Los impuestos a la electricidad lastran a la industria española en Europa
Los altos precios de la luz reducen su competitividad frente a Francia y Alemania, con menos costes
El nuevo real decreto para el refuerzo eléctrico no contempla que se toquen los peajes, lo que perjudica a la insutria
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Iniciar sesiónEspaña lleva años mirando al cielo para ver la llegada de turistas. El sector servicios ha dado oxígeno a la economía, y eso ha provocado —en cierto modo— que se dé la espalda a otros sectores productivos. Sobre todo, a sus necesidades. Así es como ... lo percibe la industria, principalmente la electrointensiva, que lleva años reclamando algún tipo de solución para los altos costes energéticos que soportan en comparación con los vecinos europeos.
Una situación, además, bastante caprichosa. Nuestro país, en muchos momentos del año, consigue precios eléctricos muy bajos debido a la gran penetración de fuentes renovables; sin embargo, el reguero de impuestos, cargos, peajes y otros conceptos añadidos provocan que la factura final sea superior a la de Alemania y Francia.
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Así lo refleja en negro sobre blanco la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE). En su último barómetro, que corresponde al mes de julio, explican que la factura por el consumo de energía eléctrica para un industrial electrointensivo en España es 2,7 veces el coste de la energía en Francia y 1,4 veces el coste en Alemania; o lo que es lo mismo, un 167% más caro que en Francia, y un 43% más caro que en Alemania.
AEGE, que integra a empresas como Acerinox, Air Liquide, Celsa, Sidenor, ArcelorMittal o Tubos Reunidos, entre otras, lamenta que la gran industria francesa adquiere un 62% de su electricidad con contratos más competitivos que el precio de sus mercados eléctricos a través de la tarifa Arenh a 42 €/MWh. Se trata de un modelo de contratación que consigue luz de las centrales nucleares con unos precios al margen del coste mayorista. Esta situación ya ha sido motivo de debate en España, aunque ahora en pleno debate sobre el futuro de la energía nuclear se ha abandonado.
Por su parte, los consumidores electrointensivos en España hacen frente a unos costes por los servicios de ajuste del sistema que no son considerados en Francia y Alemania. Esto amplía la brecha competitiva en más de 17 €/MWh.
Las compensaciones por CO2 indirecto que obtienen las industrias electrointensivas en Alemania son sustancialmente superiores a las que recibe la industria nacional, que están limitadas por la indisponibilidad presupuestaria. En concreto, en el país bávaro acceden a compensaciones por encima de las de nuestro país por un total de 26 €/MWh superiores.
En resumen, según refleja el barómetro, la industria española accede a precios de 63 €/MWh por los 44 €/MWh de Alemania y los 23 €/MWh de Francia. Una situación que deja en clara inferioridad competitiva a las empresas españolas.
Desde AEGE recuerdan que los precios de la energía eléctrica son un asunto vital, puesto que llegan a representar hasta el 50% de sus costes de producción, y en algunos procesos lo supera. Esa bola de nieve que se forma se compone de los costes de adquisición de la energía, que incluye la energía en el mercado mayorista y costes añadidos al precio del mercado, así como por los peajes de acceso a las redes eléctricas, cargos e impuestos. Adicionalmente, el consumidor electrointensivo europeo obtiene distintas compensaciones por su contribución al sistema eléctrico y por la compensación de las emisiones indirectas de CO2.
Un nuevo golpe
Por si todo esto fuera poco, esta semana la industria española ha recibido un nuevo golpe. En la elaboración del real decreto ley 7/2025 para el refuerzo del sistema eléctrico se introducía una medida esencial para el sector: la prórroga de la reducción del 80% de los peajes eléctricos a los consumidores electrointensivos, con efecto retroactivo desde el pasado 23 de enero.
En ese momento, diversas fuentes industriales ya señalaban que ante las dudas inversoras e incluso las desinversiones industriales que se están viviendo en la Unión Europea, se debería establecer esta reducción de peajes de forma estructural y permanente, en línea con el modelo alemán, porque tendría un efecto beneficioso sobre la base industrial y las decisiones a largo plazo de las empresas. Sin embargo, todo parece haberse ido al traste.
Tal y como ha publicado ABC, en el nuevo real decreto eléctrico que pretende sacar adelante el Gobierno, después de que el Congreso tumbara su primera ley, ahora no hay rastro de esta reducción en los peajes. Un problema añadido para una industria cada vez menos competitiva.
En este contexto, la industria española contiene el aliento después de un lustro década muy malo. En 2020 se vivió un parón generalizado debido a la pandemia que supuso un mazazo. Sin solución de continuidad se produjo una crisis de suministro, derivada del propio Covid, que además empalmó con la crisis energética tras la guerra de Ucrania. Y todo lo tuvo que digerir la industria.
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