ajuste de cuentas
Delito de iniciados 2.0
Un estudio descubre un sencillo mecanismo de fraude que avergüenza al regulador de mercado de EE.UU.
La orden mendicante de los rectores españoles (18/8/24)
Madrid
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Iniciar sesiónEl mes pasado, la Harvard Business Law Review publicó un artículo que tiene patas arriba a la Securities Exchange Commision (SEC), el regulador del mercado de Estados Unidos. En 'Insider Trading by Other Means' (Delito de iniciados por otros medios), un grupo de investigadores ha ... expuesto un mecanismo muy sencillo por el cual ha sido posible incurrir en el delito de iniciados sin ser descubierto durante más de treinta años.
Los académicos estudiaron con detalle la legislación vigente y la regulación y consiguieron desarrollar una taxonomía de estrategias de ocultación. Encontraron ejemplos muy sugerentes en casos que terminaron en escándalos públicos como Enron, Worldcom, Peloton o Nikola. Una de las trampas más simples consistía en ocultar las operaciones que los ejecutivos consideraban que serían vistas como sospechosas, debido a su volumen de ganancias, en los informes que debían someter a las autoridades. Así, en vez de calificar las ventas como S ('sell'), las declaraban como J, un código reservado para «otro tipo de operaciones» que escapan a las 19 categorías previstas por la SEC. Allí entran transacciones complejas, como compras mediante splits, swaps (canjes), devoluciones de fideicomisos, etcétera. Resultado: la operación se volvía invisible para los reguladores que en vez de considerarlas sospechosas, las dejaban pasar, sin pedir explicaciones. Según el artículo, los directivos de empresas han estado vendiendo acciones sobrevaloradas por más de 100.000 millones de dólares al año, causándole pérdidas a inversores ordinarios.
Los iniciados que utilizan este subterfugio han conseguido batir al mercado hasta en un 20% en promedio. Pero lo peor es que nunca ningún infractor ha sido descubierto por la SEC desde 1992. Tampoco esta estratagema ha despertado las sospechas de los académicos o de los periodistas de Wall Street. Del análisis de los números surge que cuando un iniciado dispone de más de 100.000 acciones de un valor con el que tiene relación y tarda más de dos días en informar a las autoridades y cuando lo hace dice que la operación no es una venta (S) ni una compra (P), sino una J (otra), las probabilidades de que ese calor caiga en torno a un 20% en los días siguientes es muy alta.
La investigación parte de una curiosidad descrita por los investigadores. En el año previo a que se descubriera el fraude de Enron, los ejecutivos de la compañía vendieron acciones por 50 millones de dólares a personas que no sospechaban nada sobre los trucos contables de la compañía. Los directivos informaron a las autoridades de las operaciones, como manda la ley. Sin embargo, nunca nadie fue procesado ni sancionado por esas ventas a pesar de que es altamente probable que se utilizara información privilegiada. Tampoco ningún medio de comunicación reparó en ello. ¿Cómo es posible cometer tal irregularidad a vista y paciencia de las autoridades y de la gente? Pues porque nadie estudia el casillero de «otras operaciones». jmuller@abc.es
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