Sancionar a Maduro ya
Mientras Europa discute si hay que reconocer a Edmundo González, el dictador se abanica en su palacio
Mientras Europa discute si hay que reconocer a Edmundo González, el dictador se abanica en su palacio (21 / 09/ 24)
Nicolás Maduro
El mundo está perdiendo un tiempo muy valioso con la dictadura venezolana, permitiendo que se asiente su pseudolegitimidad interna en vez de establecer ya severas limitaciones para la venta de petróleo, así como nuevas sanciones individuales a sus principales jerarcas. Mientras Europa pierde el tiempo ... discutiendo sobre el reconocimiento de Edmundo González, Nicolás Maduro se abanica en el Palacio de Miraflores. La doble legitimidad es un camino trillado e inútil. Por mucho que se diga que González tiene siete millones de votos detrás suyo, los hechos son que la dictadura de Maduro, Cabello y los hermanos Rodríguez sigue actuando impunemente.
Lo que el chavismo ha roto fue su compromiso de celebrar elecciones libres y limpias, adoptado en la capital de Barbados, el 17 de octubre de 2023. Allí, los representantes de Maduro y de la oposición suscribieron dos acuerdos ante diplomáticos de Noruega, Barbados, Rusia, Países Bajos, Colombia, México y Estados Unidos sobre un proceso democrático con garantías, a cambio de los cuales se levantaron algunas sanciones económicas y personales. Una combinación de palo y zanahoria llevó al chavismo a esa negociación y a hacer esas concesiones.
También desde el principio mostraron su predisposición a incumplir. El artículo primero disponía que «las partes reconocen el derecho de cada actor político de seleccionar su candidato para las elecciones presidenciales de manera libre y conforme a sus mecanismos internos», pero a la semana de la firma, cuando la oposición celebró una primaria en la que arrasó María Corina Machado, el chavismo la vetó.
Como consecuencia de la firma, el 18 de octubre, el Departamento del Tesoro de EE.UU. alivió las sanciones contra la industria de hidrocarburos, gas natural y aurífera de Venezuela. También se removieron obstáculos para la negociación en mercados secundarios de ciertos bonos soberanos venezolanos y deuda y capital de la petrolera estatal.
Estas disposiciones de alivio caducaron en abril de 2024 y el presidente Biden anunció un periodo de 45 días para su retirada con el fin de «no provocar incertidumbre en el sector energético mundial». El hecho es que durante ocho meses, Venezuela ha vendido libremente petróleo a EE.UU. Para Maduro, esto es clave, porque a pesar de la retórica antiimperialista, Venezuela, como Cuba, funciona con dólares. En estos meses, la economía experimentó una mejoría sustancial respecto de la época de auténtica miseria que se inició en 2017. Maduro se ha sentido tan seguro que ha sido capaz de anunciar que se anticipa la Navidad, periodo en el que reparte bonos y ayudas estatales.
El 12 de septiembre, Estados Unidos aprobó sanciones a 16 funcionarios del Gobierno venezolano. Son las únicas sanciones adoptadas tras el robo de las elecciones. A Maduro, Edmundo y el resultado electoral se la trae al pairo. Lo único que ha sido capaz de resquebrajar al régimen han sido las sanciones y mientras más las retrase, mejor para él.