Javier Gándara (Asoc. Líneas Aéreas): «Limitar el precio de los billetes afectaría a las rentas bajas»

—¿Qué valoración hace del primer verano de absoluta normalidad para el sector?

—La tendencia que veíamos a principios de año se ha mantenido durante el verano. En el acumulado enero-agosto estamos un 1,4% por encima del tráfico del mismo periodo del 2019, año de récord histórico con 275 millones de pasajeros. Vamos por 190 millones y es razonable pensar que superaremos ese récord o al menos nos quedaremos cerca. Ocurre a pesar del impacto de la inflación en la renta de los consumidores. Viajar se ha convertido en una prioridad.

—¿Habrá esa continuidad en la temporada de invierno?

—Aún no tenemos previsiones. Tras la pandemia, la gente cada vez reserva con menos antelación y ya no tenemos tanta visibilidad como antes. Esperamos que la tendencia del año se mantenga.

—Aena propone subir las tarifas aeroportuarias y el sector se muestra en contra a pesar de su recuperación. ¿Por qué no lo acepta?

—Las tarifas aeroportuarias son uno de los costes más importantes para las aerolíneas. Es cierto que Aena ha tenido una tendencia en los últimos nueve años de bajadas y congelaciones. Pero todavía nos queda camino para recuperarnos de la pandemia y lo oportuno sería intentar hacer los mayores esfuerzos por todas las partes. Veremos qué determina Competencia y con esa decisión sabremos a qué atenernos.

—El bloqueo político ha dejado la segunda fase de la liberalización de las torres de control en 'standby'. ¿Pedirán al Gobierno entrante que acelere el proceso?

—Con un Gobierno en funciones será difícil que se retome. La primera tanda de liberalización fue un éxito en 2011 y la CNMC lo ha corroborado en su informe tanto por el hecho de que se ha mejorado la eficiencia y reducido los costes, como porque se ha conseguido mantener los niveles de seguridad. Es hora de abordar una segunda fase. Esperemos que el nuevo Gobierno lo priorice y tenga lugar. También que se habilite el marco legal para que Enaire pueda presentarse a la licitación. Otras empresas públicas europeas podrán presentarse al concurso en España, pero no Enaire. No tiene sentido.

—Varios países buscan intervenir los precios de los billetes de avión. Francia pide un precio mínimo e Italia ha puesto una tarifa máxima para los vuelos a las islas. ¿Sirve de algo el intervencionismo en el sector?

—Antes de la liberalización del sector existían precios fijos, pero eran inaccesibles para una parte de los ciudadanos. Volar era un lujo al alcance de unos pocos. Si realmente volar fuera tan caro como algunos dicen, no tendría sentido que en la situación actual en la que la renta de los hogares está afectada por el impacto de la inflación y la subida de los tipos de interés, la gente siga subiendo al avión. No se puede generalizar. Si se reserva con poca antelación, en días de más demanda, los precios son más altos. Pero si reservas con mayor antelación y escogiendo otros días es más competitivo volar. Cualquier limitación afectará a las rentas bajas. Si los limitas por abajo, se conseguirá que la gente de menos recursos no pueda acceder a volar; y si los limitas por arriba, subirán todos los precios ya de partida.

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—¿Qué justificación da a los altos precios de los billetes vistos este verano?

—Normalmente, los precios están muy altos antes del verano, antes de Semana Santa y antes de Navidad. Nadie protesta porque en febrero es baratísimo. No se puede hacer de la anécdota la generalidad. La inmensa mayoría de la gente sigue volando a buen precio. En gran parte de las rutas compiten varias aerolíneas y los precios no los fijan las compañías sino que se fijan en el mercado por oferta y demanda. Si llega un momento en el que el precio no es compatible con la demanda y nadie está dispuesto a pagar, nadie comprara ese billete y el avión irá menos lleno, pero eso no está ocurriendo.