el quinto en discordia
La experiencia es un grado
Las muchas crisis que lleva a sus espaldas el veterano inversor Warren Buffett han tenido seguro poco que ver unas con otras. Sin embargo, en todas las emociones se ha desbocado
Consulta injustificada
Warren Buffett, el legendario inversor americano, ha sido noticia estos días porque a sus más de 90 años ha decidido dar un paso al lado y ceder el testigo a su segundo que lleva más de 20 años a su lado y a quien, por ... cierto, pocos conocían. Desde luego que son muchas las enseñanzas que se desprenden de la larguísima carrera de señor Buffet. La fundamental probablemente es la importancia que tiene la experiencia a la hora de tomar decisiones de inversión, las horas de vuelo son primordiales. Para ser capaz de interpretar la realidad que nos rodea y de plasmarla en una cartera -que era básicamente la principal responsabilidad de WB- el haber vivido mucho es fundamental. Las muchas crisis que lleva a sus espaldas el veterano inversor han tenido seguro poco que ver unas con otras. Sin embargo, en todas las emociones se ha desbocado. Las suyas por descontado y, también, las de los que le rodeaban en cada momento. Y por sus resultados sabemos que no se ha dejado llevar.
No se ha dejado llevar ni en los momentos de miedo ni en los de euforia. Y en estos últimos 60 años en los que ha estado en primera línea ha visto de todo. Los ejemplos son muchos. Empezando por los más cercanos en el tiempo, Buffet ha sido de los pocos inversores que no ha sucumbido a la moda de las sietemagníficas. De hecho, en los últimos tiempos era noticia por la cantidad de pólvora seca que cargaba en las alforjas. Con un lacónico «no encuentro ideas atractivas de inversión» despachaba las constantes preguntas sobre la montaña de liquidez en la que estaba sentado. Hay que recordar que tampoco se dejó enganchar en la burbuja de las 'punto com'. Senso contrario, el oráculo de Omaha -que es como se le conoce en la industria de inversión- fue de los primeros que metió el pie en la gran crisis financiera suscribiendo un bono convertible de uno de los grandes bancos de inversión americanos por varios miles de millones de dólares en el peor momento de la crisis y cuando el sentir general era que el sistema financiero mundial iba a desaparecer tal y como lo conocíamos. Lo mejor, sin duda, son las explicaciones que ha dado en cada momento, desbordan sentido común.
La máxima de ser temeroso cuando todo el mundo está eufórico y, al revés, valiente en los momentos de zozobra es más fácil de decir que de hacer. No solo consiste en mantenerse al margen del sentir general, sino aprovecharse de esos excesos que de vez en cuando se producen poniéndose en frente de los mercados. El haber estado ahí antes, aunque las circunstancias hayan sido completamente distintas, marca la diferencia.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete