La inflación dispara las reservas turísticas de última hora y acorta los viajes
Hoteles y agencias de viajes perciben un «enfriamiento» de la demanda, aunque auguran un verano récord
La contratación para el otoño se hace esperar de momento por la apatía de los viajeros nórdicos y alemanes
La inflación acorrala al turismo: menos gasto en restaurantes
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El sector turístico está viviendo unos meses récord, tanto a nivel de viajeros como de facturación. Pero también percibe ciertas señales de alarma de cara al final del verano y comienzos del otoño. Con la inflación escalando hasta el 10,8% en julio -su nivel ... más alto desde septiembre de 1984- las agencias de viajes notan ya una reducción de las reservas que había cerradas para finales de agosto. Y no solo eso, sino que además se disparan las contrataciones de última hora por la incertidumbre de miles de hogares.
Con la gasolina, los alimentos y la ropa en plena escalada de precios, los viajeros se replantean sus vacaciones. Una tendencia que, aunque todavía no ha dado el salto a las estadísticas oficiales, irá a más con la llegada de septiembre, según las empresas turísticas. Sobre todo en la demanda nacional.
«El incremento del coste de la vida está provocando que el turista que iba a viajar 15 días ahora solo pase 10 días fuera. Y el que tenía previsto pasar una semana de vacaciones, las reduce a 5 días. No es una tendencia generalizada, pero sí es cierto que está creciendo con el paso de las semanas», explica a este periódico el vicepresidente de la Confederacion Española De Agencias De Viajes (CEAV), Rafael Gallego.
En su opinión, hay cierta improvisación en las reservas que se ha incrementado tras la pandemia, sobre todo por la oleada de cancelaciones que se produjeron durante los primeros meses del coronavirus. «Los hábitos de los usuarios han cambiado y ahora también crecen las reservas de última hora, en parte por los nuevos hábitos, pero también por la incertidumbre que genera la subida de los precios», destaca.
El presidente de la Mesa del Turismo, Juan Molas, sostiene que «el que reserva en estas fechas lo hace ya para viajes inmediatos, sobre todo para viajes nacionales. La inflación ha supuesto un duro golpe para los españoles y, aunque todavía estamos pendientes de las cifras de la segunda quincena de julio y agosto, ya calculamos que aproximadamente el 22% de los ciudadanos no se va a ir de vacaciones este verano por la subida de los precios», sostiene el empresario, que también hace referencia al incremento de los costes para las empresas turísticas.
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Fuente: INE
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El Ejecutivo lleva meses atento a este fenómeno. El secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, ya explicó en una evento ante los medios producido a finales de junio que, si bien los niveles de reservas para la época estival estaban ya al 80% del nivel de 2019, «tendremos que ver si la demanda acepta el incremento de precios, además de cómo afectará la inflación a la capacidad de gasto». Desde firmas como la plataforma global de investigación de mercados Appinio se apunta a un recorte de las vacaciones para el 57% de los españoles por la escalada de precios de los últimos meses.
Las estadísticas oficiales, en cambio, han mostrado hasta el momento la fortaleza de un sector que vuelve a ganar peso en la economía española. El turismo y el transporte tiraron del PIB durante el segundo trimestre, cuando creció un 1,1%. En mayo, último mes con cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), España recibió casi 7 millones de turistas internacionales, lo que supuso un crecimiento del 411% más respecto al mismo mes de 2021, cuando el golpe del coronavirus todavía retumbaba en el sector y las restricciones zarandeaban a los viajeros.
Todo apunta a que junio y julio dejarán cifras récord, pero hay cierta inquietud respecto al final de agosto. «Ahora hay cierto enfriamiento en las llegadas, porque en marzo y abril había todavía mucha demanda contenida y, además, muchos viajes estaban cerrados ya con antelación. Ahora es distinto», sostiene por su parte el presidente de la patronal hotelera Cehat, Jorge Marichal.
En el negocio hotelero avisan además que las huelgas y la escasez de trabajadores del sector aéreo que colapsaron países como Reino Unido, Países Bajos o Francia hace unas semanas «provocaron cierto frenazo» a mitad de campaña, aunque también perciben un «arreón final» tras encauzarse la situación, al menos de forma temporal. «El verano va a ser una temporada récord», insiste Marichal.
Pero en el horizonte ya se vislumbra un otoño plagado de dudas. Sobre todo, porque el viajero internacional se está haciendo de rogar para esas fechas. La patronal hotelera reconoce que hay cierta atonía en las reservas de los alemanes y escandinavos para unos meses en los que comienza la temporada alta en Canarias, uno de los grandes caladeros del sector turístico nacional.
Víctima colateral del euríbor
«Las reservas están llegando en Canarias, pero estamos todos un poco expectantes para ver qué pasa con mercados emisores como el mercado alemán y el nórdico que no acaban de arrancar. Hay que esperar un poco a que el tema de la inflación se vaya enjugando. Canarias siempre ha sido un destino refugio ante la crisis y hay que tener en cuenta que el largo radio va a disminuir por la subida del queroseno», añade el presidente de la patronal hotelera.
El turismo se recupera en junio y dobla las pernoctaciones respecto a 2021
Las pernoctaciones en establecimientos hoteleros alcanzan los 35,1 millones durante el sexto mes frente a los 14,2 del año anterior
Desde las agencias de viajes lanzan una advertencia respecto al otoño que ya ha sido compartida por otros actores del sector turístico. «Ante el incremento del coste de la vida, con los alimentos, los carburantes y la cuota de la hipoteca subiendo, los consumidores lo primero que eliminan es el ocio, el turismo. Es un golpe que se va a ver con más intensidad en los próximos meses». explica Gallego.
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