Garamendi pide «unidad» antes de otro comité crucial en Cepyme

Las palabras de Garamendi llegan apenas 24 horas antes de que este martes se reúna el comité de Cepyme, el órgano que intentará alcanzar una solución a la crisis que vive la organización tras la celebración de la junta del pasado 18 de febrero en la que se prohibió el voto delegado de cara a las elecciones para elegir al líder de la confederación de pymes.

Cuerva asistirá a este órgano ejecutivo con un informe en el que los abogados indican que la actuación del presidente de Cepyme fue acorde a derecho y la votación de aquella junta, válida. Los miembros del comité y la junta tienen este informe en sus manos. Una posición que contrasta con la de otra parte de la junta, abierta a impugnar la votación al considerar que el comité previo había denegado esa posibilidad.

Esta cuestión es clave para entender si las elecciones de Cepyme, que serán convocadas en pocos días, podrán desarrollarse con papeletas delegadas (representativas de otros votantes) o no existirá esa vía de sufragio, como ocurría hasta ahora. Esta cuestión es el último enfrentamiento entre Garamendi y Cuerva después de que la CEOE esté buscando a un candidato alternativo frente al que ha sido presidente de Cepyme desde 2019.

La tensión en la organización empresarial sigue subiendo de temperatura después de que el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, aprobara el martes 24 en junta directiva una modificación del voto delegado tras el rechazado del comité ejecutivo. En una carta enviada a Cuerva dos días después de esa reunión, firmada por 20 de los 25 miembros del comité, le instan a la «inmediata» retirada de los cambios por considerar que ha vulnerado los estatutos o, en caso contrario, acudirán a la Justicia, al mismo tiempo que le exigen la convocatoria de elecciones. De lo contrario, aseguran, tomarán las riendas de la patronal.

El choque entre los empresarios permitió a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, insistir en ese mismo foro en la necesidad de dialogar, consciente de que las diferencias de la patronal le suponen un cierto alivio ante la tramitación de su medida estrella, la reducción de jornada. La ministra de Trabajo admitió que es «consciente» de que el recorte de la jornada «no es igual en un autónomo que en una gran empresa», y recordó que su Ministerio puso encima de la mesa ayudas durante la negociación de la ley, aunque al final las excluyó del texto.