IA cuántica: el siguiente gran salto evolutivo de la nueva economía ya está en marcha
El auge de las dos tecnologías transformacionales anticipa una unión que revolucionará distintos sectores con mayor eficiencia, rapidez y precisión
Las empresas españolas programan la revolución cuántica
El ahorro energético será una de las grandes aportaciones de esta suma de revoluciones innovadoras
En la carrera exponencial de las aplicaciones tecnológicas del siglo XXI, la inteligencia artificial y la computación y las comunicaciones cuánticas destacan por su 'estado del arte', en la era de los datos y de la indispensable 'sociedad de la eficiencia'. Por ello, la ' ... IA Cuántica' ya se encuentra en lanzadera, todo un empeño al trabajar con una concepción que llegará a conseguir en segundos, desde los centros y sistemas de supercomputación, lo que ahora se consigue en años, gracias a la proyección de la superposición, que permite trabajar con ceros y unos (la base de la computación ya denominada 'clásica') simultáneamente.
En este empeño, la Unión Europea destinó más de 7.500 millones de euros para preparar esta vía de progreso que impactará directamente en los llamados 'verticales' de la industria y la empresa, en todo tipo de sectores, desde el sector de la salud, de la energía, de la logística, hasta el propio de la tecnología. En el caso de España, el programa Quantum Spain (1 enero 2022-31 diciembre 2025) tiene como objetivo impulsar y financiar una infraestructura competitiva y completa de computación cuántica en España, en torno a ejes como la Red Española de Supercomputación. Esta iniciativa, impulsada por el Ministerio de Economía a través de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial y financiada con los Fondos de Recuperación, acaba de sumar a su proyecto a 14 instituciones de investigación nacionales, desde la Universidad de Barcelona y la Universidad Complutense al CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas).
Una de las recientes noticias a este respecto es la entrega de la primera fase prevista en el contrato para la instalación del primer computador cuántico en España en servicio para el Barcelona Supercomputing Center -Centro Nacional de Supercomputación (BSC–CNS), gracias a una UTE formada por Qilimanjaro Quantum Tech y GMV. En el caso de GMV, han conseguido, ex aequo con Hispasat por su proyecto Caramuel, Premio Ametica a la Excelencia Empresarial en Tecnologías Cuánticas 2023, celebrado esta semana en su 37 Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones. La compañía ha obtenido la distinción por Cuco, un proyecto en el que se impulsa la colaboración pública-privada en este ámbito, con participaciones como las de BBVA, Qilimanjaro, Multiverse Computing, Repsol o la Universidad Poliécnica de Valencia).
El foro de Ametic (en el que la IA ocupó una significativa parte del programa de tres días) acogió la mesa 'Impacto de las Tecnologías Cuánticas en la IA', en cuya presentación ya se destacaba cómo el actual despliegue de lo cuántico «supone un sueño para los físicos… y una pesadilla para los ingenieros». Todo un desafío tecnológico, accesible, en distintos grados, para grandes corporaciones y pymes, ante el que Román Orús, cofundador y CTO de Multiverse Computing, uno de los participantes, destaca cómo «la aplicación de la cuántica, y de aplicaciones a partir de ella va a desarrollar más, mejor, la IA, con sustanciales mejoras en eficiencia energética, en precisión, etc. Algo muy importante en tiempos en los que hemos comprobado cómo ChatGPT ha conseguido llegar a un nivel de funcionamiento inesperado… y a un consumo de energía elevado».
El trabajo de compañías como Multiverse Computing aborda este reto de aunar ambas tecnologías para una mayor eficiencia desde el ámbito público a las iniciativas empresariales para ofrecernos productos o servicios. Desde la investigación en medicamentos (toda una disrupción en el ámbito molecular) a las aplicaciones industriales de todo tipo, pasando por las propias aplicaciones de nuestro 'smartphone', Orús subraya la importancia de conseguir mejores tiempos y menores tamaños a la vez que se incrementa la precisión de la implementación tecnológica, aliviando la carga de bits (y qbits) en la nube. «En los próximos cincos años (concluye), incluso en menos, veremos muchos avances. El usuario no lo percibirá directamente, pero utilizará aplicaciones o programas con una mayor eficiencia y más sostenibles energéticamente, en un escenario en el que España tiene mucho que aportar, con márgenes de mejora, por ejemplo, en la fabricación de hardware para que 'corra' esta tecnología».
