Especial formación online
Un cortafuegos frente a la plaga de la ciberpiratería y los tramposos digitales
Abordar el robo de contenidos formativos y los posibles fraudes en las evaluaciones se ha convertido en una prioridad para la educación
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Iniciar sesiónLa educación online afronta una serie de obstáculos que son fruto de las debilidades de internet. Por un lado, las instituciones se enfrentan al problema de evitar que les pirateen los cursos y que sus formaciones circulen fácilmente en la red. Por otro, universidades ... y escuelas de negocios afrontan otro reto tecnológico a la hora de hacer exámenes, el de verificar la identidad del alumno y evitar que haga trampas.
«Desde la llegada del Covid en 2020, se ha vuelto más común la piratería de cursos y formaciones online. De todos los clientes que recuperan sus ventas perdidas por la piratería con Red Points, el 30% son empresas de enseñanza virtual. Es la segunda industria más afectada por la piratería, después del sector del software», explica Sergi Garcia, chief marketing officer en Red Points, plataforma de Revenue Recovery que rastrea y elimina los competidores fantasmas. «Hay un nuevo tipo de infracción que se está extendiendo muy rápidamente que es el de la reventa de credenciales de acceso a plataformas de contenido. Esto, a medida que los distribuidores de contenido optan por modelos de subscripción, va a ser más frecuente», alerta.
Desde Red Points advierten que se debe dejar de pensar en los piratas como individuos solitarios en ubicaciones remotas para entenderlos como auténticas redes profesionalizadas del fraude. «Sus tecnologías son diversas y cada vez más sofisticadas, por lo que sin duda resulta muy complejo para las organizaciones propietarias de contenidos hacer frente al problema por si solas», afirma García. Si pensamos en cómo se puede hacer frente a esta piratería, «la mejor receta es proactividad y rapidez. La apuesta de Red Points es desarrollar y mejorar constantemente tecnología para lograr que cualquier empresa, sin ser especialista en piratería ni disponer de equipos dedicados a ello, pueda hacer frente a este problema de forma eficiente en tiempo y escalable en impacto».
La educación a distancia dinamita todas las barreras
Alberto VelázquezA gran escala
En un momento en el que la dimensión del problema de la piratería digital ha llegado a una gran escala, para contenidos de todo tipo, «la tecnología es más que clave: es imprescindible si se quiere ser eficaz», avisa el responsable. «Dedicar a equipos de personas a detectar y a eliminar contenido pirateado no solo es extremadamente costoso, es simplemente poco eficaz», puntualiza. En el caso de Red Points se utiliza Inteligencia Artificial para encontrar y eliminar copias ilegales en Internet de manera automática. «La plataforma cubre tanto la desindexación del contenido en buscadores como Google, como la eliminación en redes sociales, páginas de enlaces, plataformas de vídeo, cyberlockers, y aplicaciones», cuenta García. Además, la forma permite combatir la reventa de contraseñas y credenciales de acceso a plataformas de suscripción.
La policía de la inteligencia artificial
La tecnología abre paso a las trampas, pero también ofrece recursos para combatirlas. Algunas cobran cada vez más protagonismo, como la inteligencia artificial , que está presente en las herramientas de supervisión de los exámenes en línea, ayudando a prevenir las trampas detectando los intentos de engaño o identificando patrones continuos de comportamiento sospechoso. Por ejemplo, el bloqueo del navegador garantiza la integridad del examen restringiendo la navegación por Internet, el uso de dispositivos móviles, las capturas de pantalla, la impresión o el uso compartido. La supervisión por vídeo en directo, por su parte, permite a los instructores supervisar la actividad de los estudiantes durante el transcurso del examen. Y para luchar contra el plagio, las herramientas de comprobación en línea verifican la originalidad en el momento de presentar la evaluación.
Verificar la identidad del alumno a la hora de hacer un examen y cerciorarse de que no hace trampas es un reto para todas aquellas universidades y escuelas de negocio que tengan formación online. OBS Business School cuenta con un modelo 100% digital por lo que desde su planificación es un tema que ha estado presente. Tal y como explica su vicedecana, Alba Barbarà, «en OBS, en lo que concierne a las asignaturas, seguimos un sistema de evaluación continua que se basa en la realización de casos prácticos, individuales o grupales, y ejercicios de aplicación. En el caso de usar exámenes tipo test, estos se usan solo como mecanismo para verificar que los conceptos teóricos han sido adquiridos correctamente, y la ponderación dentro de la calificación global del estudiante es baja».
Teniendo en cuenta su sistema de evaluación, «los mecanismos que utilizamos para asegurar que los estudiantes no hagan trampas son softwares de control de plagio como Turnitin y SafeAssign». En el caso particular de los trabajos Final de Máster, para asegurar la autoría de los proyectos «se usa así mismo Turnitin», y en el caso de la defensa, «se hace a través de videoconferencia, donde los estudiantes deben identificarse debidamente». Así mismo, las actividades y casos prácticos se actualizan anualmente, por lo tanto, evitan que esta información pueda ser compartida entre estudiantes de convocatorias distintas.
Todo este trabajo supone para la escuela de negocios una inversión de tiempo «ya que la configuración de las actividades en la plataforma es distinta en caso de que se apliquen los mecanismos para el control del plagio, y la revisión que hace el docente también lo es ya que toma en consideración otros datos y elementos en el momento de calificar al estudiante».
Sobre la reacción de los alumnos ante este tipo de control, Barbarà asegura que se sienten cómodos, «en el momento inicial no muestran ninguna negativa en relación a estos controles y se les comunica en el momento de dar inicio al máster». Cada asignatura incluye en su guía particular información sobre dichos mecanismos de control del plagio. Cuando se les caza haciendo trampas, «la mayoría asume su mala praxis y acepta la calificación otorgada por el docente, pues desde esas plataformas se obtienen informes detallados sobre el plagio que se ha acometido».
Son varias las soluciones que encontramos en el mercado para ayudar a los centros educativos a llevar a cabo estos controles de los alumnos. Smowltech, por ejemplo, nació como un producto de ciberseguridad centrado en el mundo de la educación. Su fundador, Ricardo Vea, es profesor universitario. «Surge con el reto de cómo poder hacer más accesible la formación», explica Alex Vea, CSO de la firma. Verificar de forma online la identidad de los alumnos supone también facilitar el acceso a certificaciones profesionales, formaciones internas, etc… a trabajadores de distintas localizaciones que pueden tener dificultades en desplazarse para hacer un examen. Si bien Smowltech nace de la mano de las universidades, «hoy en día trabajamos también en el mundo corporativo (40%)». Su sistema permite, entre otras cosas, medir la calidad de la educación y la huella de carbono.
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Hechos y decisiones
En cuanto a las trampas, «es algo que ha habido toda la vida y se trasladan los controles del presencial al online». Su producto tiene una funcionalidad integrable en cualquier plataforma online y se puede activar en cualquier proceso. «Hay un modelo más fácil, monitorizando a través de la webcam, y otros en donde se puede combinar la supervisión humana con IA». Smowltech ofrece un reporte de pruebas al cliente y en el caso de las universidades, «con ello se trata de facilitar evidencias que suceden en ese momento para que luego los profesores tomen las decisiones en base a las políticas del centro». Es decir, se dota de herramientas a los docentes para que puedan tomar una decisión basada en hechos.
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