Cuando la innovación preside la mesa

En este entorno, maravillas tecnológicas como 'imprimir' alimentos ha pasado de estar en la sección de curiosidades de los informativos al trabajo en serie, como sucede con los casos de las startups Novameat o Cocuus. Y a la superficie expositiva de citas como la celebrada (el pasado octubre, en Valencia) ftalks Food Summit, bajo el significativo lema 'Cadena de suministro resiliente, innovación abierta, nuevas proteínas, desperdicio cero, tecnología y datos, salud y sabor', en torno a aspectos como agricultura molecular, alimentación regenerativa, Inteligencia Artificial aplicada al campo, fermentación de precisión o 'carne cultivada'.

La industria alimentaria, considerada por el Informe 'Food and Drink Europe 2022' como la principal actividad de la industria manufacturera (un 14,3%), con un valor superior a los 1,1 billones de euros de cifra de negocio, está en constante evolución para no desentonar en el siglo XXI. Como señala Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB (Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas, que representa a 45 asociaciones), «en España, la industria de alimentación y bebidas es estratégica. Somos el primer sector industrial del país, con más de 30.000 empresas que dan empleo a casi medio millón de trabajadores. La innovación es esencial, y por eso lideramos Life-Spain, la mayor plataforma tecnológica del sector alimentario español, que impulsa proyectos de investigación centrados en alimentación y salud, desde la nutrición personalizada a la sostenibilidad».

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Sensórica, 'gemelos digitales', robótica, IA… todas forman parte del menú de la innovación, como destaca García de Quevedo: «En el ámbito de la I+D, hay que destacar el papel de la mujer, pues el 48,9% del total del empleo en I+D en el sector es femenino. De las más de 30.000 empresas agroalimentarias, 760 son innovadoras y el 80 %, pymes». Un sector a la espera de la segunda fase del Perte alimentario, que impulsará la automatización y la digitalización, especialmente en el caso del las pymes.

El despegue innovador también se basa en la estrecha colaboración entre universidades, centros tecnológicos y empresas. Andrés Pascual Vidal, director de Innovación de Ainia (centro tecnológico privado con más de 30 años de experiencia en I+D+i con sede en Valencia), comenta, por su parte, lo conseguido hasta el momento: «En un contexto sin precedentes, el sector agroalimentario español ha dado un salto cualitativo en su transformación digital y ha hecho frente a sus retos de sostenibilidad adoptando los principios de la bioeconomía circular sin dejar de promover productos sabrosos, saludables, accesibles, de menor huella ambiental».

Soluciones como la evaluación del efecto biológico de los alimentos en la microbiota, la obtención de productos análogos a la carne y el pescado o la reducción del desperdicio alimentario sobre el terreno, en pleno campo, son sólo algunos de los proyectos en marcha de la institución. Como concluye Pascual Vidal: «Mirando hacia adelante, los avances en 'foodtech', fermentación de precisión, agricultura celular o la adopción de la IA aplicada a la optimización de procesos y la personalización de productos abrirá nuevas fronteras en la innovación alimentaria».

Un ejemplo de como las empresas agroalimentarias están abanderando la innovación es la firma burgalesa Hiperbaric, especializada en tecnología de altas presiones para la alimentación y las bebidas (aplicación de altos niveles de presión por el agua de hasta 6.000 bar durante segundos o minutos, lo que consigue inactivar los microorganismos responsables del deterioro de los alimentos y conservar las características nutricionales del producto fresco). Su CEO, Andrés Hernando, señala que la compañía invierte cada año más del 5% del resultado del ejercicio e implicamos al 20% de la plantilla», lo que se traduce en el desarrollo de casi 30 proyectos en diferentes áreas de investigación».

La guinda del pastel es el pujante ecosistema 'foodtech' que se ha generado en España. Así, la inversión en España en las starups del sector se incrementó en 2022 un 9,38 %, alcanzando los 268 millones de euros, según el informe 'Addressing new challenges across the food valuechain' impulsado por ICEX. El 32,9% de las 412 startups españolas relacionadas con la alimentación cuenta con una patente para su tecnología y, el 29%, con un secreto comercial, lo que indica el robustecimiento de este ecosistema en ebullición. Definitivamente, la innovación se ha sentado a la mesa para presidirla.