El gobierno noruego interviene la negociación salarial de 74 trabajadores de plataformas petrolíferas

74 trabajadores de plataforma petrolífera amenazan el suministro energético noruego

La planta petrolífera de Johan Sverdrup en el Mar del Noroeste de Stavanger, operado por Equinor y situada a 140 kilómetros al suroeste de Noruega AFP

Son solamente 74 trabajadores que operan las plataformas petrolíferas Gudrun, Oseberg Sur y Oseberg Este, tres puntos perdidos en el mapa del mar del Norte, pero su negociación salarial ha puesto en riesgo el suministro energético noruego y el difícil equilibrio del mercado energético en el norte y centro de Europa ... , lo que ha obligado a intervenir al gobierno de Oslo. La ministra de Trabajo e Inclusión Social, Mars Mjos Persen, ha anunciado la imposición de «una Junta de Salarios» obligatoria, como remedio para resolver el conflicto entre los trabajadores y la petrolera estatal noruega Equinor, después de que ambas partes no encontraran una solución consensuada y ante la amenaza de que la huelga redujese en un 13% el suministro de gas del país. Los daños, sin embargo, no se circunscribían únicamente el territorio noruego, sino que afectaría, de producirse la huelga, a casi el 60% de las exportaciones gasísticas del país, según los datos de la Asociación Noruega de Petróleo y Gas.

«Casi el 60% de las exportaciones de gas de la plataforma continental noruega (NCS) se verían afectadas si la huelga, que comenzó el lunes, se prolonga a partir del sábado 9 de julio. Eso supondría una pérdida de ingresos de 1.800 millones de coronas, unos 174 millones de euros diarios», calcula la asociación, «sería muy perjudicial y grave, tanto para Europa como para Noruega», añadió la fuente. «Las entregas noruegas representan una cuarta parte de los suministros energéticos europeos y Europa depende completamente de Noruega en un momento en que los cortes de suministro rusos han creado un mercado muy ajustado para el gas natural», insisten sus responsables. La Asociación Noruega de Petróleo y Gas considera que «una huelga de esta magnitud plantea enormes problemas a los países que dependen completamente de llenar sus reservas de gas antes del otoño y el invierno».

Desde que dio inicio la huelga, la empresa noruega Equinor ha anunciado que ha comenzado a suspender el suministro de tres de sus yacimientos de petróleo y gas en el mar del Norte  , mientras el sindicato de Lederne, que representa a los 74 trabajadores, amenaza con extender la huelga a los yacimientos de Heidrun, Aast Hansteen y Kristin. El Sindicato Noruego de Trabajadores de la Industria y la Energía (IE) y el Sindicato Noruego de Trabajadores de la Energía (SAFE), que representan conjuntamente a alrededor del 85% de los empleados operadores en la NCS, sí firmaron los acuerdos salariales este año, a diferencia de Lederne, que representa a una minoría en el sector. Pero esta pequeña huelga, en un contexto crítico de desequilibrio entre la oferta y la demanda energética en Europa, sumado a niveles de inflación desbocados, puede terminar causando efectos de largo alcance.

«No ha sido posible que las partes encuentren una solución. Por eso, he propuesto una articulación salarial obligatoria. La escalada anunciada es crítica en la situación actual, tanto en lo que se refiere a la crisis energética como a la situación geopolítica en la que nos encontramos. una guerra en Europa», ha explicado Mjos Persen en un comunicado, tras anunciar el acuerdo impuesto. «Es injustificable que la producción de gas se detenga hasta tal punto que se estima que esta huelga provocará los próximos días. Las cifras de producción caen drásticamente, y esto es muy crítico en una situación en la que la UE y el Reino Unido dependen totalmente de la cooperación energética con Noruega», añade el Ministro de Trabajo.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha señalado que «la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania tiene consecuencias muy graves para la seguridad del suministro en muchos países europeos», y ha advertido que existe el peligro de «una mayor escasez de energía en Europa en un futuro próximo». Estas son las razones con las que justifica el gobierno de Noruega su compromiso para hacer «todo lo que esté a nuestro alcance» para ayudar a mantener la seguridad energética en Europa, ya que una reducción de las entregas de gas noruego exacerbaría la crisis, así como las consecuencias políticas, económicas y sociales. Los países europeos que hasta ahora dependían en gran medida de las importaciones energéticas rusas buscan ahora nuevos proveedores y muchos cuentan con producción noruega para suplir su consumo. «En la situación actual, la escalada anunciada es crítica, tanto por la situación energética como por la situación geopolítica en la que nos encontramos en Europa, con una guerra a las puertas», defiende el comunicado del Ministerio de Trabajo noruego.

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