¿A qué se dedican los ministros de Sumar?

Una cosa es el ámbito de la política, que es donde Sumar ha querido confinar el asunto. De hecho, la forma sesgada y manipuladora de plantearlo por parte de Ernest Urtasun y Yolanda Díaz así lo revela. No, el problema no es sólo que este asunto no se haya llevado al Congreso, el problema es que se hurtó al Parlamento con el concurso de Sumar. Hay ministros tan vagos e indocumentados en esta formación política que prefieren abrir este debate fácil, que creen que les dará votos, en vez de encarar la verdadera dimensión de su propia responsabilidad.

El antecedente directo de lo que pasó en el Consejo de Ministros del 16 de abril es el anuncio del Gobierno de que suspendía la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Entonces Díaz fue la única que levantó la voz, pero poquito, demostrando que los decibelios de su discrepancia están tasados por su apego al cargo.

Despreciando el daño a las instituciones que supone renunciar a un mandato constitucional por sí y ante sí, la vicepresidenta María Jesús Montero minimizó los efectos económicos de la prórroga presupuestaria. Es verdad que antes de que se modificara «de forma clara el tablero político», ella ya estaba barajando darle una patada al procedimiento con un informe de la Abogacía del Estado que, según se dijo, le permitía seguir elaborando los PGE aunque el PP vetara en el Senado sus objetivos de déficit.

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Efectivamente, numerosos expertos han destacado que el impacto económico de la prórroga presupuestaria será bajo. Sin embargo, hay un efecto importante en la falta de orden y en la pulcritud administrativa. La prórroga en medio de un proceso de aumento de la presión fiscal en frío, fruto de la no deflactación tributaria, es el sueño de una ministra que de pronto se encuentra con cuantiosos recursos que llenan las arcas de Hacienda y no están asignados a ninguna partida presupuestaria. De ahí las risitas de Montero.

Si a esta ampliación del poder discrecional de la responsable de las cuentas públicas se une el hecho de que sus colegas en el Consejo de Ministros están cazando moscas cuando se presenta un asunto de aspecto técnico, hay que echarse a temblar y confiar en que, a toro pasado, la Intervención General del Estado, el Tribunal de Cuentas, la UE y la oposición hagan bien su trabajo. jmuller@abc.es