el quinto en discordia
2022, el final del dinero gratis
El hecho de que el dinero vuelva a costar es sin duda un paso en la dirección correcta que evitará mayores desequilibrios a futuro
El año que termina en lo financiero se recordará como el que puso punto y final a muchos años de precio del dinero extraordinariamente barato. Y además los banqueros centrales se han encargado últimamente, para anclar la expectativas de inflación, en enfatizar que no van ... a volver a las andadas aunque vengan algunas curvas.
Y con independencia de lo que hayan podido hacer los mercados este año como consecuencia de las subidas de tipos de interés, lo más importante es haber sido capaces de salir del rincón de los tipos cero del que hasta cierto punto los mercados parecían habernos hecho rehenes. El hecho de que el dinero vuelva a costar es sin duda un paso en la dirección correcta que por las circunstancias que hemos vivido ha costado mucho dar pero que evitará mayores desequilibrios a futuro. El dinero fácil ha estado como siempre en el origen de muchos de los desmanes que se han visto estos últimos tiempos y aunque solo sea por salud mental no está mal que volvamos al mundo que describen los libros de texto y en el que el dinero tiene un precio -razonable pero precio al fin y al cabo-.
Probablemente, el descalabro del mundo cripto haya sido lo más llamativo de la vuelta a la normalidad que conlleva la subida de los tipos de interés. El desmoronamiento de esa gran mentira y todo lo que le rodeaba, falsos Mesías incluidos, supone un gran alivio para los que llevan el el sentido común como bandera. Visto con algo de distancia la locura de los bitcoins no se diferencia mucho de la de los sellos: a los nietos de los que enganchó el fórum filatélico ahora les ha enganchado la vorágine cripto. La avaricia es consustancial con el género humano.
El roto en renta fija ha sido proporcionalmente mucho mayor. Pero no podía ser de otra manera. La corrección iba a acarrear sangre y así ha sido pero no ha cogido a nadie por sorpresa. En el momento en el que se produjera iba a ser doloroso y así ha sido este año pero quien estaba ahí metido sabía al riesgo que estaba expuesto. Más allá de las caídas de precios que lógicamente no tienen precedentes, la vuelta a una cierta normalidad permite que el activo por excelencia para mucho inversor institucional recupere el sentido.
Y en renta variable el tsunami que ha provocado las subidas de tipos de interés ha dejado sobre todo mucho vencido y algunos (pocos) vencedores. Las valores las compañías tecnológicas se han tambaleado en el momento en el que se han descontado los valores terminales a tipos más razonables. Y por el otro lado el mercado ha vuelto a mirar a la cara a otros valores que llevaban olvidados mucho tiempo.
2023 promete probablemente algo más de los mismo con algún episodio escabroso en los activos menos líquidos que de momento han podido ir retrasando el rejonazo. Pero eso ya tendremos tiempo de comentarlo y ahora solo nos queda agradecer que en 2022 hayamos vuelto al mundo de ayer.