El eslabón más débil

Cambiar la presidencia ¿para qué? ¿Ponía en riesgo, el señor Pallete la viabilidad de Telefónica? ¿Peligraba su arraigo español? ¿Estaba el Gobierno disgustado con la dirección de su presidencia? Si es así, ¿porqué no lo dijo antes? Si no es así, ¿por qué lo hace ahora?

Eso en cuanto al fondo, porque las formas no han podido ser más horribles y ha sido necesario aplicar unas cuantas decenas de millones de euros para evitar el desbordamiento de las protestas. Nombrar a dedo a una persona con tan extrema proximidad al partido como es el señor Murtra y hacerlo de manera desabrida y semiclandestina, en un consejo extraordinario celebrado un sábado por la tarde y hacerlo sin mayores explicaciones tan solo dos meses de la celebración de la Junta General es algo que nadie se explica. ¿A qué viene tanta urgencia?

No se engañe, esta no es una mera operación corporativa, ni su objetivo es ordenar y redirigir ninguna gestión. Se trata de un mero asalto a una importante parcela de poder económico. La SEPI ha invertido 2.300 millones de todos los españoles para satisfacer los deseos de poder de los españoles que nos gobiernan. El precio es elevado, pero pagado a escote...

Si Sánchez se preguntaba ingenuo ¿quién nombra al fiscal general? ni le cuento lo ocioso que resulta preguntarse ¿quién nombra al presidente de Telefónica?, que es una empresa que no es pública pero cuyos mayores accionistas –la SEPI y tambien la Caixa– obedecen y colaboran con el Gobierno. Por su parte, Pallete ha cometido varios errores graves. Ni se ha afiliado al PSOE, ni ha visitado casas del pueblo con frecuencia. Fíjese que cuando empezaron los movimientos accionariales se fue a a Arabia Saudí a ver a los jefes de STC en lugar de ir a Waterloo en busca de apoyos… Es lo que tiene ser el eslabón más débil.