La inteligencia artificial ya cambia los patrones de la industria de la moda

Aunque todavía es una tendencia emergente, la moda ya abraza la IA y comienza a explorar sus posibilidades. Hace bien poco la marca Stradivarius (del gran gigante Inditex) sorprendió presentando una onírica colección de primavera con modelos, prendas y escenarios creados por una inteligencia artificial. Y por tanto irreales. También la firma holandesa G-Star ha usado Midjourney (los algoritmos que crean imágenes) para diseñar una futurista colección basada en su 'denim' característico (sin lavar ni tratar). Tommy Hilfiger, Marchesa o Carolina Herrera son otros sellos que están probando herramientas de IA para crear algunas de sus propuestas. Incluso la legendaria marca de vaqueros Levi's se ha aliado con el estudio holandés de moda digital Lalaland.ai, dedicado a crear modelos virtuales con IA para diferentes tamaños, cuerpos, edades, tallas y color de piel. En este caso, la marca americana quiere utilizarlos en sus plataformas de venta online. Así el cliente tendría varias imágenes para un mismo producto y se conseguiría una experiencia de compra personalizada.

La IA tiene muy diversas aplicaciones en moda. La incógnita es conocer cómo los algoritmos pueden intervenir en la fase inicial, cuando se diseñan las colecciones, un proceso creativo para dar rienda suelta a la inspiración, la intuición, las emociones y el arte, capacidades reservadas hasta ahora para el ser humano.

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La aparición en los dos últimos años de inteligencias artificiales como Stable Diffusion, Midjourney y Dall-e ha despertado el interés de los diseñadores que empiezan a mirar a esta tecnología por su potencial como fuente de inspiración, como una aliada que sugiere ideas a partir de las instrucciones que se le han dado, o que realiza propuestas de diseño una vez analizadas las tendencias y demanda que detecta en el mercado, o crea modelos o avatares virtuales cada vez más avanzados y cercanos a la fisonomía humana sobre los que probar las diferentes piezas.

«La IA puede utilizarse para generar imágenes de inspiración ('moodboard'), puede ayudar mucho a tener gran cantidad de referencias coherentes con el concepto e idea inicial, que a su vez puede dar lugar a diseños más interesantes e innovadores. También se puede utilizar como sustituta de técnicas de generación de ideas que venimos usando desde hace décadas y que requieren mayor dedicación y tiempo. La ventaja de utilizar IA no es sólo la rapidez con la que se generan los diseños o que es muy fácil obtener variaciones de esos diseños sino que muestra formas de abordar un concepto a las que quizá no hubiese llegado por uno mismo o través de ninguna de las metodologías de generación de ideas tradicionales», explica María Calvo, ingeniera, diseñadora de moda experta en el uso de tecnologías digitales y docente en IED Madrid (Instituto Europeo di Design).

Y es que el proceso de diseño tiene mucho de estudio. «Estamos aplicando IA como una herramienta de inspiración, en lugar de usar recursos como revistas, Pinterest y otras referencias», indica Diego G. Carpintero, 3D Fashion Designer, que ha creado vestuario digital 3D para firmas como Zara, Massimo Dutti o Adidas. A partir de ese cúmulo de información surgen las ideas que se empiezan a plasmar en dibujos, bocetos o aplicaciones 3D. «Después hay un proceso de generar patrones, texturas, experimentar con materiales y tejidos... Y ahí también esta tecnología puede ser una gran herramienta», añade Carpintero.

Tiene otras ventajas. «La IA nos permite hacer análisis y creaciones a partir de grandes volúmenes de datos. Mejora los sistemas de visión de las computadoras, recoge mejor los volúmenes, la fisonomía de las personas, sus tamaños... Antes las prendas se diseñaban en dos dimensiones, se pasó a 3D y la IA ha dado un salto mayor porque aporta mayor exactitud y aproximación a medidas y dimensiones. Y va a ayudar en la creación de muestras, reflejando las texturas y colores», valora María Ángeles Burquera, profesora de ISEM Fashion Business School-Universidad de Navarra.

