El ejercito de Villa

El PP les ha achicado los espacios. Primero las propuestas de bajada del IVA que el gobierno ha ido comprando a regañadientes y por entregas y, luego, de Patrimonio les ha llevado al rincón del que han salido de mala manera. Con lo anunciado ni bajan de forma efectiva los impuestos a las clases bajas, ni «los que más tienen» van a pagar más de lo que ya pagan (que, por cierto, es mucho). El impuesto a los ricos que han vestido de no se sabe muy bien qué, tiene las patas muy cortas. Es una clara doble imposición y una injerencia indudable en las competencias cedidas a las autonomías. El Tribunal Constitucional tiene donde elegir para echarlo para atrás si es que llega a salir porque el trámite como proyecto de ley tampoco es obvio. Más allá de Podemos que lógicamente trata de apuntarse la paternidad, no está claro que el resto de partidos que normalmente les acompañan en el Parlamento vayan a apoyar una iniciativa claramente recentralizadora. Por lo que lo más probable que con esta iniciativa tan mal parida pase lo mismo que lo que ha pasado, por ejemplo, con la ley de Vivienda que en el mejor de los casos ha sido postureo mediático: ni sale ni saldrá.

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Y en lo político da la sensación de que el Partido Popular les tiene donde quería. El anuncio 'ad hominem' de Moreno estaba mejor tirado de lo que en un primer momento podíamos pensar. Ha provocado la salida en tromba del gobierno que se ha quedado claramente en fuera de juego. Ahora los líderes autonómicos de las comunidades del PP pueden esgrimir, porque es así, que el gobierno legisla en contra de los madrileños, andaluces o gallegos. Y Feijóo no para de repetir de que no aciertan ni cuando rectifican. Y todo a las puertas de un año electoral. Esto si que da para una buena serie.