Un éxodo incompleto: las empresas españolas, colgadas en Rusia
Algunas como Inditex y Roca ya han hecho las maletas, pero otras tantas siguen con las fábricas paradas mientras buscan soluciones o esperan a que acabe la guerra
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Zara sale de Rusia tras traspasar su negocio en el país a un grupo emiratí
Nueve meses después del estallido de la guerra en Ucrania, la presencia de las empresas españolas en Rusia empieza a disiparse. Son ya cinco las compañías que han anunciado su adiós a un mercado que representaba una generosa cuota en su cifra de negocio. La ... última, Amrest. La matriz de La Tagliatella comunicó este mes la venta de sus 217 franquicias de KFC por 100 millones a la empresa local Almira OOO. Pero estas salidas también conjugan con la realidad de otras firmas que siguen atrapadas en el país, o bien esperando el milagro del fin de la guerra y de las sanciones al Kremlin, o buscando a la desesperada un comprador o socio amigo que ponga fin, al menos temporalmente, a su aventura en el país.
El dilema es espinoso. Tras las sanciones económicas impuestas por la UE a Rusia en marzo, las empresas europeas vieron puesto en jaque su negocio en territorio ruso ante la imposibilidad de poder comercializar desde el exterior por el bloqueo bancario y a las exportaciones. Las alternativas eran mínimas, apenas un tridente de opciones. Podían dejar temporalmente sus negocios en manos de un socio del país; salir definitivamente o suspender temporalmente sus operaciones. Y es esta última situación la que viven buena parte de las grandes firmas españolas con presencia en Rusia.
Este periódico ha contactado con ellas. Transmiten una sensación de incertidumbre e impotencia ante la extensión de un conflicto al que no visualizan un final a corto plazo. «Seguimos monitorizando la situación» es la respuesta más repetida a las llamadas efectuadas por ABC.
Lo relatan así destacadas empresas del sector de la automoción como Gestamp (1,3% de las ventas del grupo) con cuatro plantas paradas, y el Grupo Antolin (alrededor de 150 empleados), que también paralizó dos factorías con el estallido del conflicto. Una inquietud a la que se suma CIE Automotive con una planta de aluminio también sin actividad en el país.
Otra gran compañía española que se encuentra en la misma disyuntiva es Tendam. La matriz de cadenas textiles como Cortefiel, Pedro del Hierro o Springfield dispone de más de 50 tiendas en el país que permanecen cerradas desde principios de año. Señalan a este periódico que sus alrededor de 400 empleados en el país «están protegidos en una figura asimilable al ERTE español» , mientras continúan ganando tiempo para tomar una decisión.
Actividad en duda
¿Hay quién sigue teniendo actividad en Rusia tras la guerra? Ninguna empresa lo reconoce, pero algunas investigaciones apuntan a que sí está sucediendo, a pesar de las sanciones. Una de ellas es la realizada por la Universidad de Yale (Estados Unidos), una de las instituciones educativas más importantes del mundo. Investigadores de este centro monitorizan desde febrero la actividad de las empresas extranjeras en el territorio. Los resultados se están reflejando en una lista que renuevan con frecuencia y en la que todavía aparecen 227 firmas foráneas en Rusia.
En la última actualización, fechada a 14 de diciembre, sitúan a cinco empresas españolas (de las 130 que tenían actividad antes del conflicto) que siguen con su operativa en la federación: Maxam, Grupo Borges, Grupo Fuertes (El Pozo), Soler & Palau y la cotizada en el Ibex 35, Fluidra. Estas cuatro últimas niegan que sigan ejerciendo cualquier función en el país. En el caso de Maxam, señalada por el presidente ucraniano Volodímir Zelinski durante su intervención en el Congreso, este periódico no ha logrado obtener respuesta.