En sus versiones más avanzadas, la inteligencia generativa, que proporciona contenidos nuevos (desde imágenes hiperrealistas a sonidos, textos e incluso videos), junto con el ChatGPT, es una tecnología que puede desarrollar el proceso de creación de forma similar a como lo hace el ser humano. Así lo considera Daniel Giménez, experto en Fashion Digital Design del estudio vasco de moda digital Coulture Labs. «Se están empezando a utilizar estas tecnologías para generar la primera etapa de inspiración de una colección —asegura—. Funcionan de manera similar a como lo hace nuestra creatividad: la imagen es generada por una petición por escrito sobre un deseo humano para lograr una recreación estética, una representación de una actitud y la construcción de un volumen para una prenda. La inteligencia generativa es capaz de llegar a esta imagen porque simula, salvando las distancias, nuestra forma de crear. Antes de nada, hay que saber que son algoritmos entrenados por millones de imágenes (nuestras influencias, imágenes del pasado, corrientes artísticas...). Y a la hora de crear, el algoritmo tiene dos etapas: una divergente y otra convergente. En la primera crea imágenes candidatas que responden a la consigna de inspiración y en la segunda etapa descarta entre los candidatos y deriva el trabajo hacia una solución que sea la que mejor responda a la consigna inspiradora. La inteligencia generativa automatiza el trabajo creativo, no hay duda. Ya tenemos colecciones de prendas reales inspiradas en AI, y refinadas y validadas por humanos».

Pero, de momento, las soluciones que aporta la IA en el proceso de diseño son limitadas. «No es capaz de valorar posibles problemas que el diseño sugerido pueda plantear en el mundo real. Siempre tiene que haber alguien controlando de forma consciente hasta qué punto ese diseño es válido, si cumple con el objetivo para el cual se ha creado, si representa el concepto inicial, si transmite lo que se quiere transmitir...», subraya María Calvo.

Hasta se ha comprobado en la reciente AI Fashion Weeks de Nueva York. «Si se miran las imágenes, se distingue que lo ha hecho una máquina. Las combinaciones de tejidos y colores tienen un componente sorpresa, un tono fantástico, que incluso puede ser visualmente bonito, pero algunas aplicaciones nunca las haría un diseñador porque sabe cómo funciona un cierre, una cremallera o un cinturón», valora la profesora Burquera. «La IA genera una única imagen, y no ves todos los lados ni todos los detalles. Es el flash de una idea. Ofrece un diseño pero no es al 100% lo que buscas ni como lo haría un director creativo o un diseñador», estima G. Carpintero.

No obstante, todos los expertos consideran que la IA jugará un papel importante en el proceso de diseño. Eso sí, el reto será el proceso posterior para llevar un diseño generado por esta tecnología al mundo real.

La mayoría de empresas de moda internacionales ya están incorporando esta tecnología en sus procesos creativos. «La gran distribución utiliza IA para rastrear en todo tipo de plataformas qué colores, prendas o formas se buscan más. Son procedimientos de análisis para grandes cadenas que necesitan producir colecciones en el momento», señala Pepa Bueno, directora ejecutiva de la Asociación Creadores de Moda de España (ACME).

Sin embargo, el proceso de producción es bien diferente para los diseños de autor, como destaca Bueno: Estos creadores «comparten los valores de la moda lenta —dice—, producciones cortas hechas en proximidad, con tejidos de muy alta calidad y confecciones exquisitas que tienen la voluntad de perdurar en el tiempo. La IA es un avance tecnológico que se irá implantando poco a poco, y todo el mundo estará ahí con distinta intensidad. La AI puede ser interesante para los diseñadores más pequeños a la hora de analizar datos, porque cada vez más están utilizando más plataformas como Instagram o Tiktok. Pero la AI no podrá sustituir la seña de identidad de un Adolfo Domínguez, Ágatha Ruiz de la Prada, Moisés Nieto o Devota & Lomba».

Con IA Fotoempresas crea fondos virtuales para integrar los productos de sus clientes. En breve también lanzará un servicio para generar modelos con esta tecnología. Es un ejemplo de las empresas que ya comienzan a trabajar con estas soluciones. «En nuestro estudio con IA conseguimos desde fondos de rocas en el Mediterráneo, bodegones de verano, calles empedradas con casas blancas, puestas de sol... Escenarios a los que incorporamos el producto. Esto ahorra costes de desplazamiento para generar esa imagen», comenta Marc González, fundador y CEO de Fotoempresas.

Con estas puntadas tecnológicas, la AI va tejiendo el diseño de la moda del siglo XXI.