En el caso de las computaciones cuánticas, las redes por la que circula esta corriente continua de disrupción, el encuentro de Santander contó con la presencia de Vicente Martín, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la Universidad Politécnica de Madrid y coordinador del Programa Nacional de Comunicaciones Cuánticas. Martín subraya la importancia de lo conseguido (y lo previsto) en las tecnologías de seguridad en este terreno y de consolidar estándares de aplicación, además de «desplegar adecuadamente nuestras capacidades en el entorno de la European Quantum Communication Infrastructure, con avances en la conexión de los ordenadores cuánticos (un exponencial incremento de computación), la sensorización distribuida o distribuciones de tiempo ultraprecisas».
El programa, financiado por gobierno y comunidades autónomas, cuenta, en el caso de la Comunidad de Madrid, con el proyecto Madquantum-CM, cuyo objetivo es la alineación de España con las iniciativas clave europeas en el ámbito de la Comunicación Cuántica, tanto del Quantum Flagship como de la EuroQCI, y en la que participan, junto a Politécnica, Complutense, Autónoma, los institutos de investigación IMDEA Networks e IMDEA Software. Su principal línea de trabajo es «desarrollos y despliegues tecnológicos para contribuir a los primeros objetivos definidos en los programas europeos: la creación de una red de comunicaciones de alta seguridad, resistente a cualquier ataque computacional, ya sea por medios clásicos o cuánticos».
Juan Bernabé-Moreno, director de IBM Research Europe (Irlanda y Reino Unido), señala la condición de la compañía como «pionera en el desarrollo de tecnologías de computación cuántica y de inteligencia artificial, cuya integración impulsa una nueva era de innovación y crecimiento en campos como la ciencia de datos, con especial aceleración en áreas como el entrenamiento de modelos, reconocimiento de patrones o la detección de fraude». Las ya mencionadas eficiencia, rapidez y precisión confluirán con la llegada de nuevos patrones, como sucederá con la instalación en San Sebastián, en 2024, del sexto ordenador cuántico de IBM. En cuanto a sus procesadores cuánticos, Osprey (2002) llegó a los 433 qbits, con la previsión de llegar con Cóndor a 1121 a final de año y más de 4.000 en 2025.
IBM Quantum, el kit de desarrollo de software cuántico Qiskit o la plataforma de IA Watson son algunos de los desarrollos de la compañía que beneficiarán trasversalmente a la sociedad, con ejemplos como el de la predicción meteorológica. O como añade Álvaro de la Mora, responsable de Business Hacking Europe de Globant: «Los propios de la industria farmacéutica, en el campo de descubrimiento de medicamentos, donde la computación cuántica ofrece mejoras en el procesamiento de datos mientras que la IA desempeña un papel fundamental, ya que ayuda a identificar las moléculas más adecuadas para abordar enfermedades o síntomas específicos. Otro ejemplo lo vemos en el ámbito financiero, concretamente en el análisis de riesgos, en los que la tecnología cuántica permite evaluaciones más precisas y rápidas, apoyando a la IA en la evaluación de riesgos».
De la Mora ratifica cómo este entramado de nodos y redes neuronales se encuentra en plena optimización, como ya están comprobando en Globant con la colaboración con una empresa de computación cuántica. Parte de una década estratégica, crítica en el buen sentido para un mix tecnológico desde el suelo al cielo (de hecho, la navegación espacial es uno de los ámbitos en los que esta exponencial mejora en el cálculo supondrá la puerta hacia una nueva era).
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