Entrevista
Jens Eskelund: «Europa necesita pensar como lo ha hecho China»
Las empresas europeas subrayan el problema endémico de la falta de reciprocidad mercantil y justifican proteger las industrias estratégicas
Una UE dividida convierte en permanentes los aranceles a los coches eléctricos chinos
Corresponsal en Pekín
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Iniciar sesiónLa voz de Jens Eskelund representa los intereses de miles de millones de euros, los que aúnan la capitalización de las 1.700 multinacionales europeas con presencia en China. El presidente de la Cámara de Comercio de la UE en el país atiende ... a ABC en Pekín, en la antesala de una guerra comercial desatada por los aranceles a los coches eléctricos y contextualizada por la falta de reciprocidad, la apertura en retroceso y el declive sistémico de la economía china.
-¿Nos encontramos ante el comienzo de una guerra comercial?
-Sin duda. Y no solo entre China y la UE. Muchos países están preocupados por el aumento de las exportaciones chinas. Creo que es instructivo observar no solo su valor, sino también su volumen. Ahora, el precio de producir paneles solares o turbinas eólicas ha disminuido un 60 o un 70%, de modo que pueden exportar más cosas por menos euros. En los primeros siete meses del año, las exportaciones chinas a Europa en términos de volumen han crecido un 11%. En el mismo periodo las exportaciones europeas a China han caído un 5%. Es importante, porque se ha prestado mucha atención a los aranceles a los vehículos eléctricos y pareciera que Europa se está volviendo proteccionista, pero las importaciones de vehículos eléctricos a Europa desde China representan solo el 1,8% de las importaciones europeas en términos de valor. ¡Ni siquiera el 2%! Tenemos que hablar del 98% y no del 2%. Europa es básicamente un mercado de crecimiento cero, de modo que si puedes aumentar tus exportaciones estás quitando espacio a otros actores, la mayoría de las veces empresas europeas. Si nos remontamos a 2017, la economía china ha crecido un 40%, pero las importaciones chinas desde Europa han caído un 30%.
China lleva dos décadas engañando a los europeos con un falso sello de calidad
Xavier VilaltellaEl logo China Export imita el CE de la Unión, que garantiza la seguridad de los productos
-¿Y cuál sería la respuesta?
-Puede que haya muchas empresas chinas haciendo productos estupendos a precios muy competitivos. Pero hay más. El lugar hacia el que hay que mirar son las conocidas, bien descritas y públicamente disponibles políticas industriales. Hace unos años el presidente [Xi] dijo en uno de sus discursos que su objetivo era hacer a China menos dependiente del mundo y al mundo más dependiente de China. Eso es lo que vemos ahora. En los primeros siete meses China exportó alrededor de 3,4 millones de contenedores a Europa, pero solo importó 828.000 desde Europa. Eso es lo que debemos analizar. Antes de la pandemia, cada vez que Europa enviaba un contenedor a China, China enviaba 2,7 de vuelta. Ahora ya son más de 4. Europa está empezando a reflexionar sobre las consecuencias a largo plazo sobre su industria si nada cambia.
-Un reputado académico europeo evocaba hace unos días las fricciones comerciales con Japón en los 80 y cómo su industria automotriz arrasó a la británica para incidir en que las consecuencias del proceso actual apenas están comenzando a ser visibles...
-Europa puede aprender un poco de China, que siempre ha tenido una visión clara sobre lo que quería lograr con sus políticas industriales. El comercio y la seguridad son un continuo, y en algún momento la política comercial puede volverse política de seguridad si hay países que se sienten amenazados en industrias clave. La automoción podría ser una, la química, la farmacéutica y las energías renovables. La energía solar ya ha desaparecido, pero Europa todavía tiene eólica: está Siemens Gamesa, está Vestas... pero, ¿seguirán existiendo estas empresas dentro de una década? Europa necesita pensar como lo ha hecho China. ¿Qué industrias son realmente estratégicas? ¿Dónde debemos centrar nuestros esfuerzos para asegurar que seguiremos teniendo capacidades dentro de 10, 20 o 50 años? ¿Cuáles son las áreas, que creo serían mayoría, en las que podemos comerciar libremente? Por ejemplo: el 95% de los adornos navideños del mundo se venden en Yiwu, provincia de Zhejiang. ¿Cuál es el valor estratégico de los adornos navideños? Encontrarás muchos productos básicos en los que puedes dejar que China haga lo que quiera hacer. Pero hay otras áreas en las que Europa tendrá que preguntarse qué pasará si pierde la capacidad de tener industria significativa.
-La primera causa de preocupación de las empresas europeas en China es la «desaceleración de la economía». ¿En qué medida los estímulos recientes pueden resultar eficaces?
-Se ha apoyado a los gobiernos locales, a las instituciones financieras débiles, a los bancos y a los promotores inmobiliarios, cuando analizas todo en conjunto se ha tratado de crear estabilidad social y financiera, pero no es un estímulo. Es algo que me preocupa. No vemos que China esté cambiando de manera sistémica. Sigue estando impulsada por la inversión, liderada por el Estado, orientada a la exportación, y ahí es donde está el problema. Llevamos muchos meses consecutivos en los que la producción manufacturera crece más rápido que el consumo interno, e inevitablemente suceden dos cosas: las presiones deflacionarias continúan porque hay más bienes de los que el mercado puede absorber y las empresas tratan de vender estos bienes en el extranjero.
-¿Dónde están las soluciones?
-Hay que tomar una parte mayor de la riqueza nacional y ponerla en los bolsillos de la gente. Nadie ahorra más dinero que los chinos, pero son reacios a gastarlo por razones obvias. El 70% de la riqueza de los hogares está vinculada al sector inmobiliario. Este no está bien. A la gente le preocupan las pensiones, la atención médica y la educación de los hijos. El asunto es: ¿cómo se pueden abordar estas preocupaciones para que la gente se sienta menos ansiosa?
-El desembarco de Trump en la Casa Blanca augura una segunda guerra comercial entre China y Estados Unidos. ¿Cómo afectaría esto a Europa?
-Si analizamos comportamientos pasados, amenazar con una especie de arancel fijo del 60% suena a táctica de negociación. Si tratamos de pensar en su impacto para EE.UU., mantener la inflación bajo control y golpear a China resultan difíciles de conciliar. Otra pregunta es quién va a fabricar todos esos bienes, porque EE.UU. ya no los hace. Algo va a pasar y todo el mundo espera una postura más dura hacia China en términos comerciales, pero es difícil saber cómo se desarrollará. Esto subraya la importancia del mercado europeo para China y puede ser tanto una ventaja como un inconveniente. Una ventaja porque le da a China incentivos para buscar soluciones con Europa y a Europa una posición un poco más ventajosa. La desventaja es que muchos de esos bienes que tal vez China no pueda vender en EE.UU. podrían terminar en Europa. Todo es muy volátil, pero habrá un mayor incentivo para llegar a un acuerdo con Europa. El único campo de la economía china que en este momento realmente funciona es la exportación de manufacturas, así que creo que harán lo que sea necesario para tratar de protegerlo en el futuro.
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