Seis ministros se unen a los sindicatos para exigir alzas salariales a los empresarios

Ya el hecho de que hasta tres ministros del Gobierno de Pedro Sánchez -Yolanda Díaz, Alberto Garzón e Irene Montero- compartieran discurso con los secretarios generales de los sindicatos en el mismo estrado habilitado por los organizadores da cuenta del punto en el que se encuentra la política nacional y de la presión sobre la agenda que ejerce el 'rally' electoral a punto de comenzar con los próximos comicios autonómicos y locales.

Pero lo que en el día de ayer fue una bocanada de unidad ante la distancia que se viene ensanchando en las últimas semanas, entre los partidos de la coalición, PSOE y Unidas Podemos, y también dentro del ala morada por la escisión de Yolanda Díaz con su nueva fuerza Sumar y la polémica sobre la concurrencia, conjunta o no, a los próximos comicios, podría suponer una vuelta al fango del discurso político en las próximas horas.

Sin ir más lejos, a cuenta de esta polémica apareció la nota disonante del día, que dejó la camiseta reivindicativa de Irene Montero, con el lema 'Tu silencio no te protegerá', que se entendió como un mensaje subliminal para el ala socialista del Gobierno y también para la vicepresidenta Díaz por el reciente episodio que se han zanjado finalmente con un acuerdo con el PP en la ley del 'sí es sí'.

«El Gobierno y los sindicatos han cumplido y le toca a las patronales», apuntaba la vicepresidenta Díaz durante su intervención en espacio habilitado por CC.OO. y UGT en el Círculo de Bellas Artes. «Los sindicatos tenían razón cuando decían subir los salarios. Es imposible que el salario mediano sea de 21.000 ni 1.500 euros en 14 pagas, eso no permite vivir con dignidad en muchas ciudades de nuestro país», argumentaba.

«Hago un llamamiento a la patronal para que cierre un acuerdo del AENC. La patronal que tiene que estar a la altura, sentarse y decirle a los trabajadores que van a subir los salarios. Es lo que toca en el día de hoy», zarandeaba Díaz en su discurso argumentando que «los beneficios de las empresas son insoportables en comparación con las medias salariales» y señalando que espera «que lleguen a un acuerdo en mayo».

Por su parte, aunque no acudió al 'stand' sindical para hacer declaraciones, también compartió el recorrido de la marcha la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero. Incluso las cuitas internas del Gobierno de coalición, que se exacerban por momentos a medidas que se acercan las elecciones, quedaron a un lado pudiéndose ver a los cuatro ministros juntos al final del recorrido, que este año tuvo lugar en la Plaza de España.

Y el sazón político de la jornada lo pusieron también otros dos ministros, Miquel Iceta de Cultura e Isabel Rodríguez de Política Territorial, que acudieron a sendas manifestaciones en Barcelona y Puertollano, respectivamente.

Quizá este apoyo del Gobierno era más necesario si cabe en un año en el que las reivindicaciones eran elevadas, pero la concurrencia más bien baja. Apenas 60.000 personas según los organizadores asistieron al breve recorrido de escasos sesenta minutos por la Gran Vía de Madrid -Delegación del Gobierno reduce este volumen hasta 10.000 asistentes- y 350.000 por toda la geografía española dejan una fotografía gris de la parca capacidad de congregación de las centrales sindicales en estos momentos. La desafección de los más jóvenes y la coyuntura no tan mala del empleo con niveles récord de afiliación (en 20,4 millones de cotizantes) redujeron al mínimo las expectativas de una gran avalancha en las calles contra las empresas para reclamar subidas salariales.

Precisamente, fue al cierre de la concentración cuando los líderes sindicales más elevaron el tono contra la patronal CEOE. Unai Sordo, líder de CC.OO. señaló que «nadie discute» la importancia de «repartir la riqueza», haciendo un «emplazamiento sincero» a la CEOE para avanzar en la mesa del AENC.

«Emplazamos a CEOE a sentarse en una mesa, no a hacer tertulias, sino a negociar. Si no se avienen a negociar, la batalla se va trasladar a los convenios colectivos, trinchera a trinchera», advertía Sordo en referencia a la posibilidad de ir a un «proceso de movilización general que tome la forma de huelga» en los sectores con convenios colectivos bloqueados.

De hecho, llegó a plantear que si esta firma de un nuevo AENC no se produce y se observan resistencias a revalorizar los sueldos por parte de las empresas, una opción planteable sería «aumentar hasta el 20 o 25% el impuesto de Sociedades».

«CEOE tiene que saber que el tiempo se acorta y que si no se llega a un acuerdo habrá conflicto. O llegamos a un acuerdo en un periodo breve o el conflicto será general para todos los convenios con mesa de negociación abierta», reiteraba el secretario general de UGT, Pepe Álvarez.

En este punto, Álvarez concluyó señalando a los pequeños empresarios y autónomos aludiendo a su responsabilidad de no hacer seguidismo de las grandes patronales empresariales. «Quiero pedir a autónomos y pymes que no sigan las consignas de sus patronales... el autónomo no está amenazado por el sueldos de sus trabajadores sino por las grandes corporaciones, que se quedan los contratos y los beneficios», advertía Álvarez.

Entre todo y ante la ausencia de miembros de los partidos de la actual oposición, el PP deslizó varias pinceladas en el Primero de Mayo sobre cuestiones relacionadas principalmente con la creación de empleo. La secretaria general del Partido Popular, Cuca Gamarra, afirmó que las políticas aplicadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, están perjudicando a asalariados y a autónomos y que «la mejor garantía para el empleo es que Pedro Sánchez pierda el suyo».

También criticó Gamarra que hubiera ministros del Gobierno manifestándose junto a los sindicatos. Es el actual Gobierno de España, lamentó, el que se está «beneficiando de la inflación y empobreciendo a los españoles al subirles los impuestos». En este sentido, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, felicitó la festividad a través de un mensaje en Twitter afirmando que «falta menos para que se vuelva a crear empleo estable y de calidad con un Gobierno del PP».

En este sentido, los líderes sindicales destacaron en sus discursos la proximidad de las elecciones autonómicas y locales del 28 de mayo, y la situación de cambios en la economía, el empleo y los servicios públicos.

El secretario general de CCOO ha admitido que los sindicatos «no son neutrales» y menos en un año como este «cuando se juega tanto en España». Sordo asegura que sirve de poco subir salarios si los ciudadanos tienen que destinar ese monto al pago de sanidad, educación o atención a la dependencia, y ha señalado a «quienes están en frente», que son «un riesgo para los derechos de la mayoría».

Álvarez, por su parte, añadió que en las próximas elecciones pueden estar en juego la reforma laboral y la reforma de pensiones, ya que algunos partidos «no están contentos» y no les gusta que los trabajadores sean «libres a la hora de trabajar». «Queremos que los grupos políticos, las administraciones, tengan la seguridad de que la mejor manera que tenemos para consolidar nuestros derechos es la concertación social. Gracias a la concertación social hemos conseguido avances tan importantes como la reforma laboral y de pensiones», aseveró en su discurso asegurando que estas reformas pueden desaparecer en otra coyuntura política.