La industria española se abre paso en la reconstrucción de Ucrania

La pintura ha unido a dos países, como hizo el malentendido que provocó que el 5 de abril de 2022 el presidente ucraniano Volodimir Zelenski apuntará a Sercobe como aliado de Rusia, lo situara en la lista negra de países y terminara considerando a esta potente patronal como «socio preferente» para participar en la reconstrucción del país. Una consideración que abre paso a España en un nuevo 'Plan Marshall' en el que competirán empresas de todo el mundo por una pieza del pastel que diversas fuentes sitúan en el radio de los 750.000 millones de dólares en el medio plazo.

La asociación, que agrupa a un centenar de empresas, está a punto de cerrar un contrato de unos 10 millones, prorrogable, para realizar proyectos de almacenamiento y suministro de energía, tratamiento de aguas y hospitales de campaña como medidas inmediatas que convertirán a estas empresas en punta de lanza en el jugoso negocio de edificar un país devastado por la invasión rusa.

La 'ruta de la reconstrucción' comenzó a despejarse tras el reconocimiento del Gobierno de Zelenski y se materializará con nuevos pedidos para las empresas españolas. La maquinaria para poder hacerlo se puso en marcha hace unas semanas, después de que una empresa ucraniana, con el impulso de la embajada de Ucrania, reclamara a Sercobe bienes de equipo para el país. A partir de ahí la patronal industrial se puso en marcha para buscar financiación, presentó el expediente a la aseguradora estatal Cesce para que blindará el capital que pondrán los bancos. Ahora falta el sí que liberará ese crédito inicial de unos 10 millones para comenzar los pedidos. «Todo está por hacer, hace falta alumbrado, carreteras, ferrocarriles... Y el Gobierno de Ucrania nos considera uno de los proveedores más competitivo del mundo en la relación calidad-precio», explica a ABC María Eugenia Díaz, directora de Estrategia Sectorial de Sercobe.

Con este proyecto Sercobe ampliará el foco de los pedidos y suministros a Ucrania, país con el que ya tenía muchas conexiones antes de la guerra. En una primera fase necesitan bienes de equipo de primera necesidad para la generación, transporte y almacenamiento de energía, tratamiento de aguas y hospitales de campaña, que España hará llegar a través de las empresas locales. A principios de año, la patronal donó 36 grupos electrógenos al país. «Necesitamos negocio, pero también hemos hecho donaciones», dice Díaz.

Relata que participar en la reconstrucción de Ucrania es una gran oportunidad porque «nos reconocen como empresas muy competitivas y capaces» en un momento en el que todos los países compiten por lograr su porción en la tarta. Recuerda que la industria ya ha pasado por experiencias similares, como cuando participaron en el huracán Mitcht que arrasó Centroamérica. Las empresas asociadas a Sercobe están muy acostumbradas a trabajar en destinos complejos, como África, donde construyen clínicas materno infantiles, también proyectos de escuelas de formación profesional y relacionados con la energía eólica. «Ayudamos a las empresas a exportar a países complejos y las guiamos con asesoramiento experto desde nuestro departamento de exportación», explica la responsable de la patronal.

Prueba del reconocimiento que tienen las empresas españolas en Ucrania, el Gobierno del país ha invitado a Sercobe a la conferencia para la reconstrucción del país que tendrá lugar en Londres el día 22, a la que asistirán los primeros ministros y la presidenta de la Comisión, Ursula Van der Leyen. «Sercobe ha abierto un camino importante y la invitación a la conferencia es una gran oportunidad porque en Londres se defenderá a la industria española», subraya María Eugenia Díaz.

Hace una defensa cerrada de las industria española, de su calidad, de que está comprometida con el medio ambiente, «con unos parámetros muy apreciados en el escenario internacional. Somos buenos, el sector es puntero, pero falta más respaldo y reconocimiento de la Administración». Y añade: «Llevamos años escuchando hablar de un pacto de Estado y reclamando una Secretaría de Estado de Industria, y ni una cosa ni la otra cuando pretendemos que el sector alcance un peso en el PIB del 20%». La industria ha ido claramente a menos en España engullida por la terciarización de la economía. En 2008 su peso en la tarta de la producción nacional superaba el 26%; en 2021, del 15,31%. A gran distancia, por tanto, de países como Alemania, donde su potente pulmón industrial supone más del 30% de PIB. Evolución inversa a la que ha tenido el sector servicios, que en el mismo periodo ha pasado de tener un peso en el PIB del 63% a estar por encima del 70%. «Sabemos que España es un destino turístico y que se nos da muy bien, pero también se nos da muy bien la industria», puntualiza Díaz.

El próximo jueves, coincidiendo con la conferencia de reconstrucción de Ucrania, Sercobe celebra su asamblea general, donde los asociados analizarán la actividad de la asociación y los balances económicos, favorables a cierre de 2022, pero inquietantes en el primer trimestre. El sector de bienes de equipo ha sido tradicionalmente el primer exportador en España y las cifras del pasado año así lo avalan, pero ha perdido el puesto en los primeros meses del ejercicio en favor del sector químico, que escala a la primera posición.

La industria facturó 71.340 millones el pasado año, un 12,6% más, y sus exportaciones crecieron un 9,2%, hasta 47.139 millones. Las compras al exterior aumentaron un 15,7% para situarse en 65.315 millones. La responsable de Sercobe explica que los datos tienen «truco», teniendo en cuenta el entorno de elevada inflación y que aún se registra un crecimiento inferior en un punto a la media europea, aunque sí precisa que en 2021 la distancia fue mayor. «Estamos bien, pero otros sectores nos están adelantando y no podemos bajar la guardia», concluye.

¿Qué ha pasado en 2023? Han sido años duros para las empresas. Primero, vino el parón de la pandemia y después, tras levantar a duras penas el vuelo en la segunda mitad de 2020, llegó la guerra de Ucrania y con ella una espiral de costes difíciles o imposibles de digerir. Las compañías industriales llegaron a ver cómo la factura de los costes energéticos se triplicaba, lo que hizo que muchas de ellas echaran el cierre y a otras, como a las siderúrgicas, les saliera más a cuenta parar la actividad que hacer frente a las facturas. Pero si por algo destaca el sector industrial es la fuerza que tiene para hacer frente a las adversidades, en lo que es de gran ayuda que exporte un 70% de la producción.

Ahora se suma otro reto: las empresas deben encarar exigentes requisitos de descarbonización impuestos por Europa. Y Sercobe quiere coger las riendas de ese objetivo que se persigue en el horizonte de 2050, aunque desde 2035 Cesce no ha comprometido financiación en tecnologías contaminantes. La patronal ha puesto en marcha una plataforma tecnológica para la descarbonización de los sectores industriales ('Green Future Plat') para ayudar en el proceso. Un problema pendiente que tiene el sector como también lo es la captación de talento, no solo de ingenieros, también de mano de obra cualificada como soldadores o carretilleros.