Los hoteles se lanzan al lujo y le dedican el 80% de sus aperturas

En concreto, según los datos que maneja la consultora McKinsey, los viajeros de lujo en España han crecido un 20% desde 2015. Este crecimiento va de la mano con la apuesta de las cadenas hoteleras que, entre 2019 y 2022, han centrado el 80% de las aperturas en nuestro país en este segmento. «España es un jugador muy relevante en el turismo de alta gama. Nuestra cuota sobre el turismo de lujo en Europa se sitúa ya entre el 17% y el 18%», apuntó ayer el socio de McKinsey Carlos Sánchez durante la presentación del informe que ha elaborado la consultora con Círculo Fortuny.

Aunque el número de viajeros de lujo en nuestro país representa solo el 6% de los viajeros que nos visitan, su impacto en el PIB es muy relevante: «En torno al 15% del impacto en el PIB turístico viene de este segmento», incidió. Su peso es, además, especialmente importante entre los turistas extranjeros: el 70% de los viajeros y el 80% de las pernoctaciones de alta gama son viajeros internacionales.

Se trata de un área donde las empresas españolas creen tener gran margen de crecimiento. «No queremos decir que haya que cambiar el modelo turístico español pero quizá ha llegado el momento de pensar más en calidad y no en cantidad, y no hablar tanto de numero de turistas como de estancia y gasto medio», explicó la presidenta de Círculo Fortuny, Xandra Falcó, que insistió en que nuestro país puede llevarse una parte relevante «de la tarta» de este turismo, en plena expansión. El gasto de estos viajeros en Europa es, según sus cálculos, ocho veces superior al del turista medio. «Con un número de turistas menor, generamos mayor PIB, consumen en tiendas locales, en alta artesanía, en gastronomía, en entretenimiento… y además son prescriptores en sus países de origen», recalcó.

El informe de McKinsey enumera las ventajas de España respecto a otros países a la hora de competir por estos viajeros: «Tenemos buen clima todo el año, la oferta cultura, la gastronomía –en siete años se ha doblado el número de restaurantes con estrella Michelín–, las conexiones…», señaló Sánchez. El plan pasa por dejar de depender tanto del sol y la playa. «El turismo de alta gama es menos estacional que el turismo medio».

Para las cadenas hoteleras, este turismo es, de hecho, el segmento que más beneficios les está reportando. «Los resultados son particularmente buenos en el segmento de lujo, siendo los que mejor evolución presentan respecto al 2021 y 2019», adelantó hace unos días el presidente de Meliá, Gabriel Escarrer, durante una presentación de sus perspectivas de verano.

Su apuesta no se da todavía generalizada en toda España, pero sí destaca en ciudades como Madrid. Solo en la capital, en los últimos tres años han entrado 11 grupos hoteleros internacionales. Con ellos, hoteles que compiten con fuerza en este segmento como el Four Seasons o el Rosewood Villa Magna, que fue renovado por completo. «El efecto Madrid supone un movimiento también hacia la alta gama de potencias turísticas regionales, como Andalucía, Baleares o Canarias, así como al reimpulso de Barcelona», insistió el socio de McKinsey.

Según las cifras que maneja la consultora, el turismo de alta gama atrajo a España a seis millones de viajeros en 2022. Su impacto económico directo, calculan, se sitúa por encima de los 20.000 millones de euros, representando casi el 2% del PIB total. «El crecimiento de este segmento se ha situado entre el 5% y el 8% en los últimos seis años, duplicando la tasa del crecimiento del turismo general», recoge el informe.

Para la presidenta de Círculo Fortuny, que es la principal asociación del lujo en nuestro país, la reinvención del turismo español pasa por tratar de aprovechar que estos viajeros «se van a doblar o triplicar en los próximos años», prevén. «Lo tenemos todo para ser atractivos. Debemos seguir trabajando para que esta imagen de excelencia de España esté en la mente de los viajeros internacionales y que, a la hora de buscar a dónde ir, lo elijan como destino», insistió Falcó: «Debe ser un destino clave en el turismo de alto impacto».