La experiencia también es un grado en el ecosistema emprendedor
A pesar de frenos como la falta de crédito o de apoyos específicos, la solidez de los proyectos creados por sénior logra desmontar el tópico del 'joven startapero'
El emprendimiento innovador español vuela de casa al hacerse mayor
Laura Sánchez
Cuando pensamos en emprendedores, solemos imaginar a jóvenes entre 20 y 30 años, con vitalidad, entusiasmo y todo el tiempo del mundo por delante para lanzarse a la aventura, equivocarse incluso, y margen para aprender de los errores. Nada más lejos de la realidad. Los ... datos del último informe del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2023-2024 indican que en España se emprende más tarde que en otros países. En 2023, siete de cada diez emprendedores recientes contaba con más de 35 años. Con el añadido de que seis de cada diez emprendedores potenciales también superan esta edad, lo que asegura un perfil emprendedor más envejecido en España que en nuestros países de referencia; también refleja el consecuente envejecimiento de los emprendedores a cargo de iniciativas consolidadas, la mayoría con una edad comprendida entre los 45 y los 64 años.
Otro dato curioso: los menores porcentajes de abandono de iniciativas emprendedoras se concentran en dos tramos de edad: los más jóvenes, entre los 18 y los 24 años, pero también los sénior, entre los 55 y los 64. «Quien emprende a partir de los 50 acumula una valiosa agenda de contactos, así como una madurez que no se aprende en ninguna escuela de negocios. Además, a menudo se dispone de una organización familiar más independiente, porque ya no hay hijos dependientes económicamente en casa», explican desde el Centro de Investigación Ageingnomics, de Fundación Mapfre.
Pero, por otro lado, existen una serie de retos a los que deben enfrentarse. «Uno de los principales es la necesidad de capacitación en áreas clave como gestión empresarial, financiación y digitalización. Aunque muchos profesionales sénior cuentan con una amplia experiencia en su sector, emprender exige conocimientos específicos en administración, planificación estratégica y adaptación a las nuevas tendencias del mercado -explica Elsa Novo de Miguel, responsable de Empleo y Emprendimiento Verde en Fundación Endesa-. La falta de formación en estos aspectos puede dificultar el desarrollo y sostenibilidad del negocio. El acceso a financiación es otro obstáculo relevante. En muchas ocasiones, los emprendedores sénior pueden tener más dificultades para acceder a inversores o líneas de crédito, lo que puede limitar su capacidad de crecimiento. A esto se suma la necesidad de construir una red de contactos sólida y rodearse de un equipo que complemente sus habilidades y contribuya a la expansión del negocio. Además, el emprendimiento implica asumir riesgos y enfrentarse a un mercado en constante evolución. La capacidad de innovar, encontrar oportunidades y establecer metas claras es esencial para convertir un proyecto en una realidad sostenible. como por ejemplo el de los canales digitales».
La 'Silver Economy', una «oportunidad del presente con vocación de futuro»
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Fundación Endesa, a través de su proyecto Generación Savia, busca promover un cambio cultural sobre el colectivo de profesionales que han sido desvinculados prematuramente de sus trabajos y que se cifra en alrededor de 818.200 personas. En colaboración con Fundación máshumano y de la mano de 02:59 Films, la productora audiovisual del largometraje «Abuelos» (Santiago Requejo, 2019), lanza cada año los Premios +50 Emprende que reconoce el emprendizaje sénior con dotaciones económicas entre los 20.000 y los 33.000 euros. «En España, el apoyo gubernamental e institucional para emprendedores sénior varía según la comunidad autónoma y no es muy habitual encontrarlo. A nivel estatal, existen programas generales de fomento al emprendimiento, no obstante, son pocas las que se enfocan principalmente en los emprendedores sénior. Solo cinco comunidades autónomas ofrecen ayudas específicas. Por ejemplo, Galicia cuenta con un programa de promoción del empleo autónomo que otorga ayudas de 4.000 euros a desempleados mayores de 52 años y de 2.000 euros, incrementados en un 15% para mayores» explica Elsa Novo.
