La industria de la impermeabilización se moja en su apuesta por la tecnología

Blanca Gutiérrez Osuna, directora de la Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización (AIFIm), explica los distintos sistemas que se están utilizando: «Membranas prefabricadas o preconformadas (láminas asfálticas o bituminosas, sintéticas de PVC-P, TPO EVA-EBA y EPDM) y membranas líquidas (poliuretanos, poliureas, membranas acrílicas, membranas cementosas, epoxi…)».

El tipo de cubierta determina los distintos sistemas de impermeabilización, señala Gutiérrez Osuna: «Si hablamos de cubierta plana, se deberá instalar un sistema de impermeabilización para evitar la penetración de agua hacia el interior del edificio. Si, en cambio, la cubierta es inclinada, contará con una capa de impermeabilización cuando no tenga la pendiente exigida según el CTE (Código Técnico de Edificación) o cuando el ensamblaje de los elementos que conforman la cubierta sea insuficiente».

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Para decantarse por un tipo u otro, según la directora de AIFIm, «debemos tener en cuenta la zona concreta en la que se va a aplicar, su compatibilidad con el resto de materiales constructivos empleados e, incluso, el rango de temperaturas al que estarán sometidas».

El sector es consciente de su desarrollo. «La tecnología avanza a pasos agigantados -dice Gutiérrez Osuna-, y normalmente va por delante siempre de la normativa». Y da las ventajas de una buena impermeabilización: «No solo favorece a un mayor ahorro y eficiencia energética, sino también a una mejora del confort y la habitabilidad. En este sentido, las soluciones impermeabilizantes contribuyen a hacer el edificio más sostenible. Existen en el mercado soluciones para cubiertas solares, biosolares, descontaminantes, ajardinadas, reflectivas…».

José Antonio Pavón, presidente de la Asociación Nacional de Especialistas en Impermeabilización (Anedi), destaca las membranas líquidas como la principal novedad: «Las últimas tecnologías consisten en una serie de sistemas con membranas líquidas, que son más innovadoras que los sistemas tradicionales de las impermeabilizaciones. En cuanto al asfalto, se mantiene sin cambios, con la lámina sintética, porque es un material que funciona con el paso del tiempo, da garantía y aporta durabilidad», precisa. Otra de las novedades es que estamos incluyendo chips dentro de los materiales para identificarlos. En algún tipo de membranas, ese chip sirve para localizar fugas y posibles filtraciones», indica.

Las técnicas tradicionales para la localización de filtraciones o goteras se basan fundamentalmente en abrir catas en diferentes puntos de la cubierta afectada. Esta dinámica no siempre permite acertar a la primera, lo que provoca un alto coste de las reparaciones. «Por eso Danosa utiliza -afirma Javier García Sánchez, responsable técnico de Rehabilitación, Sate y Patologías en España de la compañía, fabricante de soluciones de impermeabilización- una nueva tecnología, desarrollada por Feten Domun en colaboración con la Universidad de Cantabria, que va más allá de la tradicional termografía y que consiste en radiografiar el edificio a través de una cámara y penetrar en los materiales hasta 16 centímetros».

A través de la empresa Diagnosticam, un equipo de técnicos, arquitectos y aparejadores altamente cualificados realiza el trabajo de campo, visitando la obra y tomando imágenes de las zonas afectadas por humedades. «Las imágenes son reveladas a través de un avanzado software y se logran resultados sobre el elemento constructivo, quedando la patología identificada con unas manchas rosáceas que nos indican el foco de la entrada de agua, el camino por donde circula hasta llegar el depósito final del recorrido», dice García Sánchez.

Una de las técnicas más modernas que utiliza Danosa para la resolución de estas lesiones, «consiste en la aplicación de un sistema de poliurea (Danocoat) líquida pura, aplicada en caliente con máquina que lo proyecta a presión, seca en 3 o 5 segundos y permite realizar grandes superficies en un plazo de tiempo muy corto».

Eagle Group es un grupo empresarial británico especializado en sistemas de impermeabilización líquida con fábrica y filiales en Inglaterra, EE.UU. y España. Gemma Mogas, directora de la filial en Europa, señala que «desarrollamos productos técnicos que facilitan la aplicación en obra». «Es necesario desarrollar sistemas de valor añadido, con una puesta en obra menos compleja, más coste-eficiente y que eviten errores durante la instalación que podrían producir filtraciones de agua y provocar desperfectos en cubiertas y estructuras de los edificios», añade.

En este sentido, Eagle apuesta por el sistema Ultraflex «que facilita el seguimiento y control de obra por parte de técnicos y arquitectos». «El sistema consiste en una membrana líquida de poliuretano certificada para una vida útil superior a 25 años; transitable incluso para vehículos, es adecuada para obra nueva y rehabilitación, apta para todo tipo de cubiertas y compatible con todo tipo de soportes», apunta Mogas. «La innovación recae sobre todo en una puesta en obra más eficaz, más rápida y más segura», comenta.

Este año la compañía ha lanzado al mercado un poliuretano alifático blanco reflectante denominado Cooltop. Se trata de un revestimiento resistente a la incidencia solar, al agua estancada y con excelentes propiedades químico-mecánicas, que ayuda a reducir la carga térmica de los edificios, lo que contribuye a mejorar el confort interior y al ahorro energético.

Otra de las empresas del sector es Sika. Vicente Nava, Target Market Manager Cubiertas de la compañía, señala las ventajas de una correcta instalación «para evitar las filtraciones de humedad derivadas de los daños provocados en la estructura del edificio, que pueden llegar a causar una pérdida de solidez y una reducción de la capacidad de carga de hasta un 50%. Además, evitará la aparición de salitre en los paramentos y la formación de manchas blancas, así como otros agentes asociados a la humedad, como es musgo, hongos u otros».

El ahorro y la eficiencia energética favorecen el desarrollo de la investigación en esta materia, afirma Nava: «Los sistemas de impermeabilización de cubiertas duraderas y de alto rendimiento pueden contribuir en gran medida a la construcción sostenible».