No se entiende

El petróleo está por debajo de los niveles de cuando empezó la guerra, al mismo precio que hace un año, desde máximos ha caído un 40% -lo mismo, por cierto, que ha corregido el galón de gasolina en Estados Unidos- y aquí ni con la subvención del Gobierno hemos vuelto a la casilla de salida.

Desde fuera da la sensación de que alguien se lo está llevando en carretilla. No sé bien si hay un abuso de posición de dominio, acuerdos entre empresas o prácticas concertadas. De lo que no hay duda, como todos comprobamos cuando pasamos por la gasolinera, es que las caídas del precio de la materia prima no se han trasladado al consumidor final. El problema no sabemos si está en los operadores (Repsol, Cepsa, Galp, BP) o hay algún tipo de restricción por parte de quien refina.

Seguro que hay otros factores que se nos escapan, como el coste del transporte o del refino. Ahora esto también aplicaría en el caso de las gasolinas en América. Una vez más, lo que nos pasa es que no sabemos lo que nos pasa y en este caso resultaría muy interesante tener algo más claro cómo se forma el precio para evitar susceptibilidades. Debería ser interés de (casi) todos aclararlo y aclararlo rápido.

No tiene por qué estar dándose ninguna mala práctica. Y si así fuera, habría desde luego que demostrarlo. Pero por muchas vueltas que le doy no se me despinta la cara de primo cuando el empleado de la gasolinera me dice prácticamente todos los viernes lo que me ha costado llenar el depósito del coche.