No es extraño, por tanto, que cada vez más emprendedores sénior se acerquen a este tipo de iniciativas. En el caso, por ejemplo de Yolanda Ruiz, de 59 años. Tras desarrollar su carrera durante más de 25 años en puestos ejecutivos en multinacionales de los sectores de Industria, Consultoría y Educación, decidió reinventarse y fundar SPIQUER, una startup tecnológica de grabación de vídeo profesional. «Es una plataforma que guía al usuario en todo el proceso mediante plantillas con sugerencias, facilitando la creación de contenido de calidad. De esa manera, SPIQUER permite a empresas y profesionales crear Elevator Pitch, Vídeo CV, píldoras, formativas, contenido para comunicación interna, publicaciones para redes sociales, web… entre otros, optimizando su forma de transmitir mensajes clave de manera efectiva. Funcionalidades como teleprompter para leer mientras grabas, rotulación automática con los datos de la persona que habla, subtítulos en 100 idiomas, fondos de vídeo con IA, son algunas de las herramientas que ya están siendo utilizadas por nuestros clientes en la Administración Pública (Empleo y Emprendimiento), grandes corporaciones, pymes, universidades y escuelas de negocio, impulsando su comunicación con un enfoque profesional y accesible en cualquier canal».
Una de las principales dificultades que encontró Yolanda fue el acceso a la financiación, ya que en muchos casos los inversores y las instituciones tienen más predisposición a apoyar a emprendedores más jóvenes. «También existen ciertos prejuicios sobre la capacidad de innovación de los profesionales sénior, cuando en realidad la experiencia es un activo clave para minimizar riesgos y tomar decisiones estratégicas acertadas -explica-. En mi caso, no era la primera vez que lideraba proyectos innovadores dentro de grandes empresas, pero sí la primera vez que emprendía desde cero. Pasar de una estructura corporativa con recursos a una startup donde hay que construir todo desde la base ha sido un aprendizaje continuo».
En el caso de Ana Atienza, 54 años y licenciada en Marketing, después de más de 20 años trabajando por cuenta ajena fue desvinculada de su puesto de trabajo, lo que le llevó a plantearse nuevas opciones profesionales. «Las condiciones de la salida y mi situación personal y familiar me permitieron lanzarme a la aventura de emprender. La situación de quedarme sin trabajo pasó de ser una amenaza a una oportunidad». Así nació TheSkyGarden, un proyecto que tiene como misión llenar las azoteas de Madrid de verde desde dos vías de actuación: cubiertas vegetales y huertos urbanos. «En Madrid tenemos muchos espacios verdes, pero no son suficientes. Empecé estudiando las opciones de huertos urbanos, pero hace ya un año, comencé a estudiar el cultivo de techos y techos verdes intensivos en EE.UU. La idea me fascinó». Después de varios meses de análisis, asesoramiento y trabajo, la fundadora de TheSkyGarden presentó su idea de negocio a la iniciativa Vivero de empresas de Villaverde «este fue el momento en el que me di cuenta de que el proyecto podía tener futuro».
En otros casos, lanzarse a emprender en edad sénior sí tiene una relación directa con la necesidad de salir adelante. Es lo que le ocurrió a Julio Estalella Otero, de 58 años. Ingeniero de profesión, tras una dilatada carrera en el mundo de la energía y las infraestructuras, como otros profesionales séniors de su edad, su carrera profesional en el sector de la energía y la infraestructura concluyó, lo que le supuso encontrarse con un gran cambio que no esperaba 'el síndrome del teléfono apagado'.
«Ya nadie me cogía el teléfono, fue un momento de grandes desilusiones porque me di cuenta de que la gente ya no estaba ahí». A esta situación, a Julio se le juntaba la principal razón de su intranquilidad: sus cuatro hijos, a los que tenía que seguir dando de comer. Julio apostó por la innovación gastronómica y, después de experimentar con diferentes formas de fermentación, creó su proyecto Salsas Quietud que giran en torno a los productos mediterráneos, al vinagre y al vino oloroso de Jerez y que ya le está dando grandes satisfacciones.
«Los sectores con mayores oportunidades para los emprendedores sénior en España están estrechamente ligados a la transformación del mercado laboral, impulsada por la digitalización, la inteligencia artificial y, especialmente, la transición hacia un modelo económico más sostenible», explica Elsa Novo. De ahí que la nueva edición de los premios de Generación SAVIA incorporen este año el Premio Emprendimiento Verde, con una dotación de 15.000 euros, para destacar proyectos liderados por emprendedores sénior que impulsen un cambio real en el ámbito de la sostenibilidad.
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