsión populista en la que hemos estado inmersos estos últimos años. Y su salida es un muy buen ejemplo de que esos planteamientos fáciles para problemas complejos ya no venden. No cuelan. Se han probado inútiles. Se ha demostrado que no hay atajos y que más allá de las formas más o menos vistosas, no hay soluciones mágicas. Y probablemente constituye la mejor confirmación de que el personal ya han tenido suficiente, ya se ha desahogado. El baño de realidad de estos últimos años ha sido suficiente y, tras las pataleta, vuelven al mal menor que constituyen las alternativas tradicionales.

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