Iberdrola pone a punto su hidráulica, esencial tras el apagón
El complejo de Cortes-La Muela inició la construcción de su primera fase en 1983, y se ha convertido en una referencia
El 28 de abril, tras el apagón, fue esencial en la reposición en la zona del Levante

El 28 de abril es un día marcado en rojo para la historia de la energía en España. A las 12.33 horas se produjo lo que, en principio, no podía suceder: un cero absoluto. El país se fundió en negro durante diez horas. ... Esa fecha supone un cambio de paradigma. Se ha llegado al consenso de que, más que nunca, ninguna tecnología sobra en el mix eléctrico y, lo más importante, hay algunas que deben tener mayor presencia. Un ejemplo lo representa el almacenamiento. En este segmento, el bombeo centra todas las miradas. Sobre todo, por su madurez técnica.
Aquí es donde Iberdrola saca lustre —y pecho— con algunas de sus infraestructuras. Hubo una, en concreto, que en las horas posteriores al apagón fue esencial: el complejo hidroeléctrico de Cortes-La Muela (Valencia). Se trata de la primera central que estuvo disponible para Red Eléctrica en la zona de Levante.
ABC ha visitado esta semana las instalaciones, tanto la central hidráulica como el sistema de bombeo. Al margen de datos sobre la capacidad y la producción, la instalación impresiona por su tamaño. Es capaz de empequeñecer a cualquier persona y, tecnológicamente, representa un hito de la ingeniería civil española.
El complejo de Cortes-La Muela inició la construcción de su primera fase en 1983. Entonces, se instaló la presa de Cortes, con una altura de 116 metros y tipo arco-gravedad, con una potencia instalada de 290 MW, y La Muela I, que cuenta con 634 MW de potencia en turbinación y 549 MW en bombeo.
Luego está su espectacular depósito superior que ocupa más de un millón de metros cuadrados y supone una reserva energética de 24 GWh, capaz de abastecer el consumo diario doméstico de más de 6 millones de personas.
El funcionamiento del bombeo es simple. De hecho, pese a la espectacularidad de la construcción, la simplicidad llega a ser extrema. Por un lado, la central tiene una parte con su hidroeléctrica tradicional. La presa corta el paso del agua, y cuando se necesita, dispensa hacia abajo. Su caída mueve las turbinas, y se genera electricidad. Por su parte, el bombeo, lo que hace es llevar agua de la presa al depósito, que se encuentra en la parte más alta del complejo. Cuando en el mix eléctrico hay energía de sobra, principalmente renovable en las horas centrales del día, ese agua se bombea y almacena en el depósito. Cuando se necesita se vuelve a volcar.
Pero esta central creció. En 2015 se amplió el complejo con la construcción de la central hidroeléctrica La Muela II. Con una potencia instalada de 880 MW en turbinación y 744 MW en bombeo, esta nueva instalación convirtió a este complejo en el de mayor potencia instalada de Europa con más de 1.800 MW en turbinación y 1.293 MW en bombeo.
Nuevos desafíos
Iberdrola tiene más proyectos entre manos. Otro complejo de estas características es la central de bombeo hidroeléctrico reversible Alcántara II, ubicada en Alcántara (Extremadura, en el suroeste de España).
Esta central de bombeo reversible en España contará con una potencia instalada de 440 MW, permitiendo un almacenamiento energético reversible de 16 millones de kWh equivalente al consumo medio diario de más de 4 millones de personas y proporciona una firmeza al sistema eléctrico de hasta 37 horas con las máquinas a plena carga.
Mediante esta central se podrá generar anualmente más de 1.000 GWh adicionales haciendo uso del mismo recurso hídrico que hasta la fecha, evitando con ello la emisión de un valor estimado de 355.000 toneladas de CO2 al año y contribuyendo de esta manera a la descarbonización del sistema eléctrico mediante una mayor integración de energías renovables no gestionables, solar y eólica, dotando al sistema eléctrico de mayor capacidad de adaptación y respuesta.
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