El Gobierno de Sánchez cuesta ya 50 millones más que el de Rajoy
La macroestructura del Ejecutivo de coalición pasó una factura de 147 millones de euros a las arcas públicas en 2022 y este año ya crece al 5%
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El coste presupuestario del Gobierno de Sánchez suma ya 147 millones
Cuando Pedro Sánchez se hizo cargo del Gobierno de España a principios del mes de junio de 2018 el crédito presupuestario necesario para hacer frente a la nómina mensual ordinaria de los altos cargos y de los asesores que les asistían en sus funciones ... de gobierno ni siquiera alcanzaba los 4,5 millones de euros y el coste anual de esa estructura de gobierno se situaba ligeramente por debajo de los 110 millones de euros; hoy los datos de ejecución presupuestaria que mensualmente difunde el Ministerio de Hacienda revelan que el crédito mensual necesario para pagar a los ministros y sus nutridos gabinetes de asesores se aproxima ya a los ocho millones de euros y que en 2022 el gasto total de esa macroestructura fue de 147 millones de euros, 37 millones más respecto al último Gobierno del PP y 50 millones más que el Ejecutivo que estrenó la era Rajoy en el año 2012, cuyo coste presupuestario no llegaba a los 100 millones.
La comparación es llamativa. Durante el lustro de Ejecutivo de Pedro Sánchez el coste presupuestario acumulado de la estructura de gobierno ha superado ya los 650 millones de euros, un 25% más que los 520 millones que costó en el último lustro el gabinete de Mariano Rajoy. El Gobierno de Sánchez ha costado alrededor de 25 millones de euros más al año que el de Mariano Rajoy.
El más grande de la historia
El sobrecoste tiene una primera explicación muy clara. El último Gobierno de Rajoy estaba formado por 14 miembros, con un presidente, una vicepresidenta y doce ministros; mientras que el primero de Pedro Sánchez ya se estructuró con 18 miembros, con un presidente, una vicepresidenta y 16 ministros con cartera, lo que de forma inevitable incrementó el gasto presupuestario asignable al pago de las nóminas.
Pero lo que marcó un antes y un después fue el acuerdo para gobernar con Podemos. De pronto, el Ejecutivo pasó a tener 22 ministerios y las exigencias de equilibrio de poder entre los dos partidos coaligados hicieron que se multiplicaran también el número de secretarías de Estado y de direcciones generales. El organigrama tradicional de gobierno que operaba con entre 150 y 170 altos cargos en función de las épocas se vio desbordado por todos los flancos y derivó en una macroestructura con 259 altos cargos, una cifra sin precedentes en la democracia.
El primer Gobierno de coalición nació con un presidente, tres vicepresidentes con cartera, 19 ministros, 30 secretarios de Estado, 50 subsecretarios o cargos con rango asimilable a esa categoría, 135 directores generales y 21 secretarios generales técnicos. Por buscar un término de comparación, el primer Ejecutivo de Sánchez, el que salió de la moción de censura, había quedado conformado por 178 altos cargos superiores y directivos, 58 menos.
Pero esto es solo una parte de la estructura, la de los altos cargos. La mayor parte del incremento de la factura derivada de la estructura de gobierno en los últimos años no viene de ahí sino del batallón de asesores que los nuevos altos cargos han incorporado a sus gabinetes. La ley limita el número de asesores de los que puede disponer cada alto cargo y asigna nueve a las vicepresidencias, cinco a los ministros, tres a los secretarios de Estado y uno a cada director general. Lógicamente, la creación de más vicepresidencias, de más ministerios o la conversión de áreas que tenían un rango inferior en direcciones generales, secretarías de Estado o ministerios multiplicó el número de asesores en el Gobierno.
Incremento de costes
La escalada se explica por la macroestructura de 22 ministerios del Gobierno y por la mejora salarial del 13% desde el año 2018
La evolución del coste asignado a esta partida da testimonio de este fenómeno de una manera cristalina. El último Ejecutivo del Partido Popular destinó 39 millones de euros a pagar asesores; el último de Pedro Sánchez antes de pactar con Podemos ya asignó una partida de 50 y en 2022 el pago de la nómina de los asesores del Gobierno supuso ya 66 millones de euros, un 70% más.
La crecida del gasto llegó a tal punto que en 2020, en plena pandemia, el Gobierno tuvo que reorientar 20 millones de euros de otras partidas de la cuenta de gastos de personal para hacer frente al coste de las nóminas de altos cargos y asesores.
La partida no parece haber alcanzado techo. La activación del plan de recuperación y la necesidad de gestionar 150.000 millones de euros de fondos europeos se han traducido en la creación de nuevos puestos de alto cargo, cerca de una treintena más, y en la aparición de nuevos puestos de asesores. Los datos del Ministerio de Hacienda reportan que hasta febrero de este año el gasto en altos cargos ya apuntaba un incremento del 3,6% respecto al de 2022 y el de asesores se disparaba un 7,4% más.
Fin de la contención salarial
El crecimiento sin precedentes del número de altos cargos y de sus asesores en los últimos años no es el único factor que ha contribuido al sustancial incremento que el coste presupuestario de la estructura del Gobierno ha experimentado desde que Pedro Sánchez accedió a La Moncloa. La estricta congelación de los salarios de los empleados públicos que Rajoy aplicó en los años posteriores a la crisis financiera en parte por las presiones de Bruselas y en parte por la necesidad de devolver las cuentas a una senda de sostenibilidad ha desaparecido en los últimos años.
Un dato ilustra de forma clara este cambio de tendencia. En los seis años y medio que Mariano Rajoy fue presidente del Gobierno solo tuvo dos subidas salariales, la de 2016 y la de 2017; en sus primeros doce meses en La Moncloa, Pedro Sánchez vio incrementarse su sueldo como presidente en cuatro ocasiones, al igual que sus ministros y los asesores de estos. Entre 2012 y 2018, el sueldo de Mariano Rajoy subió de 78.185 a 79.756 euros; a mediados de 2019 el de Pedro Sánchez ya estaba en 83.080 euros.
Los años siguientes han seguido trayendo mejoras retributivas para el presidente y su Gobierno. En 2020 los sueldos públicos subieron un 2%; en 2021, fue del 0,9%; y el año pasado las nóminas públicas subieron un 2% inicial y un 1,5% adicional a final de año y aplicable a todo el ejercicio en compensación por la subida de la inflación. Según los Presupuestos Generales del Estado de 2023, el salario del presidente del Gobierno se situará en 90.010,20 euros anuales, casi un 13% más elevado que el que tenía Mariano Rajoy cuando la moción de censura lo expulsó de la presidencia y ese incremento es extensible a todos los altos cargos del Gobierno y a los asesores que los asisten en sus funciones.