La Universidad de Yale asegura que Fluidra (empresa especializada en piscinas) continúa con sus ventas en el país, pero desde la empresa lo niegan y aseguran que su filial rusa está en venta. «Se están estudiando dos preacuerdos para su traspaso, pero debido a las complicaciones derivadas del escenario en el país aún no se han podido materializar», señalan a ABC fuentes de la cotizada en el Ibex 35, que remarcan que las operaciones en el país representan el 1% de sus ventas. Se trataría entonces de otra firma española que sigue colgada en Rusia, al igual que Borges que subraya que sigue en proceso de salida.
Desde la matriz de El Pozo, Grupo Fuertes, explican que ellos no operan en Rusia, sino que únicamente disponen de una participación minoritaria en la gigante cárnica rusa Cherkizovo (11%). Aseguran que desde el inicio del conflicto, «congelamos nuestras inversiones en ese país y decidimos parar cualquier tipo de operación».
Otra firma que niega tajantemente que siga activa en el país es la catalana de sistemas de ventilación Soler & Palau. «Hace meses que se retiró la poca presencia (una oficina con dos empleados) que teníamos en el país y no tenemos previsto volver».
Pero los investigadores de Yale defienden la rigurosidad con la que trabajan a la hora de actualizar su lista. A la consulta de este periódico, explican que hacen un seguimiento personalizado de cada empresa y que para ello se sirven de expertos con experiencia en análisis financiero y conocimientos de idiomas que obtienen su dictamen tras analizar fuentes públicas como documentos fiscales, declaraciones de empresas o información obtenida de canales como Bloomberg, FactSet, MSCI, S&P Capital IQ, Thomson Reuters y medios comerciales de 166 países. Pero también aseguran que se nutren de informantes no oficiales como denunciantes, ejecutivos de empresas y un canal privado donde 250 miembros comparten información comprometedora acerca de la actividad de las compañías occidentales en Rusia.
En cualquier caso, admiten que no se ponen en contacto con las empresas tras creer tener conocimiento de que siguen operando allí. Son ellas la que lo hacen tras verse involucradas en la lista. «Cada vez que una empresa se comunica con nosotros con información actualizada, nuestro equipo considera cualquier información nueva, evalúa los datos y revisa su clasificación. Somos diligentes en asegurar que la información proporcionada por los representantes sea corroborada», señalan a este periódico los responsables del listado. Un ejemplo en España es Acerinox. Hasta hace pocas semanas aparecía como empresa operativa en Rusia, pero tras pedir formalmente en varias ocasiones ser tachados de la lista, ahora figuran como la única firma española que ha abandonado por completo la federación.
Distintos modos de salir
Las que han decidido no esperar mejores acontecimientos y salir de Rusia, han escogido distinos modos de hacerlo. Las hay que han optado por dejar el negocio a sus socios rusos, como es el caso de Roca. La compañía de productos sanitarios anunció en junio la cesión de sus siete fábricas y 3.000 empleados a la dirección local, tras 30 años en el país. Aunque no especificaron si pretenden retornar en un futuro.
Las también catalanas Mango y Tous se decantaron por ceder a sus franquiciados sus operativas en la federación. Ambas escogieron la misma formula: sus socios podrán operar con sus marcas, pero no tendrán derecho a proveerse de ellas directamente. Lo tendrán que hacer a través de mayoristas de terceros países. En el caso de la joyera, este traspaso se ha cobrado varios cierres de establecimientos por decisión del franquiciado, como así señalan fuentes de la empresa a este periódico.
En cambio, la matriz de Zara, Inditex, ha puesto punto y ¿aparte? a la venta de sus marcas en territorio ruso. A finales de octubre comunicó el traspaso los arrendamientos de sus más de 500 tiendas y 9.000 empleados al grupo emiratí Daher por una cifra que no trascendió. Una salida, que puede tener billete de vuelta. Porque en el acuerdo se guarda para el futuro una opción de colaboración entre ambos a través de un contrato de franquicia. En este país obtuvo el 5% de sus ingresos (más de 1.000 millones) el año pasado.