La innovación refuerza el valor de pantanos y presas como elementos esenciales de la gestión hídrica

Su uso todavía no está generalizado. Jürgen Fleitz, experto en presas del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, recuerda que la tecnología puede mejorar la eficiencia en prácticamente todas las tareas. Pone dos ejemplos. Uno, en el diseño mediante el uso de BIM, una metodología basada en la creación y gestión de modelos digitales que integran información geométrica, técnica y funcional. «El diseño de presas en BIM optimiza la colaboración entre los intervinientes, reduce errores, permite análisis avanzados, mejora la gestión del proyecto y crea un modelo digital útil para todo el ciclo de vida», resalta. Por otro lado, en las tareas de inspección y vigilancia resaltando que las presas se deben inspeccionar periódicamente por personal cualificado. «Hoy en día disponen de herramientas como tabletas con aplicaciones específicas con rutas de inspección programadas y guiadas, drones para inspeccionar zonas de difícil acceso y gafas inteligentes permitiendo transmitir la visión del operario a personal experto remoto. Herramientas informáticas ayudan a gestionar estos datos de forma más eficiente», matiza.

Uno de los mayores retos que tiene este sector es la gestión eficiente de la información. Las presas, por su tamaño y complejidad, generan enormes volúmenes de datos durante décadas o incluso siglos. «El proyecto, la construcción y la posterior operación implica a un gran número de personas de todo tipo: técnicos, gestores, usuarios, etc.», indica el también vocal titular del Comité de Grandes Presas de España. A lo largo del tiempo el relevo de equipos técnicos puede dificultar la transmisión del conocimiento. «Herramientas como sistemas de ayuda a la decisión permiten almacenar, organizar y analizar esta información de forma segura y eficiente, asegurando la continuidad y calidad en la gestión integral de la seguridad y operación de las presas», subraya Fleitz.

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Isabel Miranda

El mantenimiento de las presas se realiza de manera permanente supervisándolas y arreglando los posibles daños que se detecten. El uso de nuevas tecnologías permite pasar de un mantenimiento correctivo al preventivo e incluso predictivo. «El resultado redunda en una optimización de los costes, la mejora de la calidad del servicio y la extensión de la vida útil de la infraestructura, garantizando su seguridad y funcionalidad», explica Fleitz. Igual que en la medicina preventiva, existen soluciones de auscultación para presas que generan una gran cantidad de datos e información. «Su análisis diligente permite obtener información útil que ayuda a detectar de manera precoz cualquier anomalía que pudiese comprometer la operatividad y seguridad. Innovar en soluciones de gestión de seguridad y mantenimiento no es un coste, sino una inversión para garantizar los beneficios de la presa a lo largo plazo», puntualiza.

La Comunidad de Madrid, por ejemplo, está a la vanguardia en términos de digitalización en el sector del agua, y la telelectura de contadores representa el ejemplo más evidente en lo que respecta a proyectos de referencia. «La telelectura supone un cambio de paradigma, pues multiplica por 1460 la información disponible sobre consumos de agua. El tratamiento de esta información se traduce en valor añadido para la empresa (mejor estimación de los consumos, optimización de la demanda, planificaciones más eficientes), pero sobre todo para el cliente)», explican fuentes del Canal de Isabel II, empresa encargada de la gestión del ciclo del agua en la Comunidad de Madrid.

Igualmente están ultimando la instalación de un simulador de lluvias que les permitirá contrastar la eficacia de distintas técnicas de drenaje urbano sostenible. «En la misma línea, ya hemos empezado a trabajar en el llamado proyecto Dreincam, que combinará la información meteorológica con la modelización de infraestructuras para crear un sistema inteligente de gestión del drenaje en toda la región», añaden.

El uso de drones autoguiados para inspeccionar las redes de alcantarillado también ha supuesto un enorme avance. «Las imágenes que graban se analizan posteriormente con la ayuda de la IA para encontrar posibles desperfectos en la red de saneamiento. Además, el empleo de estos vehículos reduce los riesgos laborales de los operarios», subrayan desde la compañía.

Resaltan igualmente que como gestores del ciclo integral del agua en la Comunidad de Madrid, los avances tecnológicos tienen cabida en todas las fases: desde el abastecimiento al saneamiento, pasando por la gestión comercial. «A la hora de analizar las características del agua de nuestros embalses, por ejemplo, recurrimos a herramientas de 'machine learning' que facilitan el procesamiento y análisis de los datos obtenidos en las muestras», destacan. También usan perfiladoras automáticas que proporcionan información en tiempo real sobre las características del agua bruta a distintas profundidades. «La información automatizada, unida a la amplia experiencia de nuestros técnicos, facilita la toma de decisiones: como saber de dónde captar el agua de mayor calidad y en los embalses con tomas a distintas profundidades, elegir la idónea en cada momento», añaden.

Es importante recordar el trabajo que están llevando a cabo distintos grupos de investigación en centros educativos de España. Es el caso del proyecto Simba, de la Universidad de Córdoba, el cual aborda la problemática de la turbidez en la cuenca hidrográfica del Guadalquivir desarrollando herramientas para gestionar de forma integrada un sistema de embalses. «El Guadalquivir es un río muy turbio, con concentraciones altas de sedimentos y que a su vez está altamente regulado. En ese contexto Simba puso en valor la importancia de analizar gestión de embalses y calidad del agua de manera conjunta, es decir, evaluando las consecuencias que la gestión de embalses tiene en la calidad de las masas de agua superficial y viceversa», explica Eva Contreras, una de las investigadoras responsables del Proyecto Simba.

Se estimaron las cargas de sedimentos que aportan los principales afluentes del Guadalquivir para, a partir de ellas y datos de caudal, obtener modelos estadísticos que relacionan caudal, concentración de sólidos en suspensión y carga de sedimentos bajo distintos escenarios de gestión. «Estos resultados se incluyeron en una herramienta web con interfaz de usuario pensada para ser usada por los gestores de embalses», resalta la investigadora. La herramienta ofrece por un lado información sobre los efectos que un determinado caudal de entrada o salida en el embalse, con su carga de sedimentos asociada, producirá en el cauce aguas abajo y, por otro lado, distintas alternativas de descarga de agua desde la presa.« Simba propone dejar fluir los sedimentos a través de la red, de forma medioambientalmente sostenible, poniendo en relieve el hecho de que podría merecer la pena renunciar a una cantidad de agua en un momento determinado en favor de una mejora en su calidad», puntualiza Contreras.

Eva Contreras resalta la importancia de la información recogida por la herramienta para definir cuán turbia está el agua. «En un agua muy turbia la luz no es capaz de penetrar y esto posee consecuencias negativas para los ecosistemas acuáticos», matiza. Por otro lado, conocer las cargas de sedimentos «permite estimar su volumen y plantear acciones para minimizar efectos indeseados como puede ser la colmatación de presas».